EL DON, LA ENTREGA DE UNO MISMO

El don más maravilloso que uno puede dar y recibir de sus pares, en este caso todos los que estamos afectados por la ludopatía, es el de concluir con el dañino empeño de destruirnos al menos por hoy.

Cuando cesa aquél empeño triste y destructivo, cuando dejamos de humillarnos a nosotros mismos, cuando un día cualquiera tomamos la mejor decisión, la excelente decisión de detener el juego, es el mejor don de nuestro tiempo, nuestras 24 hs de abstención y si es posible de recuperación, a todos aquellos compañeros y compañeras que experimentan la alegría de compartir su día en este hermoso proyecto

Cuando hay alguien todavía falsamente ilusionado, pero se ilumina su error de concepto, ahí está el don de las palabras esclarecedoras y a veces correctoras de las distorciones de enfoque

Cuando hay alguien desesperado, que sufre por el juego compulsivo, que siente que ha llegado CASI AL FIN, al borde mismo del infierno, ahí está el don de una palabra esperanzada, el sentido de su valor para sí mismo, para la familia, para la comunidad,

ENTONCES

La esperanza posible de DETENER EL JUEGO COMPULSIVO es realizable no como un milagro inexplicable, sino como el fruto de un deseo sincero de poner un límite a las fuerzas indomábles y mortíferas para transformarlas en fuerzas positivas, al servicio de la vida y del amor por uno mismo y por los semejantes.

FALTA TANTO POR HACER, FALTAN DIAS POR VIVIR, AMIGOS QUE ACOMPAÑAR, PROMESAS QUE CUMPLIR, FALTA HACERNOS PERDONAR, FALTA DARNOS UN PERDÓN

Cada día nos damos unos a otros la esperanza alegre y el aliento para iniciarnos o continuar con nuestra empresa de recuperar nuestros valores más humanos y tiernos.

GRACIAS A TODOS, POR DARME EL VALOR PARA DISFRUTAR DE MIS 24hs

UN SALUDO

Hola J.G.M.

Gracias a ti por compartirlas con nosotros, de ese modo tan estupendo como tú sabes hacerlo.
Hasta pronto.