SOLO POR HOY

Somos sanados del sufrimiento sólo cuando lo experimentamos al máximo.
Cuando sufro, busco distraerme: ir aquí, correr allá, y seguir corriendo hasta que no haya donde ir.
Cualquier forma que use como evasión ya sea la hiperactividad o retirarme en aislamiento y jugar compulsivamente toma lo que sea necesario para hacerme caer de rodillas, y experimentar lo que sea que estoy evitando, entregar mi voluntad al Poder Superior, y en un instante, ser libre.
Me voy, sintiéndome ligero y alegre y preguntándome por qué luché tan duramente.
¿Haré lo mismo la próxima vez? Posiblemente. Pero cada experiencia confirma lo que he aprendido; mi dolor puede durar un minuto,una hora, una semana o un mes pero permitirme sentirlo es un alivio en si mismo y el comienzo de la libertad.

Sólo por hoy:

Es natural evitar el sufrimiento, pero como jugador compulsivo, estoy alerta a mi tendencia a intentar evadir lo que la mayoría de la gente acepta como parte de la vida.

La lista de gratitud

«Nos fijamos en lo que no nos sale como queremos e
ignoramos toda la belleza que hay en nuestra vida.»

Es fácil estar agradecidos cuando todo marcha bien.
Si nos ascienden en el trabajo, estamos agradecidos.
Si nos casamos, estamos agradecidos.
Si alguien nos sorprende con un bonito regalo o un favor que no hemos solicitado, estamos agradecidos.
Pero si nos despiden, nos divorciamos o sufrimos una desilusión, la gratitud vuela por la ventana. Nos obsesionamos con las cosas que salen mal, aunque todo lo demás vaya de maravilla.
Aquí es donde podemos usar una lista de gratitud.
Nos sentamos con lápiz y papel y hacemos una lista de la gente con la que estamos agradecidos. Todos tenemos personas que nos han apoyado ante las dificultades de la vida.
Hacemos una lista de nuestras cualidades espirituales,
porque sabemos que sin ellas jamás hubiéramos salido airosos de nuestras circunstancias actuales. Por último,
pero no menos importante, apuntamos nuestra recuperación en sí.
Ponemos en la lista todas las cosas de las que estamos agradecidos.
Sin duda veremos que tenemos literalmente cientos de cosas en nuestra vida que nos inspiran gratitud. Hasta los que tengamos una enfermedad o hayamos perdido todos los bienes materiales encontraremos bendiciones
de naturaleza espiritual de las cuales estar agradecidos,
un despertar espiritual es el don más valioso que un adicto puede recibir.

Sólo por hoy:

Haré una lista de cosas, tanto materiales como espirituales, de las cuales estoy agradecido.

Si quieres complacer a la gente, debes hacerlo a su propia manera; y ya que no puedes hacer que sean como deberían ser, debes tomarlos como son.
Aprendí muy pronto que complacer a la gente puede hacer la vida agradable.
Hoy me doy cuenta de que complacer a la gente como forma de vida es llevar demasiado lejos un impulso bueno y natural.
Que alivio saber que no soy todopoderoso que no puedo hacer que la gente juegue los papeles que yo creo para ellos, no importa lo bueno que sea el reparto.
JA me enseña a tomar a la gente como es.
Siempre habrá algunos de cuya compañía no disfrute,
pero hay muchos otros cuyo deleite por las cosas sencillas me produce alegría.
Es bueno estar cerca de estas personas.

Sólo por hoy:

No hay una manera mejor de tratar a la gente que aceptarlos como son.

Estoy seguro, que nada exige más de nuestras facultades que sentirse obligado a luchar con el mundo.
Las luchas con el mundo toman formas muy distintas.
Mientras algunos se enzarzan activamente contra los males de la sociedad, otros libran la batalla consigo mismos.
Jugar compulsivamente es una lucha contra uno mismo.
La obsesión conduce a sus víctimas a la apuesta, incluso cuando se retraen a llorar en su abandono.
Una vez se ha encontrado el remedio espiritual podemos ver que esta clase de lucha también despierta las facultades, intensificando la conciencia del peligro, y afinando nuestra capacidad para distinguir la verdad de la ilusión.

Sólo por hoy:

No hay que arrepentirse, ni ignorar las luchas del pasado, sino usarlas para vivir en libertad.

La mayor parte de la gente pedimos la felicidad bajo ciertas condiciones.
La felicidad sólo se puede sentir si no establecemos condiciones.

Como Ludópata, sé que poner condiciones a la felicidad no funciona. Pensaba que sólo podría ser feliz si estaba sin realizar apuestas compulsivas.
Así que no aposté. Salí y me divertí y sentí muchas emociones. Eso era la felicidad, ¿no? No, no lo era.
La felicidad es la libertad de la compulsión por la apuesta y esa libertad no llega hasta que renuncio a las condiciones, a los “Sí, pero” y a los “Si sólo”.
Cuán esclavizantes son las condiciones, y cuánto miedo da abandonarlas, perder el control.
LA VIDA NO VIENE A LA CARTA. Viene como viene, en sus propios términos, tanto si la aceptamos como si no.

Sólo por hoy:

Establecer condiciones es volverme a poner en el asiento del conductor.
Puedo tener el valor de confiar, de soltar riendas y de saber que la capacidad de hacerlo es una gran bendición.

Si todo tirara en una dirección, el mundo se voltearía.

Con razón se dice en Jugadores Anónimos que nuestros lazos comunes son más grandes que nuestras diferencias individuales.
Aparte de las experiencias que compartimos como jugadores compulsivos, sin embargo somos tan diversos como cualquier grupo de gente en cualquier otra parte.
Cuando ofrezco ayuda a alguien que la pide debo mantener en mente las diferencias individuales.
No somos copias al carbón el uno del otro. Lo que puede beneficiar a una persona puede ser totalmente inapropiado para otra.
Cada uno de nosotros debe sentirse libre de encontrar su propio camino,tanto en la elección de un plan diario como en el trabajo del programa.

Sólo por hoy:

¿Estoy realmente ayudando a aquellos que apadrino a encontrar lo que funcione mejor para ellos?

Nuestra vida entera, con todo nuestro estupendo código moral y nuestra preciosa libertad, consiste en última instancia en aceptarnos a nosotros mismos como somos.
¿Qué es la autoaceptación? ¿Significa aceptar mis buenas cualidades y rechazar las de los demás? No. Autoaceptación significa tomarme tal como soy y gustarme todo yo, sin condiciones.
Puede que no me guste estar en accion realizando apuestas compulsivas en varios lugares, pero esto no tiene nada que ver con que me guste la persona que soy. YO NO SOY MI apuesta compulsiva.
Ni tampoco soy mi timidez. Ni mi torpeza física, o mi pelo tieso. Hay mucho más en mi que cualquiera de estas características. Incluso si hiciera una lista de mis atributos conocidos, seguiría sin revelar todo lo que hay que saber sobre mi.

Sólo por hoy:

No es una señal de orgullo, sino de humildad saber que soy único y hermoso, y que no apuesto a nada en la vida.

Honestidad en aumento

«Desde un punto de vista práctico, los cambios se
producen porque lo que es apropiado para una fase de la
recuperación, puede no serlo para otra.»

Cuando llegamos por primera vez a Jugadores Anónimos, muchos no teníamos una ocupación lícita. No todos decidimos de repente que íbamos a convertirnos en un modelo de ciudadano, honesto y productivo, desde el primer instante. Pero en recuperación, pronto descubrimos que no nos sentimos tan cómodos al hacer muchas de las cosas que hacíamos sin pensarlo dos veces cuando apostabamos.
A medida que avanzamos en nuestra recuperación, empezamos a ser honestos en cuestiones que antes probablemente ni nos molestaban. Empezamos a devolver el cambio de más que quizás algún cajero nos había dado por error, o a admitir que hemos chocado un coche estacionado. Nos damos cuenta de que si empezamos a ser honestos en las pequeñas cosas, resulta mucho más fácil tratar con las pruebas más importantes a nuestra honestidad.
Muchos llegamos aquí con una capacidad de honestidad muy limitada. Pero notamos que a medida que trabajamos los Doce Pasos, nuestra vida empieza a cambiar. Ya no nos sentimos cómodos cuando nos beneficiamos a expensas de otros. Podemos sentirnos satisfechos de la honestidad que acabamos de descubrir.

Sólo por hoy:

Examinaré el grado de honestidad de mi vida y veré si me siento cómodo con él.

Autovaloración y el servicio

« Participar en servicio me hace sentir valioso.»
La mayoría, cuando llegamos a JA, teníamos poca autovaloración que rescatar.
Muchos miembros dicen que, al principio de su recuperación, empezaron a desarrollar la autoestima a través del servicio.
Es poco menos que un milagro empezar a tener un efecto positivo en la vida de los demás a través del servicio.
La mayoría no tenemos mucha experiencia, fortaleza ni esperanzaa los treinta días de estar astinentes.
De hecho, algunos miembros nos dicen con absoluta seguridad que lo mejor que podemos hacer es escuchar.
Pero a los treinta días, sí tenemos algo que ofrecer al adicto a los juegos de azar que acaba de llegar a JA esforzándose por pasar veinticuatro horas sin apostar.
El miembro más nuevo de JA, que sólo tiene el deseo de dejar de jugar pero ninguna de las herramientas, difícilmente imagina que alguien se mantenga abstinente durante uno, dos o diez años.
Sin embargo puede identificarse con quienes llevan treinta días en abstinencia y recogen un llavero con expresión de orgullo e incredulidad.
El servicio es nuestro don singular, algo que nadie puede quitarnos.
Damos y recibimos.
A través del servicio muchos emprendemos el a veces largo camino de regreso que nos lleva a convertirnos en miembros productivos de la sociedad.

Sólo por hoy:

Agradeceré la oportunidad de servir.

Entre dos taburetes uno termina sentándose en el piso.
No, no siempre sé qué camino tomar, donde ir, qué hacer. Pero JA dice: "No te tortures"
Pide a tu Poder Superior por una respuesta y luego relájate.
Te llegará la inspiración, algunas veces directamente, otras indirectamente."
Antes pensaba que tenía que tener respuestas para todo. Y TENÍAN QUE SER RÁPIDAS, SEGURAS, POSITIVAS, CORRECTAS.
Hoy no lo sé. Desistí de tener que saber, cuando JA me enseñó una mejor manera de vivir.

Sólo por hoy:

La indecisión ya no me hace entrar en pánico.
Tanto si tengo que actuar rápidamente, o tengo algún tiempo para pensar, la respuesta llegará libremente de Dios, si yo se la PIDO.

Luego, se dice muy fácilmente.
Antes de entregarle un problema a Dios, estoy razonablemente seguro de que Dios espera que yo intente poner algo de mi parte.
A esto se le llama trabajo de a pié.
Sé cuando estoy posponiendo y cuando una tarea es verdaderamente imposible para mi.
No es imposible ser honesta con alguien, hacer reparaciones, pedir ayuda a otra persona.
No es imposible tratar de frenar mi malhumor y mi lengua.

Sólo por hoy:

¿Qué acción que he estado posponiendo puedo llevar a cabo?
Rezo por la buena voluntad de hacer lo que es posible hacer.

Puedes esforzarte en parecerte a tus hijos pero no intentes hacerles ser como tú.

Una de las más altas metas que puedo proponerme es ser como un niño. Todo lo bueno que me sucede es el resultado de permitirme a mi mismo abrirme a todas las posibilidades, a cada matiz secreto del mundo natural.
Por otro lado, intentar cargar a un niño con los artificios y adornos de una mente adulta es estúpido y opresivo.
Vivir los largos y maravillosos días de la niñez es un derecho que Dios nos da al nacer, y el juego de un niño es uno de los trabajos más serios y necesarios. Es una triste injusticia invadir la ya corta niñez, con pesados horarios y rutinas inflexibles que conforman un modelo apropiado para las actividades de los adultos.

Sólo por hoy:

La libertad de ser nosotros mismos, es tan necesaria para mis hijos cómo lo es para mí.

La satisfacción sin restricciones de cada necesidad
se presenta como el método más atractivo de conducir nuestras vidas, pero esto significa anteponer el placer a la prudencia, y pronto este método trae su propio castigo Pensé que debía disfrutar cada minuto.
También pensé que si quería algo tenía que tenerlo.
El dolor debía ser evitado.
Hoy sé que el dolor de jugar compulsivamente es peor que cualquier problema que pueda enfrentar.
También sé que ese dolor es fácil de olvidar. Aunque mi vida es mejor de lo que ha sido nunca, necesito recordar diariamente que la abstinencia es la cosa más importante en mi vida.
Ya he pagado mis deudas como jugador compulsivo. Gracias a Dios, estoy aquí, en Jugadores Anónimos. Y no quiero volver al sitio de donde vine.

Sólo por hoy:

Reconozco la diferencia entre lo que quiero y lo que necesito.
Para mí, el lema "lo primero, primero" significa poner mi abstinencia antes que cualquier cosa.

El hombre que nunca cambia de opinión es como el agua estancada, y cría reptiles en la mente.
Estaba seguro de que mi vida no cambiaría nunca, que todo seguiría igual.
Luego algo ocurrió. Encontré a J.A me encontró a mí. Ese fue el comienzo.
Hoy, mi opinión sobre lo que es bueno y malo, correcto y equivocado, cómo las cosas deberían o no deberían ser, cambian con conciencia, con valor para admitir mis defectos y con buena voluntad para renunciar a viejas ideas.
Algunos días me siento atascado, incapaz de soltar. Entonces analizo mi opinión.
¿Dónde la adquirí?
¿Es algo que creí siendo niño?
¿Es válida todavía? ¿Por qué aún la sostengo?
Las preguntas son beneficiosas.
Las respuestas vienen a mí exactamente como lo hicieron al principio, cuando encontré J.A.

Sólo por hoy:

Me detengo en la mitad de una vieja respuesta, una vieja costumbre o una antigua manera de pensar y me pregunto:
"¿Es esta verdaderamente la mejor manera o existe otra mejor?"

Cada hombre tiene su propio valor, pero se traiciona
porque busca en si mismo el valor de otros.
Siempre parece que otras personas sean mejores que yo
más abstinentes, más seguros, más capaces de enfrentarse a los problemas de la vida.
Sólo sabía cómo me sentía yo y cómo parecían los demás.
Cuando llegué a JA, escuché, “No compares tu interior con el exterior de otro”, y “Dios no hace basura”.
Cada vez que soy consciente de mi tendencia a rebajarme, me reafirmo y practico la creencia de que me merezco el mismo crédito que doy a los demás. Me trato a mi mismo como trataría a alguien a quien quiero y respeto.

Sólo por hoy:

Gustarme a mi mismo, como hace Dios, abre nuevas puertas, evoca un nuevo espíritu que me da valor y deja sitio a la verdadera humildad.

La forma de hablar es el espejo del alma: como un hombre... habla así es él.
¿Lo que digo brota de la abstinencia y el pensamiento limpio o sale de la autocompasión y la crítica que caracteriza mi enfermedad
LAS PERSONAS QUE ESTÁN VIVIENDO EN RECUPERACIÓN …HABLAN PROGRAMA.
Aunque comparten libremente sus desgracias y sus errores de juicio, son rápidas a tomar la responsabilidad por sus acciones.
Tanto en conversaciones privadas como compartiendo en el grupo, lo que yo diga es lo que me identifica, ya sea como miembro de JA, que está trabajando
activamente el programa y aprendiendo a aceptar la verdad, o como un miembro que todavía está sufriendo de pensar como jugador compulsivo.

Sólo por hoy:

Mi conversación refleja mi progreso en el programa. Escuchando atentamente lo que digo me indicará lo que necesito hacer.

Enmiendas y padrinos

«Queremos librarnos de la culpabilidad, pero no deseamos hacerlo a costa de nadie.»
Reconozcámoslo: la mayoría dejamos huellas de destrucción a nuestro paso e hicimos daño a todos los que se cruzaban en nuestro camino.
Algunas de las personas a quienes más lastimamos en nuestra adicción eran las que más queríamos.
Quizás estemos tentados de compartir con nuestros seres queridos, en un esfuerzo por librarnos de la culpa que sentimos por lo que hemos hecho, detalles horribles de cosas que es mejor callar. Semejantes revelaciones podrían hacer mucho daño y muy poco bien.
El Noveno Paso no consiste en aliviar nuestra conciencia culpable, sino de asumir la responsabilidad de las faltas que cometimos.
Al trabajar el Octavo y el Noveno Paso debemos procurar que nos guíe nuestro padrino o madrina, y enmendar nuestras faltas de manera que no nos hagan deber más disculpas.
No buscamos simplemente librarnos de nuestros remordimientos, sino librarnos de nuestros defectos.
No queremos hacer daño a nuestros seres queridos nunca más. una forma de asegurarnos de que no lo haremos es trabajar el Noveno Paso responsablemente,
examinar nuestras motivaciones y hablar con nuestro padrino sobre las enmiendas específicas que planeamos hacer.

Sólo por hoy:

Deseo aceptar la responsabilidad de mi actos. Antes de hacer enmiendas, hablaré con mi padrino.

Buena Voluntad

«El servicio es la mejor expresión de buena voluntad y servir adecuadamente es "hacer lo correcto por el motivo correcto."»

El núcleo espiritual de nuestra enfermedad es el egocentrismo.
La única razón para tratar con los demás era el egoísmo que nos enseñaba nuestra adicción: queríamos lo que queríamos en el momento que lo queríamos.
La obsesión con uno mismo estaba arraigada en el mismísimo terreno de nuestra vida.
¿Cómo arrancamos la autoobsesión en recuperación?
Al aplicar algunos principios espirituales muy sencillos invertimos los efectos de nuestra enfermedad. Aprendemos a aplicar el principio de buena voluntad
para contrarrestar el egocentrismo de nuestra adicción.
En lugar de intentar servirnos sólo a nosotros mismos,
empezamos a servir a los demás.
En vez de pensar sólo en lo que podemos sacar de una situación,
aprendemos a pensar primero en el bienestar de otros.
Cuando nos enfrentamos a una decisión moral, aprendemos separar, recordar los principios espirituales y actuar apropiadamente.
A medida que empezamos a «hacer lo correcto por el motivo correcto» detectamos un cambio en nosotros.
Donde antes nos regía la terquedad, ahora nos guía la buena voluntad hacia los demás.
El egocentrismo crónico de la adicción pierde poder sobre nosotros.
Aprendemos a «practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra vida»; estamos viviendo nuestra recuperación, no nuestra enfermedad.

Sólo por hoy:

Donde quiera que esté y haga lo que haga, trataré de servir a los demás, no sólo a mí mismo. Cuando me enfrente a una disyuntiva, trataré de hacer lo correcto por el motivo correcto.

Una palabra nos libera de todo el peso y dolor de la vida: esa palabra es amor.
Algunas veces la palabra no necesita ser dicha: se siente. Los niños pequeños se alzan y se abrazan.
Un tono de voz cálido y tierno puede decir cualquier cosa y expresar amor.
Y más aún: cuando se derrama la leche, se rompe un juguete nuevo, se mancha la alfombra.
Amor es limpiar el desastre tranquilamente, sin recriminación, con una mutua comprensión que esos accidentes suceden.
Un miembro de JA compartió en una reunión un incidente que ocurrió en una fiesta de cumpleaños cuando tenía cinco años.
Ella eructó y su hermano la llamó cerda.
Se sintió tan humillada que quiso levantarse de la mesa pero su padre fue hacia ella, la abrazó y le susurró al oído: "no importa.
" El poder del amor de su padre superó el aguijón del comentario de su hermano.
Amor es mucho más que decir: Te quiero.

Sólo por hoy:

¿Cómo expreso mi amor?

Despertar

«Mientras nos ayudamos mutuamente, Dios nos ayuda a todos.»

La adicción a los juegos de azar nos llevó a pensar casi exclusivamente en nosotros.
Hasta nuestras oraciones si es que orábamos eran egocéntricas.
Le pedíamos a Dios que arreglara las cosas o que nos sacara de apuros. ¿Por qué?
Porque no queríamos vivir con los problemas que nos habíamos creado. Éramos inseguros.
Pensábamos que la vida consistía en conseguir, y siempre queríamos más.
Y en recuperación conseguimos más... más que el solo hecho de no apostar.
El despertar espiritual que experimentamos al trabajar los Doce Pasos nos revela una vida que nunca soñamos posible.
Ya no tenemos que preocuparnos de si
habrá «suficiente», porque llegamos a confiar en un Poder Superior bondadoso que satisface todas nuestras necesidades diarias.
Aliviados de nuestra incesante inseguridad, ya no tenemos que mirar al mundo como un sitio en el que competir con los demás para realizar nuestros deseos.
Lo vemos, en cambio, como un lugar para vivir del amor que nuestro Poder Superior nos ha demostrado.
Nuestras plegarias no procuran gratificación instantánea, sino ayuda para ayudarnos mutuamente.
La recuperación nos despierta de la pesadilla del egocentrismo, la rivalidad y la inseguridad, núcleo de nuestra enfermedad.
Despertamos a una nueva realidad: todo lo que vale la pena poseer puede conservarse sólo si lo compartimos con otros.
Hoy buscaré ayuda dando el amor que me ha dado mi Poder Superior, porque sé que es la manera de conservarlo.

Sólo por hoy:

Dios me ayuda mientras ayudo a los demás.

Pocas veces nos sentimos orgullosos cuando estamos solos.
Quiero estar con otros de la forma en que estoy conmigo mismo.
No hay fingimientos ni defensas ni actitudes derrotistas.
Estoy aprendiendo a no hacerme daño a mi mismo, así que no juego.
No me trato de impresionar ni actúo como si fuera importante. Sé más que eso.
Estoy más próximo a ser yo mismo cuando estoy solo.
De ninguna manera sigo un guión o interpreto un papel o pretendo ser algo que no soy.
Jugadores Anónimos me anima a ser yo mismo cuando estoy con otros miembros.
Cuando comparto en las reuniones, se hace más fácil dejar a un lado el estúpido velo del orgullo que no engaña a nadie y mantiene mis sentimientos encerrados en mi interior.

Sólo por hoy:

Ser yo mismo es como la abstinencia: tiene alta serenidad.

La máxima, “Nada sirve excepto la perfección”, puede traducirse por “Parálisis”.

¿Cuánto tiempo colgará como lenguas caídas el papel de las paredes de mi habitación? ¿Por qué no lo arreglo o he hecho que lo arreglen?
Porque quiero hacer un trabajo perfecto. Quiero el mejor papel, el más bonito y el más elegante del mundo. Pero, ¿dónde puedo encontrarlo? Sólo pensar en buscar el papel perfecto entre montones y montones de modelos me paraliza. Es por eso que el papel sigue estando como está y mantengo cerrada la puerta de la habitación.
¿De dónde viene la necesidad de ser perfecto? Es cierto que si no hago nada, nadie puede criticar mi falta de gusto o lo que sea que creo que he de tener. Pero el crítico más duro e implacable de todos soy yo; veo ese papel todos los días y odio al perezoso que me fuerza a vivir de esta manera.


Sólo por hoy:

El perfeccionismo es otra obsesión, y rezo para ser liberado de ella. Hago el trabajo de a pie necesario dando un pequeño paso hacia un proyecto o actividad que he estado posponiendo.

"Toma lo que sea necesario" es como dice uno de los lemas de JA. Esto es indiscutible, por supuesto; la abstinencia llega en el tiempo de Dios y no puede ser apresurada simplemente porque la pedimos.
Aunque nosotros los J.A afirmamos que no tiene cura que nuestra adicción por las apuestas se detiene, y a medida que juntamos muchos solo por hoy en abstinencia, levantamos el fondo hasta minimizar la compulsión, y de esta manera cada vez estamos mas lejos de volver a la acción de apostar.
Sin embargo hay que estar pendiente de la oportunidad.
Un miembro con muchos tiempo de abstinencia recuerda que todo lo que hizo los dos primeros años fue recaer,
dejar JA disgustado y volver. Durante ese período tuvo varias experiencias espirituales momentos fugaces en los que se vio libre de la obsesión y sintió la necesidad de empezar inmediatamente a buscar un padrino y trabajar los pasos. Pero cada vez dejó pasar ese sentimiento sin actuar de acuerdo a él.
Hoy acepta que esto puede considerarse como
el "Horario de Dios," pero puntualiza que fue él y no Dios, quien dejó pasar las ocasiones.

Sólo por hoy:

Busco cada oportunidad para la recuperación estar abstinente con paz mental y realizar todas las otras promesas de este programa.

De la rendición a la aceptación

Nos rendimos tranquilamente y dejamos que el Dios que nosotros concebimos cuide de nosotros.»
La rendición y la aceptación son como el enamoramiento y el amor. El enamoramiento empieza cuando conocemos a alguien especial y no requiere nada más que el reconocimiento del objeto de nuestro capricho. Pero para que el enamoramiento se convierta en amor, hace falta mucho esfuerzo. Ese vínculo inicial debe alimentarse lenta y pacientemente para que se convierta en un lazo sólido y duradero.
Lo mismo sucede con la rendición y la aceptación. Nos rendimos cuando reconocemos nuestra impotencia. Poco a poco llegamos a creer que un Poder más grande que nosotros puede brindarnos el cuidado necesario. La rendición se convierte en aceptación cuando dejamos entrar ese Poder en nuestra vida. Nos examinamos y dejamos que nuestro Dios nos vea tal como somos. Después de haber permitido que el Dios que concebimos acceda a lo profundo de nuestro ser, aceptamos mejor su cuidado. Le pedimos que nos alivie nuestros defectos y nos ayude a enmendar las faltas cometidas. Luego, nos embarcamos en una nueva forma de vida, mejoramos nuestro contacto consciente y aceptamos que nuestro Poder Superior siga cuidándonos, guiándonos y fortaleciéndonos.
La rendición, como el enamoramiento, puede ser el principio de una relación de toda la vida. Pero para convertir la rendición en aceptación, debemos dejar que el Dios que concebimos cuide de nosotros a diario.

Sólo por hoy:

Mi recuperación es más que un enamoramiento. Me he rendido. Hoy, alimentaré mi contacto consciente con un Poder Superior y aceptaré que siga cuidándome.

Malditas sean las mentiras sociales que nos deforman la verdad de vivir.
"Vamos, una sola apuesta no te hará daño."
Si puede hacerte daño si eres un jugador compulsivo.
Si hago caso de la gente bien intencionada que no entiende nada de mi aflicción, seré un solitario público de uno con el resultado.
Si puedo aprender tantas cosas a través de la práctica, puedo aprender a decir No.
Hasta entonces, tal vez tenga que dejar viejos amigos, viejos lugares, viejas actividades.
Esto es llamado hacer lo que sea.

Sólo por hoy:

Estoy siempre consiente de quién soy y cuáles son mis limitaciones.
Puedo rehusar las apuestas ya que son peligrosas para mí, tan fácilmente como me quito del camino de un auto a alta velocidad.

Todos formamos parte
«A pesar de nuestras diferencias, la adicción hace que todos naveguemos en el mismo barco.»
¡Qué mezcla de gente hay en Jugadores Anónimos! En cualquier reunión, cualquier noche, encontramos una variedad de gente que probablemente nunca se hubieran reunido de no ser por la adicción.
Un médico, miembro de JA, describía sus reparos a identificarse en la primera reunión, a negarse a entrar en «esa sala llena de adictos».
Otro miembro, una mujer con un extenso historial de cárceles y hospitales, compartió una historia similar,
salvo que su sorpresa surgió cuando se dio cuenta de que «ahí había gente fina... ¡hasta iban en traje!».
Estos dos amigos, hace poco celebraron su séptimo aniversario de bodas.
Las personas más inverosímiles se hacen amigas, se apadrinan, realizan trabajos de servicio juntas.
Nos reunimos para recuperarnos juntos, compartir el sufrimiento pasado que nos une y la esperanza en el futuro.
Nos reunimos por el mismo motivo, centrándonos en las dos cosas que todos tenemos en común: la adicción y la recuperación.

Sólo por hoy:

Independientemente de mis circunstancias personales, también formo parte.