VOCES DE RECUPERACION

“Un verdadero bienestar es lo que encontraremos en el saludable balance de la abstinencia. Este bienestar es tan profundo y puro que cualquier problema o dolor que nos cueste atravesar vale la pena para obtenerlo”

La abstinencia brinda paz y libertad a mi vida. Me brinda la simplicidad de poder vivir día a día, de no querer mentir cuando debo declarar lo obtuve de dinero por mi trabajo.
Los años de insomnio y pesadillas terminaron por que la abstinencia me da el coraje de ser una persona que respeto, la integridad de alinear mis acciones con mis valores.
Así que, cuando los mares de mi vida se tornan tormentosos, recuerdo la frase “LA ABSTINENCIA ES UN BOTE SALVAVIDAS. PERMANECE EN EL BOTE SALVAVIDAS”.
Mi enfermedad solía tentarme para pensar que el estar abstinente “me hacía” sentir el dolor. Hoy entiendo que mientras más incómodos sean mis sentimientos, más grande será la libertad que yo experimente CUANDO ATRAVIESE LA SITUACIÓN EN ABSTINENCIA. Ahora el tiempo y energía que gasté tratando de alejarme de los problemas está disponible para experimentar la alegría. Solo por hoy, atesoro mi abstinencia.

“La disposición al cambio es la esencia del Paso Seis. El cambio siempre es intimidante.”

El programa de JA trata del crecimiento y de cambio.
Los milagros y el despertar espiritual llegan como resultado de mi lento crecimiento.
Yo quería vivir en la locura de hacer siempre las mismas cosas, esperando resultados diferentes.
Estaba demasiado asustado para cambiar. Gracias a Dios me quedé hasta que el milagro sucedió.
El Paso Seis fue mi guía para disponerme al cambio.
Estoy agradecida por haber llegado a estar dispuesta a rendirme al proceso.
Doy la bienvenida a las oportunidades de crecimiento y recuperación que me permiten hacer las cosas de una forma diferente, eso es cambiar.
Mi programa me permite cuidarme para poder crecer, mejorar, trabajar con otras personas, liberarme y así establecer la diferencia en mi mundo.
Recibo todos los días la voluntad de Dios en mi vida y estoy dispuesto a hacer mi mejor esfuerzo por recuperarme.
Cada día trabajo Los Pasos y uso los instrumentos. Vivo la vida en función de mi recuperación, rechazando lo que me lleva a recaer. Siempre seré un jugador compulsivo,
pero estando al lado de mi Poder Superior tengo la habilidad de cambiar.

“En tanto nosotros no perdonemos a las personas por los daños que ellas nos hicieron, vamos a encontrar imposible hacer sinceras enmiendas con ellos por nuestro lado de los conflictos”.
Para mi el elemento esencial en el Paso Ocho es el perdón.
Hasta que aprenda como perdonar no voy a poder ni siquiera ver dónde está mi falta.
Yo no estaba consciente del profundo resentimiento que tenía en contra de mis padres por el abuso que yo sufrí de pequeña.
Mis inseguridades, temor del rechazo y la baja autoestima fueron todo el resultado directo de la represión de esos sentimientos.
Yo empecé de verdad a buscar en mi pasado y las olvidadas memorias de abuso retornaron.
Como yo las examiné, el odio, humillación y un profundo enojo emergió de mí en mares de lágrimas.
Sabía que no podía perdonar yo misma esos errores, especialmente cuando mi propia rebeldía a menudo era una falta.
De repente se me ocurrió orar por el “espíritu” del perdón. Gradualmente una paz me envolvió.
El perdón vino y con eso se completó la entrega de esos sentimientos dañados.
Desde ese momento yo fui sanado. Una vez que el milagro del perdón ocurrió, las enmiendas sucedieron naturalmente.

De Vuelta al Trabajo

Nos es posible valernos de la presunta deshonestidad de otra gente como un plausible pretexto para no cumplir con nuestras propias obligaciones.
En una ocasión, algunos amigos con prejuicios me exhortaron para que nunca volviera a trabajar en Wall Street. Estaban convencidos de que el desenfrenado materialismo y las dobleces que hay allí impedían mi desarrollo espiritual. Ya que esto me parecía una expresión de sentimientos muy elevados, yo seguía manteniéndome alejado del único trabajo que realmente conocía.
Finalmente, al ver a mi familia en quiebra, me di cuenta de que no había podido afrontar la perspectiva de volver a trabajar. Así que volví a trabajar en Wall Street, decisión que, desde aquel entonces, siempre me ha parecido acertada. Tenía que redescubrir que existe mucha gente honesta en el distrito financiero de Nueva York. Y además, necesitaba la experiencia de mantenerme en abstinencia en el mismo ambiente en que las apuestas me había arruinado.
Un viaje de negocios a Akron, Ohio, emprendido en nombre de una firma de Wall Street, me puso por primera vez en contacto con el Dr. X. Entonces, el nacimiento de J.A. dependió de mis esfuerzos para cumplir con mis responsabilidades domésticas básicas.

El Amor Sucede

Escuchar a tantas personas compartir su vergüenza sin sentirse avergonzados me hizo sentir lo suficientemente seguro para poder mirar honestamente mi conducta.
Creía que amor significaba llegar hasta donde fuera (no importaba dónde) para compartir mi punto de vista; resolver, incluso interrumpir para identificarme; hacer sugerencias; y señalar las faltas del pasado de otros
para que pudieran aprender de ellas, a pesar de ciertas reacciones de defensa. ¡Repetir mis viejos comportamientos esperando resultados diferentes!
JA me ha ayudado a aprender que amor es “apoyar” a otros, no“arreglarlos”.
JA me ha ayudado a aprender cómo escuchar mejor
y comprender que escuchar puede ser una forma de aceptar.
JA me ha ayudado a comprender que la honestidad lleva
a la confianza y la confianza lleva a la intimidad.
No puedo hacer que la intimidad suceda, pero puedo permitir que suceda.

“El jugador compulsivo que todavía sufre, no siempre es un recién llegado a JA.
Él o ella puede también ser un miembro de nuestro grupo que experimenta dificultades con la enfermedad de jugar compulsivamente u otros problemas”
Yo fui un jugador compulsivo que sufría aun dentro de JA.
Luché por 10 años tratando de encontrar la
abstinencia perfecta y el plan diario perfecto.
Las puertas de JA permanecieron abiertas para mí, en abstinencia o no, y por ello estoy profundamente agradecido.
El comité de los 12 pasos formado en la Conferencia Mundial de Servicios dice que todos tenemos un lugar en JA y que el propósito primero de nuestro grupo es llevar el mensaje.
Llevamos el mensaje no solo a aquellos que todavía no han encontrado a JA si no también a aquellos de nosotros en JA que todavía sufrimos.
Finalmente el mensaje me llegó (o yo llegué a él), y desde entonces estoy abstinente.

“El nuestro es un programa espiritual, no religioso.
No tenemos credo ni doctrinas. Solo nuestras propias experiencias de recuperación”
Nunca fui una persona de creencias religiosas ni siquiera espirituales.
Cuando vine a JA por primera vez tuve dificultades con la idea de un Poder Superior. Honestamente me daba miedo.
Yo quería creer pero no sabía cómo.
Solamente hablando con varios miembros de JA quienes abiertamente compartieron conmigo su idea de un Poder Superior pude abrir mi mente.
Hice algo que no había podido hacer por 30 años: pude creer en un poder más grande que yo.
El hecho de que JA sea un programa espiritual y no religioso es la razón de que yo todavía esté acá.
Hoy creo en un Poder más Grande que yo mismo, un poder amoroso, que me cuida y que yo defino con mis propias palabras.

El servicio

“Yo dormía y soñé que la vida era alegría.
Me desperté y vi que la vida era servicio.
Serví y comprendí que el servicio era alegría”.
Con un simpático juego de palabras alguien ha dicho:
“El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
Digámoslo crudamente: el que no sirve a los demás, no sirve para nada…
Ayudar y servir son dos expresiones concretas de
un amor que se brinda generosamente a los demás...
De este olvido de uno mismo, surgirá como por magia,
nuestra propia felicidad y alegría, nuestra auténtica realización.
Miremos, pues, a nuestro alrededor:
Cuántos hoy necesitan de nuestra palabra, de nuestra sonrisa, de nuestro abrazo o simplemente de nuestra compañía.
¡Procedamos ahora mismo, ya!

El síndrome de la recaída
Después de estar en JA durante cinco años, manteniendo una buena abstinencia durante todo el tiempo, empecé a relajarme en lo que ahora llamo el síndrome de la recaída.
Empezó bastante inofensivamente: mirando los números del sorteo de quiniela, bingos, escuchando relatos con ex amigos de sus andanzas de juego.
Todo el tiempo en que estuve mirando esto, me seguía asegurando a mí misma que mi programa era bueno y mi forma de pensar sana.
Después de dos meses, revise en mi inventario diario y vi. que en reiteradas oportunidades me ocurría . Esto junto con el hecho de que estaba enferma y cansada de sentirme demasiado bien me llevó de vuelta a UNA BUENA VOLUNTAD DE ABSTENERME DE una recaída..
Para mi consternación, abstenerme de esos resbalones me provocó síntomas de verdaderos retrocesos, físicos y mentales. Me di cuenta de que me había estado agarrando a esos pensamientos para ayudarme a aguantar en vez de tratar directamente con mis problemas, tensiones y alegrías de cada día.
En ese punto, supe que nunca lo conseguiría si no aplicaba los pasos. Empecé con lo más obvio, el paso uno.
Durante unas semanas me sentí como un recién llegado, de nuevo. Pero como los pasos empezaron a descubrirme, vi que había estado utilizando cinco razonamientos para salirme del camino, ninguno de los cuales podría resistir un honesto examen:

1. “Tengo ganas de apostar” es mi primera razón para apostar; pero la honesta realidad es que no tengo ganas de trasladarme físicamente a las salas de juego.
Tengo hambre espiritual y emocional, y debo cubrir con todo lo que el programa me indica para cubrir esas necesidades.
2. “Tengo que apostar algo” viene después, pero gracias a mi Poder Superior y a los doce pasos ya no tengo que actuar llevada por mi compulsión hacia la apuesta compulsiva. Puedo elegir aceptar el regalo de la abstinencia, no importa lo desesperada y desesperanzada que me encuentre.
Y MIS SENTIMIENTOS SON SOLO ESO, SENTIMIENTOS, NO HECHOS.
3. “Me jugare algo y luego pararé” es mi tercera mentira. Este es mi chip más viejo y mi mayor falta de honestidad. Nunca aposte algo.
Una vez que elijo apostar compulsivamente, soy impotente para detenerme por mi propia fuerza de voluntad.
4. “Una apuesta chiquita me tranquilizará y me sentiré mejor” es otra broma. Desde que yo recuerde, apostar nunca me ha hecho sentir más tranquila, ni ha mejorado ninguna situación. Generalmente termino sintiéndome abotargada, y atormentada por mi vieja forma de pensar. Ciertamente, no me siento mejor
5. “No puedo soportar no apostar” es mi última ilusión.
La verdad es que tratar de no apostar en exceso usando la fuerza de voluntad es como tratar de seguir una dieta, y nunca he tenido éxito con las dietas.
Por eso es que necesito JA.
Cuando veo a través de mi locura y le pido a mi Poder Superior la buena voluntad para abstenerme, trabajo los pasos y uso las herramientas, la compulsión pasa.
Esa es la última línea.

EL PROGRAMA FUNCIONA, SI ESTOY DISPUESTA. Así, con el trabajo de los pasos, las reuniones, y las llamadas a mi madrina, la apuesta me llamaba con un poco menos de insistencia y empecé a tener chispazos de pensamientos sanos. De nuevo podía elegir decir no a la compulsión por la apuesta.
MIENTRAS VIVÍA EN EL SÍNDROME DEL RESBALÓN o recaída, NO SENTÍA QUE PUDIERA ELEGIR. Ahora tengo un sano temor a los resbalones porque conozco la locura que viene al practicar mi enfermedad, incluso a ese nivel.
Sólo por hoy, elijo abstenerme de los resbalones.
¡Gracias a Dios por este programa y por mi recuperado sano juicio!
Dar, es Dar tiempo, es dar sugerencias, es dar compañía, es dar silencio, es dar apoyo, es dar de mil modos.
El que no sirve NO EXPERIMENTA lo que es CRECER, por estar dando, no experimenta lo que es INVOLUCRARSE, y sobre todo NO PUEDE EVALUAR lo importante que es DAR cuando no le sobra lo que DA, es DAR servicio, el que cuesta.
Cuando uno “NO SIRVE”, dando de Sí, se queda solo con la parte de creer que “LO DEBEN SERVIR”, se queda estancado en una creencia de poderío o tal vez de dejadez, de comodidad de creer que es así, cuando uno es el “SERVIDO” no sabe realmente lo que siente ser un “SERVIDOR”
¿Que es ser un servido?: es llegar siempre tarde, cuando ya esta empezada la reunión, pudiendo llegar temprano dar su terapia rápidamente y retirarse de la junta
pudiendo quedarse, pudiendo escuchar para aprender y sugiriendo para ayudar a otro hermano, es el que cuando el recreo busca el café y dice: que poco hicieron hoy,
o anoten no hay mas azúcar, es el que no asiste a las reuniones de trabajo y luego critica las decisiones tomadas, es el que cree que debe ser así, SERVIDO, simplemente SERVIDO.
En nuestro GRUPOS el SERVICIO lo hacen los hermanos SERVIDORES.

1. Están los CALLADOS, los que sirven sin decir nada lo hacen dando su TIEMPO, ese valioso medidor de vida que nos tiene marcando el ritmo cada día, TIEMPO de SERVIR es una DECISION y quien lo experimento sabe que se siente.
2. Lo hacen también los PROTESTONES y los que anuncia a VIVA VOZ el servicio que están brindando, a veces hasta molesto, pero allí deben triunfar los principios ante las personalidades, y si a alguno le moleta lo que dice el PROTESTON, que de gracias que alguien lo esta haciendo y sigue sintiendo alguna molestia, lo mejor es que tome por si mismo la DECISION DE SERVIR.
3. Están los PORTEROS que abren los grupos, acomodan las sillas, distribuyen los combos, hacen el café, los que corren muchas veces para llegar a horario para que todo este en orden, los que luego se sientan alrededor de la mesa con la satisfacción de haber cumplido su cometido, pues nadie los obliga a hacer lo que hacen, lo hacen porque lo han decidido.
4. Están los REPRESENTANTES del grupo que van a otros grupos para que el nuestro tenga una CARA, esos que cuando se proponen par a los cargos o aceptan la designación a dedómetro, nos hacen sentir ALIVIADOS, de no tener que ser nosotros los que llevamos la representación, esos que vienen y dan las novedades de Intergrupos o de la ORS, que en muchos casos no son ESCUCHADAS con mucha atención por los hermanos, ESCUCHAR TAMBIEN ES UN SERVICIO.
5. Están los COMPRADORES DE PENSAMIENTOS, los que se ocupan de proveer la literatura para que los hermanos nuevos tengan los combos y los no nuevos tengan los libros, los que buscan artículos que pueden servir para ayudar al grupo, los que saben por su experiencia elegir los que textos que no le hagan mal a ningún hermano.
6. Están los ESCUCHAS que se llevan la línea red vida y durante unos días, son los que tienen el servicio de aliviar, Al que desesperadamente llama, el que aún esta en las tinieblas, es como un candelero que tiene la posibilidad de indicar a alguien que encienda su propia luz de esperanza.
7. Están los POLIFACETICOS que hacen escritos en computadora, los que como hormiga trabajan de distintas formas, coordinando reuniones cerradas, dando testimonio cuando se necesita, presentándose en los medios para difundir Jugadores Anónimos, los que hablan en público y dejan de lado perder el anonimato, están los que pagan los espacios físicos en donde se desarrollan los grupos, los que cuando llegamos cambiaron las lamparitas que no encendían o arreglaron el ventilador que no funcionaba, los que asisten a las reuniones de trabajo para mejorar el funcionamiento del grupo, los que reciben a los hermanos nuevos compartiendo su propio testimonio, están los que van de escucha y aprende para ser los próximos servidores en las compartidas o en los que pueden brindar alivio a las presiones y están aquellos que ofrecen su vehículo para llevar hermanos, están todos estos y muchos mas SERVIDORES, DANDO SU TIEMPO, Y EN SU MAYORIA PODEMOS ASEGURAR QUE NO LES SOBRA.
8. Después están los SUGERIDORES, esos que tanto esperamos que vengan al Grupo para llenar los VACIOS, cuando hay que sugerir y no se nos ocurre nada, son los que el PODER SUPERIOR les dio la posibilidad de expresar lo que sienten en forma clara y breve.
9. Y están los CELADORES, esos servidores están atentos a la asistencia de los hermanos o intuyen algún problema y llaman por teléfono, sin hacer ninguna pregunta previa, solo con el propósito de hacer compañía, de brindar apoyo, ya sea con una palabra de aliento o simplemente con el silencio a algún hermano.
10. Y están los servidores del silencio, extraño no?, pero son esos servidores que son los custodios del grupo, esos que siempre están, esos que tienen el ”Don de Servir, esos que muchas veces nos olvidamos simplemente de darles las Gracias, aunque no las estén esperando.

Reflexión_”Vos reflexionaste sobre que servicio estas dando para tu grupo”

TU ERES UN SERVIDOR O UN SERVIDO.

“El solo estar abstinente, si eso es todo lo que hoy puedo hacer, es trabajar por mi recuperación”
ABSTINENCIA ES DONDE MI RECUPERACIÓN EMPIEZA.
Esta es la “paz sin apuestas compulsivas” que yo necesito alcanzar. Esto es donde mi falta de sano juicio termina y la serenidad empieza.
He aprendido a resolver nuevos problemas de aspectos de mi personalidad que me impulsaban a realizar mas apuestas para obtener más recuperación.
Lo que quiero alcanzar ahora no es más apuestas, sino más recuperación.

“En el paso 11 se nos pide que mejoremos la relación con nuestro Poder Superior de la misma manera que mejoraríamos cualquier relación, tomándonos el tiempo para estar con nuestro Poder Superior”

Recurro a mi Poder Superior?
Cuando debo tomar una decisión recurro a mi Poder Superior antes de actuar?
Oro? Escucho?
Usando un reloj despertador mental estableceré un tiempo específico para recurrir a mi Poder Superior durante mi día.
Llegué aquí (desesperada, jugando compulsivamente) haciendo cosas por mí mismo.
Permanezco aquí (abstinente) fomentando mi relación con mi Poder Superior y miembros de JA.

"Encontramos que nuestro Poder Superior, nos conduce a menudo a través de nuestros errores.”

Si pudiera hacerlo a mi manera, seguiría siempre por un camino recto y suave que me conduciría directamente hacia mis metas. Mi Poder Superior parece tener otras ideas. Aunque el camino de los Doce Pasos está bien marcado, yo parezco vagar siempre por un camino que me lleva a través de un territorio sorprendente. Sintonizando mi voluntad y mi vida con Dios, como yo lo concibo, significa dejar de exigir la perfección en mí mismo, en otros, en la vida. En lugar de esto, me relajo y disfruto mirando estas extrañas desviaciones en mi camino. Podré sentirme perdido y confundido, pero Dios conoce el camino. Algunas veces trato de tomar atajos que me llevan a hacerme daño a mí y a otros. Hago las reparaciones para volver al camino.
Mis equivocaciones me enseñan los callejones sin salida, así podré evitarlos en el futuro.
Incurro en muchas equivocaciones, pero nunca estaré verdaderamente perdido mientras regrese a la hermandad de JA y a los Doce Pasos.

EQUIPAJE DEL AYER

Porque la persona sensata siempre se ha dado cuenta de que nadie puede lograr mucho con su vida mientras el autoexamen no se vuelva un hábito, mientras no sea capaz de admitir y aceptar lo que descubra, y mientras no trate de corregir paciente y persistentemente lo que está mal.
Yo tengo más que suficiente para manejar mi solo por hoy, sin tener que arrastrar también le equipaje del ayer.
Tengo que hacer el balance hoy si deseo tener una oportunidad mañana.
Así es que me pregunto a mí mismo si he errado y cómo puedo evitar repetir ese comportamiento. ¿Ofendí a alguien, ayudé a alguien, y por qué?
Una parte del hoy puede derramarse sobre el mañana, pero la mayor parte no tiene que hacerlo si yo hago un honesto inventario diario.
Felizmente para nosotros, encontramos que no tenemos necesidad de autoridad humana.
Nosotros tenemos dos autoridades que son mucho mas efectiva, la una benigna la otra maligna.
Tenemos un Dios que en forma muy simple dice:
“Espero que usted cumpla mi voluntad”.
La otra autoridad se llama Juego al azar que nos dice:
“O usted cumple la voluntad de Dios o lo mato”.
Y en ocasiones realmente nos mata.
Así, cuando tenemos que decidir nos adaptamos a la voluntad de Dios o pereceremos.

“Es claro que si íbamos a permanecer abstinentes y encontrar serenidad, tendríamos que aprender mejores formas de relacionarnos con otras personas, formas que nos trajeran alegría en lugar de dolor”

Aprender mejores formas de relacionarse con las personas es un proceso para toda la vida y un desafío. En JA he aprendido cosas que me pueden ayudar, una de esas cosas es la aceptación.
Siempre había tenido muchas expectativas acerca de los comportamientos y habilidades de los demás. Yo esperaba que la gente fuera competente, capaz y productiva. Esperaba también que fueran veraces y racionales en su comportamiento. Aunque esas eran mis expectativas he tenido que tratar a unas y otras personas y a pesar de que aún me siento decepcionado cuando alguien no tiene ese nivel de compromiso, esa no es razón para arruinar mi serenidad.
He aprendido también que no tengo que probar que estoy en lo correcto. Yo puedo, silenciosamente, estar de acuerdo o en desacuerdo. Si depongo mi orgullo y reconozco que no siempre conozco suficientemente a los demás, puedo decir: “Usted puede tener razón” y salir airoso de esa situación.
Finalmente, el interés por el bienestar de las personas requiere en ocasiones un esfuerzo máximo, pero este esfuerzo requiere tener el valor de buscar la felicidad superando el dolor. Esto es más importante que la felicidad misma!

"Es importante tener en cuenta que el conocimiento de nosotros mismos y nuestras necesidades emocionales son inútiles sin el tipo de ayuda que recibimos en JA, porque seguimos siendo impotentes para aplicarlo."

Tengo que recordarlo todos los días. Es fácil ver a JA como otra forma de mantenerme abstinente y no realizar ninguna apuesta por nada en la vida, como un medio de aprender algunos trucos más. Cuando apadrino, también preciso encontrar un balance entre lo que ellos han aprendido acerca de sí mismos, y sus planes diarios, su mecanismo aplicado en el solo por hoy, y la forma en que un Poder Superior a ellos mismos los está ayudando a recuperarse. Se trata de recordarme a mí mismo que este programa se trabaja en los tres niveles: físico, emocional y espiritual.

Es muy interesante porque nos lleva a entender la oración:
¿Aque se refiere cuando dice: SERENIDAD PARA ACEPTAR?
¿Que y como debo aceptar?...
¿Cuales son los atributos del VALOR PARA CAMBIAR?...
¿De donde voy a sacar la SABIDURIA PARA RECONOCER LA DIFERENCIA?
Podemos leer todo el articulo y nos sera de gran utilidad para poder llevar a nuestro corazón esta oración.
LA ORACIÓN DE LA SERENIDAD
El concepto de aceptación solía causarme problemas. Solo hasta analizar profundamente la Oración de la Serenidad, fue cuando comencé a tener una respuesta. "LA SERENIDAD PARA ACEPTAR...."
Creo que de algún modo inconsciente había atribuido a esta frase un significado que simplemente no tiene.
Pensaba en ella como si dijera "aceptar serenamente" y me imaginaba a un Buda bienaventurado, sonriendo al ver su ombligo, mientras "las piedras y las flechas de la atroz fortuna" se desviaban de sus intocables costados.
Entonces pude entrever la verdad. Mi imagen sólo podría ser correcta en el caso de la estatua de un Buda, nunca en el caso de un autentico ser humano, vivo y respirando.
Fue hasta entonces cuando comencé a darme cuenta de lo que realmente significa la Oración de la Serenidad.
Supongamos, pensé, que he sufrido la perdida más grande posible para mí: la muerte de la persona que más amo.
Dado que esto es algo que claramente no podría cambiar, no existe en este caso posibilidad de confusión;
LA ACEPTACIÓN SERIA LA ÚNICA ALTERNATIVA POSIBLE.
Y aún así, de donde podría sacar la serenidad para sonreír con compostura ante perdida tan angustiosa?
Tendría que ser un dios, no un hombre, pues el hombre no tiene la capacidad para aceptar lo inaceptable.
Eso sería lo que yo estaría exigiéndome y seguramente ningún dios justo exigiría algo semejante de mi, ni siquiera lo desearía, ya que solamente un monstruo inhumano podría sonreír ante la muerte de un ser amado.
Que se supone que debería haber aceptado?
Finalmente me llego una respuesta clara. Tenía que aceptar mi propia humanidad.
Tenía que aceptar el hecho de que, ante una pérdida tan severa, el hombre se aflige y se lamenta. Y tal vez esa es su mayor gloria.
Si iba a aceptar la aflicción como un elemento propio del espectro emocional humano, entonces podría esperar la desaparición de la aflicción dado que todas las cosas pasan y aceptar eso, también.
No debo depender de las memorias andrajosas de la felicidad pasada, sino más bien debo estar dispuesto a deshacerme de la carga cuando llega el momento apropiado, y continuar con mi vida aceptando riesgos y amando otra vez.
Comencé a explorar otros ejemplos de lo que para mi era un nuevo conocimiento.
Supongamos que en una fiesta para celebrar la liquidación de la hipoteca de mi casa, esta se incendia y queda en ruinas y se me había olvidado renovar el seguro contra incendios.
¿Debo aceptar mi irresponsabilidad con una sonrisa de felicidad?
¡Desde luego que no! Lo que tendría que aceptar sería la culpa y amargura como una reacción humana normal ante el desastre, lo cual es totalmente adecuado por un tiempo y productivo para el aprendizaje.
Después, tendría que seguir adelante, perdonarme a mi mismo en mi falibilidad humana y aceptar el hecho,
siempre doloroso y a menudo sorpresivo, de que no soy ni seré nunca perfecto.
Ignoro si otros comparten mi inhabilidad persistente para lograr la aceptación final la aceptación de mí mismo tal como soy el día de hoy, íntegramente con múltiples defectos y una aparente escasez de virtudes, pero sospecho que muchos están en el mismo caso.
¿COMO NOS ENREDAMOS EN ESTE ASUNTO DE LA PERFECCIÓN?
En mi situación personal, el ego absoluto me espanta y me atrevo a condenar las fuerzas que me crearon por no haberme hecho perfecto.
Aún así, si puedo parafrasear a Lincoln, "Dios debe haber amado siempre a los seres humanos, ya que ha creado tantos"
Y ni uno solo de ellos es perfecto. Si Dios puede no solo aceptarme, sino amarme, ¿porque yo no puedo hacerlo?
"VALOR PARA CAMBIAR LAS COSAS QUE SI PUEDO" Alguna vez me consolé con la convicción de que mi valor para cambiar cosas, se encontraba claramente en la columna de ganancias de mi inventario. Luego lo empecé a dudar. Realmente, ¿Que es el valor? ¿Es, si lo analizamos, cuando nos negamos a aceptar? ¿Es golpearnos la cabeza contra la pared?
¿Es, acaso, un temerario desprecio de las consecuencias? ¿Es dejar caer las piedras sin importar a quién golpeen? ¿Es el escándalo guiado por propia voluntad?
Si el valor era cualquiera de estas o todas estas cosas, entonces yo lo tenía en abundancia.
Pero ¿esto es el valor? Comencé a darme cuenta de que lo que había entendido como valor, describía más bien a las pataletas de un niño berrinchudo de cuatro años, que a las actitudes y acciones de un ser humano maduro en la búsqueda de una meta.
Lentamente, empecé a darme cuenta de lo que realmente se requiere para cambiar las cosas que si puedo cambiar:

• LA "FLEXIBILIDAD" para aceptar las contrariedades y lanzarse de nuevo a la lucha.
• LA "PACIENCIA" para esperar el momento adecuado para actuar.
• LA "RESISTENCIA" para sufrir en SILENCIO, sin desviarse del objetivo.
• LA "DISPOSICIÓN" para aceptar el rechazo y el dolor.
• LA "HUMILDAD" para aceptar la posibilidad de la derrota.
• EL "DESPRENDIMIENTO" para hacer sacrificios.
• EL "BUEN JUICIO" para saber si la meta buscada es válida.

Todos ellos son atributos del valor. Todos son creativos en lugar de ser destructivos. Todos ellos tienen como resultado el crecimiento.
ESTÁN A UNA ENORME DISTANCIA DE MI COMPLACENCIA ANTERIOR, EN LA QUE ARREBATABA FURIOSA Y VORAZMENTE TODO LO QUE DESEABA, SIN QUE ME IMPORTARA EL COSTO PARA OTROS O PARA MI MISMO. Estos atributos son los frutos de la madurez, y no las semillas de su origen.
"SABIDURÍA PARA DISTINGUIR LA DIFERENCIA". En las juntas de estudio, esto es algo que se descarta con un simple gesto.
"Todo lo que tienes que hacer es darte cuenta de que TU ERES LO ÚNICO que puedes cambiar" dirá alguien.
Estuve de acuerdo con esto por algún tiempo, pero después me empecé a preguntar, ¿que tanto puedo cambiarme a mi mismo?
Una vez mas, me di cuenta del egoísmo implícito en este concepto. Lo que Dios había creado en un estado imperfecto, ¿yo lo iba a perfeccionar en lugar de El?
¿Como? ¿Ejerciendo la fuerza de voluntad? Ya me había pasado toda mi vida, jugando a las apuestas o sobrio,
tratando justamente de hacer eso, y en verdad no creo haber avanzado muy lejos.
Todo jugador compulsivo ha sondeado las profundidades de un millón de errores en sus esfuerzos para controlar o detener su forma de apostar.
Solo cuando nosotros aceptamos nuestra impotencia ante los juegos de azar, es cuando logramos la paz de la sobriedad.
El Libro dice: "No somos santos". Los Pasos Sexto y Séptimo sugieren que nos dispongamos para que Dios nos libere de nuestros defectos, y que le pidamos humildemente que asi lo haga. EN NINGÚN LADO SE SUGIERE QUE NOS CAMBIEMOS A NOSOTROS MISMOS.
Entonces, ¿Somos completamente impotentes? Cuando pedimos el "valor para cambiar las cosas que si podemos"
¿Estamos haciendo una petición sin esperanza? ¿"LA SABIDURÍA PARA DISTINGUIR LA DIFERENCIA" es una burla conducente a una ilusión del poder? No lo creo.
Ya no creo que tengo el poder de cambiarme a mí mismo; pero en cambio, soy capaz de concederme la oportunidad de ser cambiado. Si paso por alto mi ego y me dispongo al cambio, éste ocurrirá.
Para ser más claros, pondré un ejemplo:
Supongamos que odio mi trabajo. ¿Que puedo hacer? Por supuesto, puedo esforzarme para encontrar algo más satisfactorio; pero hasta no tener éxito en la búsqueda, estoy atorado exactamente en el sitio en donde estoy. Así que ¿decido que no cederé ni un centímetro? ¿Me figuro en mi mente que mi patrón es un ser repugnante e inflexible? ¿Que mis compañeros de trabajo son, y siempre lo serán, flojos o ineficientes u odiosos? ¿Que me explotan y me pagan de menos y que siempre será así? ¿Qué, por lo tanto, para mí, es justo odiar cada minuto que me veo obligado a trabajar ahí?
En el pasado adopté frecuentemente dicha actitud, que vista con justicia resulta realmente ridícula.
Me aferré a la insatisfacción como si fuera mi posesión más valiosa, Hay de aquel que se atreviera a tratar de arrebatármela!
¿Hay, tal vez, un elemento de temor en este apego a una actitud negativa? ¿Me uno a ella para proteger mi ego?
¿O en realidad lo que sucede es que tengo miedo de admitir que he hecho un juicio muy apresurado o muy poco piadoso, que estaba equivocado y que el trabajo después de todo no era tan malo en realidad?
¿Realmente prefiero exponerme a los problemas que ocasionaría un cambio de trabajo, en lugar de aceptar que estaba equivocado?
Si no es así, entonces la solución esta clara. Puedo ganar, no necesariamente cambiando de trabajo, ni tampoco decidiéndome a amar las cosas que odio
(esto es imposible), sino simplemente llegando a tener una disposición para ser cambiado, permitiéndome ver y disfrutar el inevitable lado bueno inherente a toda situación. Es cierto, todavía podría cambiar de trabajo si es que eso es claramente recomendable, pero si lo hago, más vale que tenga una buena disposición para aceptar los aspectos desagradables de la nueva posición, o en caso contrario, no voy a mejorar.
Si estoy en lo correcto, entonces la sabiduría para conocer la diferencia, radica en aprender que ¡no existe diferencia! Cuando decido cambiar una situación dada, debo estar consciente de la necesidad de aceptar muchas de las cosas ligadas a dicho cambio. Si, por otro lado, decido aceptar lo que tengo ahora, debo darme cuenta de que el cambio ésta implícito en la aceptación. MI ACCIÓN AL RENDIRME, EN LUGAR DE LUCHAR, AFECTARÁ LAS RESPUESTAS QUE OBTENGA DE LAS PERSONAS Y DE LA VIDA.
Entonces, la aceptación y el cambio deben ser los dos lados de una misma moneda, dos extremos de una gama de posibilidades. Cada una contiene a la otra, y las dos interactúan de una manera armoniosa y por toda la eternidad, sin que tenga que mover un dedo. Simplemente me puedo dejar ir y dejar que suceda. Estoy seguro de la validez de esta teoría. Pero, como sucede con todas las teorías, me tomará un tiempo asimilarla hasta el punto en que afecte mis actitudes y acciones. Mientras tanto, ¿que hago mientras pasa ese tiempo?
Lo primero y mas importante, debo determinar con lo mejor de mi capacidad, si el cambio en el cual voy a poner todo mi esfuerzo es constructivo. El tipo de movimientos que soy más proclive a realizar es como lanzarse de la sartén directamente al fuego, y dudo mucho estar solo en este tipo de errores. Siempre es más fácil cambiar las cosas para empeorarlas. Modificarlas para mejorar es arduo y requiere tiempo. Si es verdad que se puede hacer dicha mejora. Generalmente, deseo que el cambio ocurra, si no el día de ayer, al menos el día de hoy. Si no puedo aprender a moderar mi impaciencia con precaución, probablemente será mejor que desista en intentar el cambio y entonces aceptar lo que ya tengo.
La segunda forma en que trato de obtener "la sabiduría para distinguir la diferencia" es esta: Una vez confirmada la bondad del cambio, decido hacerlo con todo mi empeño. Intento realizar todo lo que viene a mi mente. Pido consejo, me doy al proyecto, sin escatimar esfuerzos. Si, después de haber hecho todo lo posible, no existe aún una diferencia perceptible, debo entonces asimilar la enseñanza amarga, pero necesaria, de que he intentado hacer lo imposible.
En ese punto, golpeado, pero libre de duda, descubro la habilidad para aceptar la situación en una forma mucho mas sencilla. Una ventaja adicional de este método empírico, es que agrega experiencia a mi diminuto almacén de "sabiduría para distinguir la diferencia", disponible para ser utilizado cuando una situación similar se presente en el futuro. Mi sentimiento personal es que no nacemos con sabiduría, ni Dios nos la concede por una oración. Debemos ganarla, la mayor parte del tiempo, por el viejo método de prueba y error.

FORMAS MISTERIOSAS

. . . de toda temporada de aflicción y sufrimiento, cuando la mano de Dios parecía pesada o aun injusta, se aprendieron nuevas lecciones para vivir, se descubrieron nuevos recursos de valor y finalmente en forma ineludible; vino la convicción de que Dios "se mueve en forma misteriosa para hacer Sus maravillas"

Después de perder mi carrera, mi familia y la salud, todavía no me convencía de que mi manera de vivir necesitaba una revisión. Creía que estaba destinada a morir sola y que lo merecía. En la cima de mi desesperación, mi niñito de corta edad se enfermó gravemente con una rara enfermedad. Los esfuerzos de los doctores fueron infructuosos. Yo redoblé mis esfuerzos para amortiguar mis sentimientos pero el apostar ya había dejado de surtir su efecto. Quedé sola mirando fijamente a los ojos de Dios, suplicando su ayuda. A los pocos días, por una extraña concatenación de coincidencias, tuve mi primer contacto con J.A. y desde entonces he permanecido sobria. Mi hijo vive y está mejorando.
Todo el episodio me convenció de mi impotencia y de lo inmanejable que era mi vida.
Hoy, mi hijo y yo estamos agradecidos a Dios por Su intervención.

FRUTOS DE LA HUMILDAD……………………………………..

"Por todas partes vimos fracaso y miseria transformados por la humildad en virtudes incalculables.
Escuchamos una historia tras otra de cómo la humildad sacó fuerza de la debilidad ...
Un giro importante en nuestras vidas sucedió cuando buscamos la humildad como algo que realmente queríamos más que como algo que debíamos tener".
Para mi la humildad significa muchas veces pedir la buena voluntad de actuar de otra forma.
Si una cierta situación familiar me ha ocasionado muchas veces retirarme a causa del miedo, pido por la buena voluntad de salir fuera de mi y estar presente.
En el trabajo, más que defenderme a mi misma, le digo a mi jefe cómo me siento acerca de alguna cosa que me pide que haga algo cuando estoy sobrecargada de otros trabajos.
Saber cuándo suficiente es suficiente, es importante para mi: reconocer que tengo límites, que no puedo hacerlo todo y estar en todas partes.
Esta ha sido una parte fundamental para mi del Paso Siete.
La humildad parece requerir que me pare y escuche más,
especialmente cuando estoy a punto de decir algo que me puede dañar o provocar daño a otros.
CREO QUE ABSTENERME BIEN Y DURANTE MUCHO TIEMPO
ES UNO DE LOS FRUTOS DE LA HUMILDAD.
Puede que la aceptación sea otro de los frutos de la humildad.
Cambiar lo que puedo y aceptar lo que no puedo cambiar
parece basarse en la humildad.
Si humildemente le pido a Dios que me libere de mis defectos de carácter, generalmente es una petición tranquila.
Incluso al escribir este artículo siento humildad, porque este tema en concreto hace necesario que vaya despacio, respiré y reflexioné.
Los Pasos Seis y Siete también dicen que la diferencia entre una exigencia y una simple petición es muy obvia para todo el mundo.
Al principio de empezar a tomar a mi cargo a mis padres además de a mi misma, pregunté a algunos familiares que estaba en posición de hacerlo si querían pagarme por ello.
Todos dijeron que no, y sobre todo uno parecía creer que me iba a enfadar mucho con su respuesta. Pero recordé los Pasos Seis y Siete, y sabiendo que yo había hecho mi parte pidiendo ayuda, le pedí a Dios que me mostrara lo que Dios quería que hiciera.
HUMILDAD SIGNIFICA QUE NINGUNA COSA, LUGAR O PERSONA ES MI PODER SUPERIOR.
Sigo pasando mi ludopatia al correo de una persona,
sigo necesitando dos reuniones por lo menos a la semana.
Sigo suscripta a correo que me envian dia a dia, y yendo a un grupo de estudio de los Pasos.
Estas cosas me dieron mi abstinencia, y todavía quiero hacer mi parte para mantener ese regalo.
JUGAR COMPULSIVAMENTE y los DESATRES APOSTANDO FEROZMENTE que solía hacer me estaban destruyendo física, emocional y espiritualmente.
La humildad de pedir significa que no puedo hacer esto sola.
LA BUENA NOTICIA ES QUE NO TENGO QUE HACERLO.

“Hoy se que cualquier cosa que ponga antes que mi abstinencia la perderé... incluyendo mi vida”

MEDIDAS EXTREMAS
Abstinencia para mí no solo es el hecho de abstenerme de jugar compulsivamente.
Si hubiera podido hacer eso nunca hubiera concurrido a las reuniones y los instrumentos de recuperación.
Había dejado de intentarlo mucho antes de venir aquí.
No fue hasta que llegue a tomar medidas extremas que fui capaz de vivir libre de la compulsión por la apuesta.
En mí opinión, la definición de JA da de abstinencia es inadecuada. Da pie por si mismas a distintas interpretaciones. Su ambigüedad ha llevado a confusión y desacuerdo entre miembros. Tristemente he visto a miembros angustiados por definir su propia abstinencia mientras dañaban sus cuerpos y mentes en el proceso.
Cuando llegué a creer y me convencí que el trastorno de jugar compulsivamente era una enfermedad seria y progresiva, entendí que eran necesarias medidas extremas para recuperarme. Para mí medidas extremas significaban dejar de manejar dinero,dejar mis amistades, no pasar por establecimientos donde se juega. Todo estos item, desaparecieron de mí vida para siempre. Medidas extremas también significaba seguir un estricto plan diario, así que ahora vivo de acuerdo a mi plan que comparto con mi padrino.
Para continuar con mí recuperación la abstinencia ha de ser la cosa más importante en mí vida sin excepción. Creo que necesito estar abstinente mientras trabajo y vivo los pasos. Esto me da la claridad para verme a mí mismo como realmente soy. Cuando estaba en accion jugando compulsivamente, no veía más allá de la primera apuesta. La abstinencia me libera de mí propia voluntad y me lleva en dirección a la voluntad de Dios. Es la voluntad de Dios que yo esté abstinente y así puedo vivir mí vida plenamente. Consecuentemente la abstinencia significa no solo abstenerme del acto de jugar compulsivamente, sino también de realiza mi plan diario en forma apropiada , seguir pautas adecuadas y abstenerme de todo lo que me provoca pensamientos de irme a realizar una apuesta.
Abstinencia significa cambiar comportamientos y actitud en la vida. Abstinencia significa rendición.
Creo que esta definición de abstinencia puede servir a todo el mundo. He estado abstinente, solo por hoy durante 16 meses. He alcanzado un estado de serenidad y felicidad que nunca había conocido. Para alguien que estaba tan deprimido en las garras de la desesperación por mí trastorno, es verdaderamente un milagro que yo haya encontrado una salida. Pero los milagros ocurren cada día en JA y si esto ha podido sucederme a mí, puede sucederle a cualquiera.

LA IDEA DE DIOS

Cuando vimos a otros resolver sus problemas mediante una confianza sencilla en el espíritu del Universo, tuvimos que dejar de dudar en el poder de Dios. Nuestras ideas no servían; pero la idea de Dios sí.
Como un hombre ciego que poco a poco va recuperando la vista, lentamente, a tientas, llegué al Tercer Paso.
Me había dado cuenta de que sólo un Poder superior a mí mismo podía rescatarme del abismo de desesperanza en el que estaba, y supe que éste era un Poder al que yo tenía que agarrarme y que sería mi ancla en medio de un mar de calamidades.
Aunque en esa época mi fe era minúscula, era suficientemente grande como para hacerme ver que ya era hora de descartar mi confianza en mi arrogante ego y reemplazarlo con la estabilizante fortaleza que sólo podría venir de un Poder muy superior a mí mismo.

“El Juego ha sido aparentemente un problema tan importante que hasta que lleva la abstinencia diaria, muchos de nosotros no somos conscientes de los problemas que esconde la compulsión por la apuesta. “
Haz llegado tener abstinencia… ¿Ahora qué?
Antes de JA yo era un experto en el arte de martingalas, métodos de apuestas etc.
YO sabía cuando y cómo ganar jajjajaja.
De alguna manera, cada vez que YO no apostaba, el juego compulsivo siempre encontraba la manera de regresar a mí.
Trabajando un programa de recuperación en JA e, he experimentado una gratificación diaria.
En JA tengo que dejar tiempo para mis emociones y crecimiento personal .
Necesito conseguir mi abstinencia un día a la vez y entregar mi siempre esquiva"reserva" a la decisión de mi Poder Superior.
A través del trabajo del programa de JA, estoy dispuesto a dejar ir mi ludopatía tranquilamente, y hoy, dejar ir el juego es un sub-producto de mi crecimiento espiritual.
Por mantener un contacto consciente con un poder más grande que YO, puedo finalmente sentir paz mientras me abstengo de jugar compulsivamente.

“Los individuos son totalmente auto suficientes sólo cuando hacen lo que pueden, cuando pueden, devolviendo algo de la ayuda que se les ha dado en JA”

Esta es una hermosa paradoja para vivir, para mi felicidad y para mi control de mi adicción por la apuesta.
Yo había querido ser auto suficiente y confiable usando los métodos de un plan financiero.
Yo había querido mantener mis pocos recursos así podía tener mucho para satisfacer mis necesidades.
Pero los miembros “sabios y experimentados” en JA me dicen que lo puedo hacer sólo cuando llego al corazón del programa, lo cual es hacer y dar. No tengo que hacer esto y llegar a extremos, solo “lo que puedo y cuando puedo”.
Mis hábitos de apostar compulsivamente y mi carácter cambiaron cuando adopté esta filosofía.
¿Devolvía cualquier cantidad de dinero o servicio en este compañerismo amoroso que ha salvado mi vida?
Pienso que no. Antes de reconocer la importancia de este programa, me molestaba que me pidieran contribuciones monetarias.
Fue cuando vi que este compañerismo no es “yo” y “ellos” sino “NOSOTROS” cuando descubrí que podía hacer más en dar servicio y dinero de lo que yo creía.
Cualquier cantidad de “devolver algo de la ayuda que he recibido” me da una serenidad y energía sin medidas.
Me da la creatividad para hacer “lo que puedo, cuando puedo” con un espíritu verdadero de gratitud.

Hola, tengo una duda enorme. Mi novio es ludopata. El lo acepta. Hace un año ya no apostaba pero por un problema que lo superó volvio a apostar y tiene problemas de dinero. Yo ya le he dado mucho para que saliera de deudas y también me tomo dinero de mi cuenta, el tenía la clave. Ahora está tenso pues un tipo lo busca porque le debe 500 dolares... no se si dándole dinero lo estoy impulsando a seguir apostando y de igual forma no tengo

“Cuando aplicamos la tradición tres de JA, a menudo encontramos el tesoro de la amistad donde menos lo esperamos, con gente que en algún momento hubiéramos excluido de nuestras vidas.
Tal tesoro está alrededor nuestro y todo lo que tenemos que hacer es abrir nuestros corazones para recibirlos”

Después de estar en JA por un tiempo miro quién está en mi vida.
La mayoría de mis amigos son quienes encuentro en estas habitaciones, aquellos que transitan el camino de la recuperación conmigo.
Cuando pienso en mis amigos algunas veces río.
La mayoría de ellos no son gente que hubiesen sido mis amigos “en el mundo real”.
Parece que tenemos muy poco en común.
La experiencia me dice que nosotros somos como los rescatados de un barco que se hunde.
Tenemos en común el dolor del jugar compulsivamente y la solución común encontrada en los 12 pasos.
Eso nos une de una forma diferente a todas las que experimenté antes.
Muchas de estas personas yo hubiese rechazado por ser demasiado buenas para mí o no lo suficiente buenas.
Estoy agradecido de haber visto el tesoro de la amistad y que Dios abrió mi corazón para recibirlo.

“… No hay ninguna forma correcta para hacer el Paso Once. “Manténlo simple” es un buen eslogan para aplicar aquí. Recordando que nuestra meta es desarrollar un contacto consciente y cercano con Dios, rezar es simple, es lo que hacemos cuando hablamos con nuestro Poder Superior… ”

Cuando estuve abstinente por primera vez, mi madrina compartió conmigo que ella escribe sus problemas y
preocupaciones al final del día y los pone en su caja de Dios, de este modo ella puede dormir bien.
La idea, dijo, es permitir que Dios haga lo preocupante.
Hice una gran caja de Dios y empecé a poner mi Paso Diez en ella a la hora de dormir.
Entonces me encontré escribiendo “notas para Dios” a través del día, llevándolas en mi bolsa hasta llegar a casa y ponerlas dentro de la caja.
Estas notas a menudo tomaban la forma de
agradecimiento y de valorar algo; deseos de mejorar; y preguntas a diferentes cosas que me preocupaban,
que me daban ansiedad, resentimientos, confusión o frustraciones que estaban en mi pensamiento.
Mis oraciones me traen acercamiento a Dios, y mi confianza en Él crece.
Dios continúa transformando mi vida y mis relaciones, mientras yo continuo, un día a la vez, guardando pequeñas piezas de papel dentro de mi caja de avena.

“No puedo esperar a que las dificultades en mi vida sean borradas con tan solo desearlo”

Nosotros los jugadores compulsivos somos soñadores, anhelamos, fantaseamos.
Tal como yo deseaba despertar sin ganas de apostar, tener una enfermedad que me lo impidiera o ser parte de la historia del éxito de una droga para dejar de apostar compulsivamente, de igual forma quería que mis problemas se solucionaran.
Estando hasta la coronilla y saturado de apostar compulsivamente, no tenía la claridad mental y menos la conexión con mi Poder Superior o con JA para que me ayudaran a resolver mis problemas de una manera razonable. Mi vida era una crisis tras otra, un continuo drama que alimentaba más mi necesidad de apostar para olvidarme.
Que diferente es la vida desde que empecé a estar abstinente. Mi mente es clara y mi cuerpo es fuerte y saludable. Puedo encarar las dificultades de la vida con una calma y serenidad totalmente extraños para mí. Sé que mi Dios camina conmigo, ayudándome en las dificultades y guiándome en mis pasos a través de un problema.
Hoy no necesito un calmante para los problemas de mi vida. Gracias a mi Poder Superior y mi programa, encaro las dificultades de la vida con la seguridad y el conocimiento de que estoy llevando a cabo el Plan de Dios para mi vida.