SOLO POR HOY

Cuanto más tiempo llevamos limpios, menos seguros estamos de «saber» cuál es la voluntad de Dios para con nosotros, y menos nos importa. Conocer la voluntad de nuestro Poder Superior tiene menos que ver con el «saber» y más que ver con el «sentir».
Seguimos practicando el undécimo Paso, pero en lugar de buscar «señales» de nuestro Poder Superior, empezamos a confiar más en nuestra intuición y a fiarnos de nuestros sentimientos respecto a lo que nos hará sentir bien.
Tras unos años abstinente, lo que sí parece que supiéramos reconocer es cuándo actuamos contra la voluntad de Dios para con nosotros.
Cuando vamos en contra de su voluntad, tenemos esa vieja sensación de incomodidad en el estómago.
Esa náusea es la advertencia de que si continuamos en esta dirección nos aguardan muchas noches sin dormir.
Es preciso que prestemos atención a esos sentimientos, porque a menudo son señales de que actuamos contra la voluntad del Poder Superior para con nosotros.
Nuestro undécimo Paso manifiesta claramente el auténtico objetivo de la oración y la meditación:
mejorar nuestro contacto consciente con el Dios que concebimos y que nos brinda un conocimiento más claro de la voluntad de nuestro Poder Superior para con nosotros y la fortaleza para cumplirla. Conocemos la voluntad de Dios más claramente por la sensación que produce, no por «señales» o palabras, y produce una buena sensación.

Sólo por hoy:

Rezaré para conocer la voluntad de mi Poder Superior para conmigo y pediré la fortaleza para cumplirla. Prestaré atención a mis sentimientos, y actuaré cuando me hagan sentir bien.

…cuanto mayor sea nuestra rendición, mas completa será nuestra liberación de la obsesión por la apuesta.

Rendición. Ahora bien, ésta es una palabra que nos deja helados.
Todo el mundo sabe que se rinden los perdedores; los vencedores siguen luchando.
Esa idea me mantuvo luchando con mi problema con la apuesta , hasta que me hizo caer de rodillas y ante la puerta de JA.
El paso uno fue fácil cuando por fin comprendí que si luchaba con el problema del juego compulsivo, nunca jamás me libraría de él.
La prueba llegó de repente en forma de abstinencia y con una paz interior sin precedentes.
Rindiéndome gané lo que años de lucha no pudieron darme.

Sólo por hoy:

No hay un solo problema en mi vida, incluida la obsesión por la apuesta, que no pueda ser resuelto en proporción directa a mi capacidad de dejar de luchar contra él,
entregarlo a Dios y saber que llegará la solución

Cuanto tiempo gana el que no se ocupa de ver lo que su vecino dice, hace o piensa, sino sólo de lo que él mismo hace, para hacerlo de una forma justa y santa.
Qué triste pérdida de tiempo es ocuparme de los asuntos de otras personas cotilleando, señalando, haciendo su inventario, comparando su categoría y sus pertenencias. El motivo, mas allá de una satisfacción personal superficial, es obviamente evitar poner en orden mi propia casa.
Éste es un trabajo de tiempo completo: hacer mi propio inventario, hacer mis propias reparaciones, ser cada vez más consciente de mis propios defectos.
Con toda seguridad, no hay aventura más emocionante,
ni mayor privilegio que seguir trabajando este programa
de recuperación.

Sólo por hoy:

No hay nunca tiempo suficiente para trabajar mi programa y el de alguien más.

De maldición a bendición

A lo largo de nuestra recuperación nos sentimos cada vez
más agradecidos. Sí, tenemos una enfermedad pero nos recuperamos.

La adicción activa a los juegos de azar no fue un picnic; muchos a duras penas logramos salir con vida.
Pero vociferar contra la enfermedad, lamentarse de lo que nos ha hecho, compadecerme del estado en que nos ha dejado, no hace más que encerrarnos en un espíritu de amargura y resentimiento.
El camino hacia la libertad y el crecimiento espiritual empieza donde termina la amargura: CON LA ACEPTACION.
NO se puede negar el sufrimiento que nos produjo la adicción.
Sin embargo esta enfermedad nos ha llevado a Jugadores Anónimos; sin ella, no habríamos buscado ni encontrado la bendición de la recuperación.
Si aislarnos nos obligo a buscar compañía. Al hacernos sufrir, nos dio la experiencia necesaria para ayudar a otros, ayuda que nadie más estaba tan capacitado para brindar.
La adicción, al obligarnos a ponernos de rodilla, nos dio la oportunidad de rendirnos al cuidado de un Poder Superior bondadoso.
No le desearíamos a nadie la enfermedad de la adicción a los casinos tragamonedas.
Pero lo cierto es que los adictos ya la tenemos, y más aún, sin esta enfermedad jamás nos habríamos embarcado en un viaje espiritual.
Miles de personas se pasan la vida buscando lo que nosotros hemos encontrado en Jugadores Anónimos:
compañerismo una razón de ser y contacto consciente con un Poder Superior.
Hoy en día, estamos AGRADECIDOS por todo lo que nos a dado esta bendición.

Solo por hoy:

Aceptaré el hecho de mi enfermedad y procuraré la bendición de mi recuperación.

De qué manera la naturaleza ama lo incompleto.
Ella sabe, si se llegara a una conclusión esto la acabaría.

Nunca hay final para el cambio y el crecimiento. He visto mis deseos egoístas desvanecerse, y la autocompasión desaparecer; he conseguido cualidades que un tiempo parecían inalcanzables. Todo esto es producto del crecimiento, las continuas recompensas de luchar.
Frecuentemente pienso en medio del dolor, "Si soy capaz de salir de esta, estaré bien." ¡¡¡Pero tan pronto salgo de esa, aparece otro problema y todo el proceso empieza de nuevo!!!
¿Hasta dónde puedo llegar? Más allá de lo que mi imaginación puede abarcar. La calidad de mi vida no tiene límite.

Sólo por hoy:

Sigo sacando conclusiones como: "Siempre soy así" o "¿Nunca aprenderé?"
Ahora Que Vivo Un Día A La Vez, puedo quitar de mi vocabulario las palabras SIEMPRE y NUNCA.

Deberíamos tener cuidado de no convertir nuestro intelecto en Dios.
Albert Einstein

Mi mente puede interponerse fácilmente en mi camino.
Trata de ser lógica. Se plantea problemas y cree que tiene respuestas.
Entonces mi vida se hace caótica.
Sólo cuando suelto riendas y se las entrego a Dios siento serenidad.
Es solamente cuando me rindo cuando veo las respuestas que Dios pone ante mi.
Es solamente cuando dejo de intentar controlar cuando mi vida se desliza suavemente.
Dios dirige mi vida mejor que lo hago yo. Debo acordarme de quitarme del medio.

Sólo por hoy:

Acepto todo lo que se me pone ante mi, sabiendo que la aceptación es fundamental para el crecimiento espiritual.

" Debido a nuestra incapacidad para aceptar las responsabilidades personales, nos creábamos nuestros propios problemas"

Cuando nos negamos a asumir la responsabilidad de nuestra vida abandonamos todo nuestro poder personal.
Debemos recordar que somos impotentes ante nuestra adicción no ante nuestro comportamiento personal.
Muchos usábamos equivocadamente el concepto de impotencia para evitar tomar decisiones o para aferrarnos a cosas que habían quedado atrás.
Alegábamos impotencia ante todas nuestras acciones.
Culpabamos a otros de nuestras circunstancias en lugar de tomar medidas efectivas para cambiarlas.
Si seguimos evitando la responsabilidad afirmando que somos "Impotentes" nos disponemos a ir en busca de la misma desesperación e infelicidad de nuestra adicción activa.
La posiblidad de pasar años en recuperación creyéndonos victimas es muy real.
En vez de vivir la vida sin dar la cara, podemos aprender a tomar decisiones responsables y a correr riesgos.
Quizás nos equivoquemos, pero podemos aprender de esos errores.
Una elevada conciencia de nosotros mismos y una creciente buena voluntad para aceptar las responsabilidades personales nos brindan la libertad para cambiar, elegir y crecer.

Solo por hoy:

Mis sentimientos, acciones y decisiones son mías.
Seré responsables de ellos.

Decídete a encontrarte a ti mismo; y a saber que aquél que se encuentra a sí mismo, deja de sufrir

Cuando era niño y de adolescente, tenía que esconderme de mis problemas. Necesitaba escapar de la aparente falta de amor y cuidados inadecuados en mi pequeño mundo.
No importaba cuánta gente había a mi alrededor, yo estaba solo ante mis miedos y ansiedades. Jugar compulsivamente y las fantasías fueron mi forma de sobrevivir.
Hoy no estoy solo. Con mis compañeros de JA, con mi Poder Superior y con el programa de recuperación de doce pasos, puedo volver a mirar a aquel mundo para explorar los sentimientos amablemente, sin juzgar, y ver cómo las verdades salen a la luz.
Puedo ver con amor y comprensión los nobles e inalcanzables ideales y expectativas que arrastré hasta la madurez.
Ya no necesito las ilusiones de mi infancia y adolescencia. Cuando renuncio a ellas, entro en contacto conmigo mismo y vivo con una alegría incomparable.

Sólo por hoy:

Sé y acepto que quién yo soy y lo que tengo mi familia, mis amigos, mi trabajo, mi hogar son exactamente lo que quiero sólo por hoy.

Decir la verdad

«La alienación es un síntoma de nuestra enfermedad y compartir honestamente nos dará la libertad de recuperamos.»

La verdad nos une a la vida, mientras que el miedo, el aislamiento y la deshonestidad nos apartan de ella.
Cuando jugabamos compulsivamente, ocultábamos toda la verdad que podíamos sobre nosotros, del mayor número posible de personas.
El miedo nos impedía abrirnos a quienes nos rodeaban y nos protegía de lo que podían hacernos los demás si nos mostrábamos vulnerables; pero también nos impedía relacionarnos con el mundo. Vivíamos como seres extraños en nuestro propio planeta, siempre solos y cada vez más aislados.
Los Doce Pasos y la confraternidad de adictos en recuperación proporcionan a personas como nosotros un lugar en el que podemos sentirnos seguros de decir la verdad sobre nosotros.
Podemos admitir honestamente nuestra frustrante y humillante impotencia ante la adicción porque conocemos a muchos otros que han estado en la misma situación.
Entre ellos estamos a salvo. Ya medida que trabajamos los pasos, podemos seguir diciendo la verdad sobre nosotros.
Cuanto más lo hacemos, nos sentimos más auténticamente en contacto con el mundo que nos rodea.
Hoy en día, no tenemos que escondernos de la realidad de nuestra relación con las personas, los lugares y las cosas de nuestra vida.
Las aceptamos tal como son, y reconocemos nuestra parte en ellas. Todos los días nos reservamos un rato para preguntarnos:
«¿Estoy diciendo la verdad sobre mí?». Cada vez que lo hacemos, nos alejamos otro tanto del aislamiento que caracteriza a la adicción, y nos acercamos a la libertad que la recuperación puede brindarnos.

Sólo por hoy:

La verdad es mi conexión con la realidad. Hoy me tomaré un rato para preguntarme: «¿Estoy diciendo la verdad?»

Déjale ir adonde quiera, sólo puede encontrar tanta belleza o valores como él mismo lleve.

Sé lo que son las “curas geográficas”. He hecho algunas.
A cualquier sitio que iba, terminaba de la misma forma: en la desesperación y degradación de apostar compulsivamente y las actitudes que lleva consigo.
Hoy valgo lo suficiente para darme a mi mismo lo mejor los mejores pensamientos, el mejor cuidado.
Cuido mi abstinencia y mi programa como si fueran mis más preciadas posesiones y lo son.
Donde voy, espero cosas buenas, hermosas y valiosas, y las encuentro.
Me trato a mi mismo y a los demás con respeto, y ya no reacciono con amabilidad ante la gente que se comporta conmigo de mala manera.
Mi propia valía no viene de otros sino de mi mismo, de ocuparme de mi propia opinión y de lo que soy y digo.
Todo lo que soy y espero ser viene de darme a mi mismo el tiempo y la paciencia, compasión y comprensión para crecer.

Sólo por hoy:

Cuidar de mi mismo es la mejor forma que conozco para
cuidar de otros y encontrar lo bueno en todas las cosas.

Dejarse arrastrar

«Aprendemos a tener esos sentimientos y nos damos
cuenta de que no pueden hacernos daño a no ser que
nos dejemos influir por ellos.»

Muchos llegamos a Jugadores Anónimos con algo menos que el deseo abrumador de dejar las apuestas.
Claro, el juego compulsivo nos causaban problemas y queríamos librarnos de ellos, pero no queríamos dejar de jugar. Con el tiempo, sin embargo, nos dimos cuenta de que no podíamos tener lo uno sin lo otro.
Aunque quisiéramos sin apostar; ya no estábamos dispuestos a pagar el precio.
Cuanto más tiempo pasábamos limpios y trabajábamos el programa, más libertad teníamos.
Tarde o temprano la compulsión desapareció completamente y nos manteníamos abstinentes porque queríamos vivir así.
Se pueden aplicar los mismos principios a otros impulsos negativos que quizás nos atormenten.
Tal vez tengamos ganas de hacer algo destructivo porque sí.
Lo hemos hecho antes y pensamos que a veces nos salía bien, pero en realidad no era así.
Si no estamos dispuestos a pagar el precio de dejarnos arrastrar por esos sentimientos, no tenemos por qué hacerlo.
Quizás sea difícil, tan difícil como mantenernos limpios al principio. Pero otros han sentido lo mismo y han logrado la libertad de no dejarse arrastrar de actuar arrastrados por impulsos negativos.
Si compartimos sobre ello y buscamos la ayuda de otras personas en recuperación y de un Poder superior a nosotros, también podremos encontrar la orientación el apoyo y la fortaleza que necesitamos para abstenernos de cualquier compulsión destructiva.

Sólo por hoy:

Está bien sentir mis emociones. Con la ayuda de mi padrino, mis amigos de JA y mi Poder Superior, soy libre de no dejarme arrastrar por mis sentimientos negativos.

Del despertar brusco al despertar espiritual.

Cuando surge la necesidad de admitir nuestra impotencia,
puede que primero busquemos las maneras de oponernos.
Cuando agotamos estos intentos, empezamos a compartir con los demás y hallamos esperanza.
A veces en las reuniones oímos que, que los despertares bruscos conducen a los despertares espirituales.
¿Qué tipo de despertares bruscos tenemos en recuperación?
Quizás cuando una parte indeseable de nuestro comportamiento, que creíamos bien escondida, aparece de repente para que todo el mundo la vea.
O tal vez nuestro padrino nos provoque un despertar de este tipo cuando nos informe que si esperamos mantenernos en abstinencia y recuperarnos, debemos trabajar los pasos como lo hacen los que permanecen abstinentes.
La mayoría detestamos que nos arranquen las mantas; no nos gusta quedarnos desnudos delante de todos, pero es una experiencia que genera una gran dosis de humildad.
Generalmente, nuestra primera reacción ante el hecho de quedar expuestos es de conmoción y enojo, no obstante, reconocemos la verdad cuando la oímos.
Se trata de un despertar brusco.
Estos despertares muchas veces sacan a la luz barreras que nos impiden hacer progreso espirituales en nuestra recuperación.
Una vez que estas barreras quedan al descubierto,
podemos trabajar los pasos para empezar a eliminarlas de nuestra vida.
Comenzamos a experimentar el alivio y la serenidad que anuncian un renovado despertar del espíritu.

Solo por hoy:

Reconoceré los despertares bruscos que tenga como oportunidades para avanzar hacia un despertar espiritual.

Depender de nuestro Poder Superior

«Ahora, en recuperación, descubrimos que todavía somos dependientes, pero ya no dependemos de lo que nos rodea sino de un Dios bondadoso y de la fuerza interior
que tenemos gracias a nuestra relación con Él.»

Nuestra vida avanza sin dificultad. Las cosas nos salen bien y cada año de recuperación nos aporta más dones materiales y espirituales.
Quizás tengamos un poco de dinero en el banco, un coche nuevo o un compromiso afectivo.
Poseemos cierta seguridad en nosotros y nuestra fe en un Poder Superior aumenta.
Pero entonces pasa algo. Alguien nos rompe el coche y nos roba el CD, o la persona con la que estamos en una relación nos es infiel.
Inmediatamente nos sentimos víctimas. «¿Dónde está la justicia?» sollozamos.
Pero si echamos un vistazo a nuestro comportamiento anterior, quizás veamos que hemos sido culpables de hacer lo mismo que nos han hecho.
Nos damos cuenta de que lo que realmente queremos no es justicia, ni para nosotros ni para los demás, sino clemencia.
Agradecemos a un Dios bondadoso por la compasión que nos ha demostrado y nos tomamos nuestro tiempo para apreciar los maravillosos dones que brinda la recuperación.

Sólo por hoy:

Pediré clemencia, no justicia.
Estoy agradecido por la compasión que me han demostrado y seré clemente con los demás.

Desapego

«La adicción a los juegos de azar, es una enfermedad (ludopatía) que afecta a toda la familia, pero sólo podíamos cambiarnos a nosotros mismos.»

Muchos procedemos de familias seriamente dañadas.
A veces, la locura que reina entre nuestros parientes resulta agobiante.
Por momentos tenemos ganas de preparar la maleta e irnos lejos, muy lejos.
Rezamos para que los miembros de nuestra familia se nos unan en la recuperación, pero, para nuestra gran tristeza, esto no siempre sucede.
A veces, a pesar de todos nuestros esfuerzos por llevar el mensaje, vemos que no podemos ayudar a quienes más queremos.
Nuestra experiencia de grupo nos ha enseñado que, con frecuencia, estamos demasiado cerca de nuestros familiares para ayudarlos.
Aprendemos que es mejor dejarlos al cuidado de nuestro Poder Superior.
Hemos visto que cuando no tratamos de arreglar los problemas de nuestros familiares, les damos el espacio que necesitan para resolver sus propios asuntos.
Al recordarles que no podemos resolver los problemas por ellos, nos damos la libertad de vivir nuestra vida.
Tenemos fe en que Dios ayudará a nuestros familiares.
Muchas veces, lo mejor que podemos brindar a nuestros seres queridos es el ejemplo de nuestra recuperación continua.
Por el bien del sano juicio de nuestra familia y el nuestro,
debemos dejar que nuestros familiares encuentren su propia manera de recuperarse.

Sólo por hoy:

Intentaré trabajar mi propio programa y dejaré a mi familia al cuidado de un Poder Superior.

Desgraciado es el hombre que, aunque gobierne el mundo, no se considera a sí mismo como altamente bendecido.
El hecho de simplemente estar aquí es una bendición.
¿Habría elegido no nacer? Ésa es la alternativa.
El hecho de no tener ya que jugar compulsivamente es desde luego una suprema bendición.
Siguiendo por el camino que iba podría no seguir aquí. Eso hace de cada día un regalo.
El hábito de quejarse, de desear que las cosas sean diferentes, no es nada más que una forma de asegurarnos depresión e infelicidad.
Al exponer éste y otros hábitos destructivos al programa de doce pasos, pidiéndole a Dios que me libere de ellos, puedo permitirme ser feliz.
Estoy empezando a darme cuenta de que no es la vida quien me debe algo; soy yo quien debe algo a la vida.

Sólo por hoy:

Aceptarme a mi mismo es disfrutar de mi vida, y sentirme altamente bienaventurado.

Detrás de la tranquilidad yace la desdicha superada.

“Se optimista… mira el lado positivo”. Muchas veces he tratado de seguir este consejo, pero raramente me trajo la solución a mis problemas. Es difícil entrar en contacto con los sentimientos, cogerlos y Examinarlos A La Luz De La Sobriedad y La Abstinencia.
¡Pero qué diferencia! Los grandes fantasmas de la tristeza se desvanecen bajo tal escrutinio, no porque les haya dado un barniz de optimismo, sino porque trabajé en la fuente de mi infelicidad.
Sé que no puedo hacerlo solo. Necesito este programa, mis compañeros de JA y mi Poder Superior en cada paso del camino. Sólo con esta ayuda puedo enfrentarme a mis dificultades y entregar lo que no puedo manejar.
La serenidad consiste en soltar las riendas y entregárselas a Dios.

Sólo por hoy:

¿Estoy aprovechando toda la ayuda que JA me ofrece al tratar de llegar a la raíz de mis descontento? Muchas posibilidades se abren ante mi: puedo pedir a alguien que me apadrine, ir a una reunión, escribir un inventario o hacer los pasos del cinco al nueve.

Dios concedeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
Valor para cambiar las que yo pueda
Sabiduría para distinguir la diferencia.

Solo por Hoy:

No apostaré y hare un inventario diario.

¿Donde esta el hombre sabio, el verdadero amigo, el carácter completo que buscamos por todas partes y sólo lo encontramos fragmentado?
¿Dónde, ¡ay!, dónde está esa persona perfecta? Encontraré a alguien que sea todo lo que deseo. Quizás éste. O aquél. Que noble suena la búsqueda de perfección. ¿Por qué hay siempre algo malo en la gente? Después de todo, yo no haría eso, ¡qué horror!. O aquello, ¡pensé!
Hoy he descendido de mi pedestal de “perfeccionismo” y disfruto de la gente tal como es. Soy libre de reírme, especialmente de mi mismo, de unirme para contar cuentos, bromas, chistes. Acepto y amo a las personas como son porque puedo aceptarme y quererme a mi mismo.

Sólo por hoy:

Cuando me libero de mi egocentrismo, dejo a un lado lo de tener la razón y me acerco a otra persona con amor.

El Quiero es un gigante en crecimiento para quien el abrigo del Tengo nunca fue lo suficientemente grande para cubrirlo.

Mis "QUIEROS” sobrepasan mis “TENGOS” en todo. Porque lo que mas deseaba como jugador compulsivo era poder jugar lo que quería cuando quería.
Esta enfermedad es un SÍNTOMA DEL QUIERO. ¿Qué más quería? ¿Más atención? ¿Más cosas? Sí y más, siempre más. Cualquier cosa que deseara, creía que debía tenerlo sólo por la fuerza de quererlo. Pero lo cierto es que rara vez necesitaba las cosas que quería.
Estoy aprendiendo que lo que mi vida necesita es la eliminación del desorden y el exceso, que consumen tiempo, espacio y energía. Si pienso que necesito algo, me pregunto a mi mismo, “¿Qué añadirá esto a mi vida?”

Sólo por hoy:

La verdadera fuente de la serenidad, de los sentimientos positivos, no es conseguir lo que quiero, Sino Querer Lo Que Tengo.

El amor infantil sigue el principio: Amo porque soy amado. El amor adulto sigue el principio: Soy amado porque amo.

El crecimiento emocional a menudo empieza en el momento en que atravesamos las puertas de JA. Dada la desgastada autoestima de muchos jugadores compulsivos, es una experiencia profundamente conmovedora encontrar la aceptación incondicional en las salas de las reuniones de JA.
De aquel principio llegan la propia aceptación y la capacidad de aceptar amor de otros sin condiciones o expectativas.
Como dijo un miembro de JA, Yo te quiero; si tu me quieres o… no es cosa aparte”.

Sólo por hoy:

¿Demuestro a las personas aceptación y amor sin insistir en que ellos me aseguren los suyos?

El aspecto exterior es un pobre sustituto del valor interior.
La apariencia no lo es todo, pero dice al mundo cómo me siento.
Según aumentan mis días de abstinencia mi apariencia fisica y mi lucides mental esta casi en equilibrio, me noto mejor y mis seres queridos me lo espresan.
Antes de JA, el atractivo físico y mi lucides mental presentaba problemas a los que no me quería enfrentar.
Al ir practicando los pasos del programa, estos problemas disminuyen.
Gano un buen estado espiritual, salud mental y bienestar físico.
Dar un ciento por ciento de mi a las tareas diarias, y aplicar los principios del programa en todos mis asuntos
me mantiene fuera de la obsesión tanto de la apostar como de la preocupación sobre mi aspecto fisico y psiquico.
Permanezco en abstinencia, asistiendo a las reuniones del grupo,orando, meditando, haciendo servicio.

Sólo por hoy:

JA me promete una recuperación en tres planos como resultado de trabajar el programa lo mejor que pueda.
Ésta es la única manera que conozco de conseguir tanto el atractivo exterior como el valor interior.

El azar es quizá el seudónimo que utiliza Dios cuando El no quiere identificarse.

La gente que ha estado al borde de la destrucción y luego un día despierta y se encuentra restablecido a una perfecta salud, no cree en la coincidencia.
Nos quedamos sin aliento, pasmados con las historias personales cuya recuperación realmente la vida misma dependía de una "suerte" ciega, de una serie de eventos tan increíbles que los habrían descartado en otras circunstancias.
Hay miembros que cancelaron una operación porque, en el lapso que estaba pautado para la operación y el día en que iban a ingresar al hospital, encontraron a JA. Otros, cuyos doctores les habían dado un periodo muy corto de vida, nos cuentan del "fondo", literalmente hablando, al que habían llegado donde el deterioro físico y mental era total. Ellos, también fueron dirigidos a nuestra puerta y están recuperándose.

Sólo por hoy:

La poderosa fuerza que me trajo a JA, está lista para guiarme a las promesas de este programa.

El corazón tiene tanta influencia sobre nuestro entendimiento que merece la pena comprometerlo en nuestro beneficio.
Si la lógica fuera la influencia dominante en la conducta del ser humano.
¿Quién sería jugador compulsivo o alcohólico o un excesivo obsesionado por cualquier cosa?
Los problemas emocionales no pueden ser razonados ni resueltos por métodos científicos.
La lógica es perdida en los innombrables miedos que parecen no tener ninguna base en la realidad.
Siento lo que siento no lo que mi cabeza dice que "debiera" sentir.
MI PERSISTENCIA EN INTENTAR CONTROLAR MIS EMOCIONES A TRAVÉS DE LA RACIONALIDAD, TERMINA EN DESALIENTO Y FRUSTRACIÓN.
En JA, estoy aprendiendo a profundizar en el lenguaje del corazón.

Sólo por hoy:

La oración no es lógica y sin embargo funciona. Cuando falla la inteligencia racional, coloco mi fe en una fuente de ayuda que va más allá de mi comprensión y sé que recibiré lo que necesito.

El éxito puede corromper; la utilidad sólo puede exaltar.

Una de las grandes fortalezas de Jugadores Anónimos, es la utilidad que nos prestamos unos a otros.
Sólo con asistir a las reuniones, estamos haciendo un servicio útil tanto para nuestros compañeros como para nosotros mismos.
Una vez que tenemos la condición requerida el deseo de dejar de jugar compulsivamente nada es obligatorio en JA.
No hacemos promesas a nadie sobre nada. Lo que apostamos y lo que pensamos, no son asuntos que deban ser públicamente determinados y jurados; en efecto hasta la práctica de los doce pasos es asunto nuestro.
Sin embargo, asistir a las reuniones es un mínimo compromiso que cada uno de nosotros hacemos con nosotros mismos.
SI NO PODEMOS HACER NADA MÁS, POR LO MENOS IR A UNA REUNIÓN.

Sólo por hoy:

El primer criterio de utilidad de un miembro de JA es su presencia en las reuniones.

El final de un año no es ni un final ni un principio, sino un continuar con toda la sabiduría que la experiencia pueda inculcarnos.

Tanto si es el principio de un nuevo año, como de un nuevo mes, semana o día, es tentador tomar decisiones, hacer juramentos, prometer reformas.
Antes de JA no sabía que estos empeños eran intentos equivocados para controlar, para intentar una vez más hacer de mi mismo un jugador normal o social.
¿Quiero abstinencia con paz interior?
¿He podido conseguirla yo solo?
Puedo admitir mi impotencia ahora o puedo esperar por otro “principio” en el calendario. Pero el mejor momento para rendir mi voluntad, mis viejas ideas, mis defectos de carácter es cualquier momento en el que estoy dispuesto a crecer.

Sólo por hoy:

En vez de resoluciones, promesas y juramentos, señalo este día haciendo lo mismo que los demás: entregando mi vida y mi voluntad a Dios.
Renuncio a tratar de manejar mi compulsion por apostar.

El gran enemigo de la verdad no es muchas veces la mentira deliberada, artificial y deshonesta sino el mito,
persistente, persuasivo e irreal.
Mi adicción por la apuesta fue adquirida, por lo tanto yo podía sobrevivir y enfrentarme a circunstancias dolorosas con anterioridad.
Así empezaron dos mitos: primero, que el dolor tenía que ser evitado a toda costa, y segundo, que apostar aliviaría el dolor.
Estos mitos fueron útiles entonces, pero son una locura hoy día.
Según he estado dispuesto a aceptar la verdad que se me revela en este programa, los mitos a los que me aferro tan desesperadamente pierden credibilidad. Ya no necesito anestesiarme; puedo permanecer erguido y sentir mis sentimientos.

Sólo por hoy:

Cuanto más acepto la realidad de lo que hay, más fácil y serena se hace mi vida