SOLO POR HOY

Aquel que es transportado no se da cuenta de lo lejos que está el pueblo.
La dependencia es suave y mullida y hace innecesario para mí saber lo lejos que está el pueblo.
Por lo tanto ¿dónde está el truco?
El truco está en que nunca creceré para superar ese estado de la infancia en la que sólo soy una extensión de mis padres.
EL FRACASO PARA LLENAR LAS EXPECTATIVAS DE LOS DEMÁS, ME DEVUELVEN ATRÁS UNA Y OTRA VEZ
PARA BUSCAR LA APROBACIÓN QUE NUNCA LLEGARÁ.
Hoy, no elijo seguir en esta noria.
Si me sorprendo inclinándome para agradar, o desestimando mis propias opiniones como inferiores
pido a Dios que me de el valor de cambiar de dirección.

Sólo por hoy:

El programa de recuperación de JA me está conduciendo fuera de la dorada jaula de la dependencia hacia la libertad de pensar por mi mismo

Aquel que se siente demasiado seguro no está a salvo.
Ya sea que haya estado abstinente doce horas o doce años, aún no ha concluido.
La recuperación de hoy es todo lo que tengo.
Cualquier jugador compulsivo que haya tenido experiencias con métodos alternativos, sabe muy bien que de repente se pueden venir abajo los más maravillosos planes.
LA FILOSOFÍA DE UN-DÍA-A-LA-VEZ DE jugadores COMPULSIVOS ANÓNIMOS ES UN SEGURO CONTRA LA COMPLACENCIA.
Me previene de estar proyectando cosas más allá de las veinticuatro horas.
Sé que hoy estoy abstinente, pero no puedo decir qué haré mañana.
Esta es la actitud que me mantiene abstinente con gratitud.

Sólo por hoy:

Sólo estoy seguro de mi abstinencia de hoy.
No tengo necesidad de planificar la de mañana, NI MI abstinencia.

Aquellas inmerecidas alegrías que llegan silenciosamente nos hacen sentir más felices y agradecidos que por aquellas que llegan pregonadas.

Lo que me hace saber de nuevo que Dios trabaja de formas misteriosas es un cambio agradable en los acontecimientos, una agradable sorpresa.
En momentos de desesperación, da la casualidad de que me llama un amigo. Cuando estoy buscando el regalo perfecto, surge una idea totalmente inesperada.
Lo que más necesito aparece en mi camino, pero de una forma distinta y mucho mejor que cualquier forma que yo podría haber imaginado.
Una y otra vez veo la obra del PS en mi vida. El camino de Dios es suave y claro. Mi voluntad es el obstáculo.
Cuando supero mi necesidad de controlar todos los acontecimientos, durante todo el tiempo, mi día es una aventura.
¿Quién sabe que inmerecidas alegrías aparecerán en mi camino?

Sólo por hoy:

No tengo que pensar en el mañana o en el ayer ni obsesionarme por cómo las cosas deberían ser.
Dios es el director de este “espectáculo”, y no quiero perderme mi entrada.

Asistencia regular a reuniones

«Nuestra experiencia colectiva nos ha enseñado que las
personas que asisten con regularidad a nuestras
reuniones se mantienen limpias.»

El programa de JA nos da un nuevo esquema de vida y uno de los elementos básicos es la asistencia regular a reuniones.
Para el recién llegado, vivir en abstinencia sin apostar compulsivamente es una experiencia completamente nueva.
Todo lo que en una época era familiar ha cambiado. La gente, los lugares y las cosas que antes nos servían de puntales en el escenario de la vida han desaparecido.
Aparecen nuevas tensiones que ya no están enmascaradas ni ahogadas por las caravanas de apuestas y apuestas.
Por eso, en general sugerimos que los recién llegados asistan a una reunión todos los días.
Independientemente de lo que pase, por muy caótico que se ponga el día, sabemos que nuestra reunión diaria nos espera.
Allí podemos renovar el contacto con otros adictos en recuperación, personas que saben lo que estamos pasando porque ellas también han pasado por lo mismo.
No hace falta que vivamos ni un solo día sin el alivio que únicamente encontramos en esta compañía.
La asistencia regular a reuniones, a medida que maduramos en recuperación, nos brinda el mismo tipo de beneficios.
Por mucho tiempo que llevemos sin apostar, nunca dejamos de ser adictos.
Es cierto que, si dejamos de asistir algunos días a nuestras reuniones, probablemente no empecemos a consumir inmediatamente a realizar apuestas;pero cuanto más regularmente vayamos, más reforzaremos nuestra identidad como adictos en recuperación.
Y cada reunión nos ayuda a alejarnos cada vez más de volver a ser adictos en activo.

Sólo por hoy:

Me comprometeré a incluir la asistencia regular a reuniones como parte de mi nuevo esquema de vida.

¡ataque de ansiedad!

……..el poder que nos trajo a este programa sigue estando con nosotros y continuará guiándonos si se lo permitimos……….

¿Has tenido alguna vez ataque de pánico?.
Miremos donde miremos, las exigencias de la vida nos agobian.
Estamos paralizados y no sabemos que hacer.
¿Cómo interrumpimos un ataque de ansiedad?
Antes que nada, paramos.
No podemos ocuparnos de todo al mismo tiempo, así que paramos durante un momento y dejamos que las cosas se calmen.
Después hacemos un inventario en el acto de lo que nos molesta.
Examinamos cada detalle y nos hacemos la siguiente pregunta.
¿Es realmente importante? .
En la mayoría de los casos veremos que la mayor parte de nuestros miedos y preocupaciones no requieren nuestra atención inmediata.
Podemos dejarlos a un lado y ocuparnos de los asuntos que haya que resolver enseguida.
Luego volvemos a parar y nos preguntamos:
De todas formas: ¿Quién tiene el control aquí?
Esto nos ayuda a recordar que nuestro Poder superior tiene el control.
Buscamos la voluntad del poder superior para la situación, sea cual sea.
Podemos hacerlo de muchas formas: a través de la oración, de charlas con nuestro padrino o los amigos de J.A, asistiendo a una reunión y pidiendo a los demas que compartan su experiencia.
Cuando vemos con claridad la voluntad de nuestro Poder Superior, rezamos a nuestra manera para llevarla a cabo. Por último nos ponemos en marcha.
Los ataques de ansiedad no tienen porque paralizarnos.
Podemos utilizar los recursos del programa de J.A. para afrontar cualquier problema que se nos presente.

Solo por hoy:

Mi Poder Superior no me ha traído hasta este punto de la recuperación para abandonarme!.
Cuando la ansiedad ataque, daré pasos específicos para buscar la protección y la orientación continua de Dios.

Atracción

«Nuestra imagen pública consiste en aquello que
tenemos para ofrecer: una forma de vivir sin apuestas .»

Sí, atraemos miembros nuevos.
Más y más adictos encuentran Jugadores Anónimos.
¿Pero cómo tratamos a los miembros más nuevos cuando llegan agotados de luchar con la adicción? ¿Nos acercamos a los recién llegados que vienen solos a las reuniones confundidos e inseguros? ¿Estamos dispuestos a acompañarlos a las reuniones? ¿Seguimos trabajando de uno en uno con el adicto que todavía sufre? ¿Les damos nuestro número de teléfono? ¿Estamos ansiosos de ir a practicar un Duodécimo Paso, aunque signifique levantarnos en medio de la noche de nuestra cómoda cama? ¿Tratamos con personas de orientación sexual
diferente u otro origen cultural? ¿Somos generosos con nuestro tiempo?
Es indudable que nuestros compañeros adictos nos recibieron con amor y aceptación. Lo que a muchos nos atrajo de Jugadores Anónimos fue la sensación de que al fin habíamos encontrado un lugar al que pertenecíamos. ¿Estamos ofreciendo lo mismo a nuestros miembros más nuevos?
No podemos hacer promoción de Jugados Anónimos, pero cuando ponemos los principios en acción en nuestra vida,
atraemos nuevos miembros a la manera de JA, igual que nos atrajeron a nosotros hacia la recuperación.

Sólo por hoy:

Trabajaré con un recién llegado.
Recordaré que yo también fui uno de ellos.
Intentaré atraer a los demás para que sientan que forman parte de JA igual que lo he sentido yo.

Aunque la vida está llena de sufrimiento, también está llena de superación del mismo.

Cuando estoy preocupado, pienso que mi dolor no pasará. La paz mental parece haberse ido para siempre, y el hecho de que me haya enfrentado y superado problemas en el pasado queda olvidado.
Aunque el sufrimiento de ayer puede tener poco peso en el presente, sé que superarlo me dio fortaleza. Mi carga de hoy puede parecer mayor que la que he tenido antes, pero también lo es mi capacidad para enfrentarme a ella. No estoy donde estaba. En JA he descubierto que cuando no puedo hacer nada más para mejorar una situación, hay un procedimiento en el que puedo confiar por completo: Soltar Riendas Y Entregárselas A Dios.

Sólo por hoy:

El dolor llega muy a menudo por la NO ACEPTACIÓN. Si me doy cuenta de que no pudo cambiar ni aceptar la realidad, suelto riendas de momento, sabiendo que ése es el primer paso para superar mi sufrimiento.

Cada hombre tiene su propio valor, pero se traiciona porque busca en si mismo el valor de otros.
Siempre parece que otras personas sean mejores que yo más abstinentes, más seguros, más capaces de enfrentarse a los problemas de la vida.
Sólo sabía cómo me sentía yo y cómo parecían los demás.
Cuando llegué a JA, escuché, “No compares tu interior con el exterior de otro”, y “Dios no hace basura”. Cada vez que soy consciente de mi tendencia a rebajarme, me reafirmo y practico la creencia de que me merezco el mismo crédito que doy a los demás.
Me trato a mi mismo como trataría a alguien a quien quiero y respeto.

Sólo por hoy:

Gustarme a mi mismo, como hace Dios, abre nuevas puertas, evoca un nuevo espíritu que me da valor y deja sitio a la verdadera humildad.

¿Cómo buscar el camino que nos conduce a nuestros deseos? Renunciando a ellos.
La corona de la perfección es la renunciación.
¡Cuánta lucha para conseguir lo que quiero!
¿Dónde está ese perfecto amigo, compañero o hijo que tanto deseo?
¿Qué puedo hacer para obtener el prestigio, poder, dinero o éxito que creo merecer?
Aquí, también, el programa de JA me da la respuesta:
Aunque pueda creer que quiero todas estas cosas, lo que realmente quiero es estar en paz conmigo mismo.
No hay persona o aclamación que consiga esto para mí.
La sugerencia de JA es: Deja tus deseos, entrégaselos a tu Poder Superior para que te los conceda o no, según lo considere conveniente.
EL RESULTADO INMEDIATO DE RENUNCIAR A ELLOS ES PARAR DE PENSAR EN ESTO.
Vivo el momento dando el mejor pensamiento que puedo a cada tarea que tengo entre manos.

Sólo por hoy:

Tengo fe absoluta de que poner mis deseos en manos de Dios, Él me dará lo que necesito.

Compartir mi verdadero yo

«Compartir con otros evita que nos sintamos aislados y solos.»

Intimidad es compartir con otro ser humano nuestros pensamientos y sentimientos más profundos.
Muchos ansiamos el cariño y la compañía que brinda la intimidad, pero no son cosas que llegan sin esfuerzo.
Durante nuestra adicción, aprendimos a guardarnos de los demás para que no amenazaran nuestro modo de apostar compulsivo. En recuperación, aprendemos a confiar en los demás.
La intimidad exige que bajemos la guardia. Para sentir la proximidad que produce la intimidad, debemos permitir que los demás se acerquen a nosotros... a nuestro verdadero yo.
Si vamos a compartir lo más profundo de nuestro ser con otros, primero debemos tener una idea de cómo somos realmente en nuestro interior. Examinamos nuestra vida con regularidad para averiguar quiénes somos, qué queremos y cómo nos sentimos. Después, basándonos en nuestro inventario periódico, debemos ser con nuestros amigos lo más completa y coherentemente honestos que podamos.
La intimidad es parte de la vida, y por lo tanto, parte de vivir abstinente; como todo en recuperación, tiene su precio. El riguroso autoexamen que la intimidad requiere puede ser un trabajo duro, y la total honestidad que implica muchas veces trae complicaciones.
Pero el resultado, librarnos del aislamiento y la soledad, bien vale el esfuerzo.

Sólo por hoy:

Como resultado de la intimidad, aspiro a librarme del aislamiento y la soledad.
Hoy, llegaré a conocer a «mi verdadero yo» a traves de un inventario personal e intentaré ser completamente honesto con otra persona.

Comprender la humildad

«La humildad es el resultado de ser honestos con nosotros mismos.»

La humildad era una idea tan extraña para la mayoría de nosotros, que la ignoramos todo lo posible.
La primera vez que vimos la palabra «humildemente» al comienzo del Séptimo Paso, puede que hayamos pensado que significaba que nos esperaba un poco de humillación.
A lo mejor decidimos buscarla en el diccionario, pero la definición nos confundió aún más.
No comprendíamos como se aplicaba a la recuperación el concepto de «modestia y subordinación».
Ser humildes no significa que seamos la forma de vida más baja.
Al contrario, volverse humilde significa tener una visión realista de nosotros y de nuestro lugar en el mundo.
Llegamos a un estado de conciencia basado en la aceptación de todos los aspectos de nosotros.
No negamos nuestras buenas cualidades ni exageramos nuestros defectos.
Aceptamos honestamente quiénes somos.
Ninguno de nosotros logrará jamás un estado de perfecta humildad.
Pero sin duda podemos procurar admitir nuestras faltas honestamente, aceptar nuestras virtudes y confiar en un Poder Superior como fuente de fortaleza.
Humildad no significa que tengamos que arrastrarnos por la vida de rodillas; sino simplemente que debemos admitir que no podemos recuperarnos solos.
Nos necesitamos los unos a los otros, y, sobre todo, necesitamos el poder de un Dios bondadoso.

Sólo por hoy:

Para ser humilde, aceptaré todas las facetas de mí mismo y veré cuál es mi auténtico lugar en el mundo.
Para conseguir la fortaleza que necesito para ocupar ese lugar, confiaré en el Dios que yo concibo.

Con el Pasado como pasado, no tengo nada que hacer;
como tampoco con el Futuro como futuro.
Vivo el ahora y verificaré toda la historia pasada en el momento adecuado.
Al ver y sentir este momento, todo lo demás desaparece de mi mente.
Soy libre del pasado y del futuro. Vivo en el ahora.
Consciente de todos los sonidos y colores, luz y sombra,
miro hacia fuera desde mi interior y eso es libertad.
Puedo notar a otro, escuchar con energía.
Vivo la vida un momento a la vez, dejando los momentos vividos ayer, y aquellos que viviré mañana, a donde pertenecen.
La felicidad viene de vivir en el AHORA.

Sólo por hoy:

Libero mi mente de los errores de ayer y de las esperanzas del mañana.
Vivo este mismo momento.

Con respecto al futuro tu tarea no es preverlo, sino hacerlo factible.
La forma que planeo el futuro es diferente a la forma dictada por mi pensamiento de jugador compulsivo. En esos días tenía las cosas al revés. Incesantemente planeaba el resultado, pero estaba paralizado al momento de tomar la acción. Hoy estoy dispuesto a hacer el trabajo. Pido a Dios el valor para buscar y aceptar mis defectos y la buena voluntad para pedir que sean eliminados.
Esa es mi tarea en lo que concierne a mi futuro. Cambié para vivir en paz, con lo que el futuro me traiga y no para decidir lo que el futuro será.

Sólo por hoy:

Al ser menos frecuentes las fantasías y el soñar despierta sé que me estoy recuperando.

Con un Poder Superior

«La práctica diaria de nuestro programa de Doce Pasos
nos permite salir de lo que éramos y transformamos en
personas guiadas por un Poder Superior.»

¿Quiénes éramos y en quiénes nos hemos convertido? Hay algunas formas de contestar a estas preguntas, una es muy sencilla: llegamos a Jugadores Anónimos porque éramos adictos, nuestra adicción nos estaba matando.
En JA nos libramos de la obsesión por las apuestas y de la compulsión de apostar y conseguir dinero a costa de cualquier acto; nuestra vida ha cambiado.
Pero ésta es sólo la punta del iceberg. ¿Quiénes éramos en realidad? En el pasado, éramos personas sin fuerza ni rumbo. Sentíamos como si no tuviéramos propósitos ni razones para vivir.
Nuestra vida tenía menos sentido para nosotros del que tenía para nuestra familia, nuestros amigos o vecinos.
¿En quiénes nos hemos convertido en realidad? Hoy en día no somos solamente adictos en abstinencia, sino personas con una razón de ser, un propósito y un Poder más grande que nosotros.
A través de la práctica diaria de los Doce Pasos empezamos a comprender de qué forma nuestra adicción distorsionó nuestros sentimientos, nuestras motivaciones y nuestro comportamiento.
La fuerza destructiva de nuestra enfermedad ha sido reemplazada, poco a poco, por la fuerza vital de nuestro Poder Superior.
La recuperación significa mucho más que estar limpios, significa recuperar la fuerza. Hemos hecho algo más que deshacernos de algunos hábitos malos; nos hemos convertido en personas nuevas guiadas por un Poder Superior.

Sólo por hoy:

La orientación que necesito para convertirme en una persona nueva está al alcance de mi mano. Hoy, me alejaré de mi vieja falta de rumbo y me acercaré a mi Poder Superior.

Confraternidad

«En JA nuestra alegría, se multiplica al compartir un buen día y nuestras penas se alivian al compartir uno malo. Por primera vez en nuestra vida no tenemos porqué estar solos.»

Si ponemos en práctica el empleo de los pasos y otras herramientas de nuestro programa para superar las dificultades, podemos disfrutar de la alegría de vivir sin apostar compulsivamente es decir en abstinencia. Pero nuestra alegría pasa demasiado rápido si no la compartimos con los demás, mientras que las dificultades que se sobrellevan en soledad quizás tarden demasiado en pasar. En la Confraternidad de Jugadores Anónimos, muchas veces multiplicamos nuestras alegrías y dividimos las cargas compartiéndolas los unos con los otros.
Los adictos, en recuperación, a veces experimentamos placeres que, sólo otro adicto a los juegos de azar puede apreciar.
Los compañeros nos comprenden cuando les hablamos del orgullo que hoy nos produce cumplir un compromiso, del afecto que sentimos al enmendar una relación dañada, del alivio que nos produce no tener que apostar para pasar el día. Cuando compartimos estas experiencias con adictos en recuperación y nos responden con historias similares, nuestro placer se multiplica. El mismo principio se aplica a los retos que se nos presentan como adictos en recuperación. AI compartirlos, y dejar que otros miembros de JA compartan su fortaleza, nuestra carga se hace más liviana.
La hermandad que tenemos en Jugadores Anónimos es preciosa. Al compartir todos juntos, aumentamos las alegrías y disminuimos el peso de la vida en recuperación.

Sólo por hoy:

Compartiré mis alegrías y mis dificultades con otros adictos en recuperación. También compartiré las suyas. Estoy agradecido por los sólidos lazos de hermandad de Jugadores Anónimos.

Contemplad cuan bello y placentero es para los hermanos vivir juntos en unidad.
Voy a las reuniones porque es donde me siento en casa.
Aquí encuentro amigos, unidos en una cálida conversación y expreso mis sentimientos.
Aquí soy aceptado.
Al principio JA me parecía extraño, pero la gente se me acercó y me dijo, "Nunca tendrás que apostar compulsivamente ," y les creí.
Me escucharon al hablar, me animaron cuando estaba angustiado, celebraron mi recién hallada abstinencia.
No tardé mucho en ser yo quien buscaba a los recién llegados para darles la bienvenida, como me la habían dado a mí, y los escuché con paciencia y comprensión.
Sí, estoy en unidad con mis hermanos y hermanas.

Sólo por hoy:

Gracias a Dios por las reuniones de JA, donde los jugadores compulsivos no tienen qué explicar, defender o intentar ser algo que no son sólo se comparten tal cual son.

Contribución

«Reconocemos nuestro crecimiento espiritual cuando somos capaces de tender la mano y ayudar a otros.»

Cambiar las cosas en el mundo y contribuir con algo especial es, quizás, la mayor aspiración del corazón humano.
Cada uno, independientemente de sus características personales, tiene alguna cualidad única que ofrecer.
Es probable que en algún momento de nuestra recuperación hayamos conocido a alguien que lograra acercarse a nosotros cuando nadie más podía hacerlo.
Tanto si fue alguien que nos hizo reír en la primera reunión, un padrino afectuoso y compasivo, o un amigo comprensivo que nos ayudó a pasar una tormenta emocional, esa persona cambió completamente las cosas.
Todos nosotros hemos recibido el don de la recuperación por medio de lo que otro adicto compartió con nosotros.
Estamos agradecidos por ello. Expresamos nuestra gratitud compartiendo generosamente con otros lo que nos han dado.
Es posible que el mensaje individual que llevamos ayude a otro adicto al que sólo nosotros podemos llegar.
Hay muchas formas de servir a nuestra confraternidad. Cada uno se dará cuenta de que hay cosas que hace mejor que otras, pero todo el trabajo de servicio es igualmente importante.
Si estamos dispuestos a servir, seguramente encontraremos la forma particular de contribuir que nos resulte adecuada.

Sólo por hoy:

Mi contribución cambia las cosas. Hoy echaré una mano para ayudar

Crecimiento

"Nuestra condición espiritual es la base para una recuperación exitosa que ofrece un crecimiento ilimitado"

Cuando nuestros miembros celebran el aniversario de su recuperación a menudo dicen que en J.A han "crecido".
Pues bien pensamos, ¿qué significa eso?. Empezamos a preguntarnos si ya somos adultos.
Revidamos nuestra vida y vemos que sí, que todos los atributos de la madurez están allí: el talonario de cheques, los hijos, el trabajo, las responsabilidades.
Sin embargo, por dentro a menudo nos sentimos como niños.
Con frecuencia la vida todavia nos confunde.
No siempre sabemos como actuar.
A veces nos preguntamos si de verdad somos adultos, si somos niños dentro de un cuerpo de adulto y con responsabilidades de adultos.
Ni la edad física ni el grado de responsabilidad son las mejores maneras de medir el crecimiento, sino nuestro estado espiritual, la base de nuestra recuperación.
Si todavia dependemos de la gente, los lugares y las cosas para que nos brinden satisfacción interior, como un niño que depende de sus padres para todo, esta claro que debemos crecer un poco mas.
Pero si nos apoyamos con firmeza sobre la base de nuestra condición espiritual, teniendo en cuenta que nuestra responsabilidad más importante es mantenerla,
podemos afirmar que somos maduros.
Sobre esta base nuestras oportunidades de crecer son ilimitadas.

Solo por hoy:

La medida de mi madurez es el grado de responsabilidad que asumo para el mantenimiento de mi condición espiritual.
Hoy sera mi prioridad más importante.

Creía sinceramente que un Poder Superior podía
devolverme el sano juicio y dejaría de tratar de
imaginarme cuál era la voluntad de Dios, aceptaría las
cosas tal como eran y estaría agradecida.»

Cuanto más tiempo llevamos limpios, menos seguros estamos de «saber» cuál es la voluntad de Dios para con nosotros, y menos nos importa. Conocer la voluntad de nuestro Poder Superior tiene menos que ver con el «saber» y más que ver con el «sentir».
Seguimos practicando el undécimo Paso, pero en lugar de buscar «señales» de nuestro Poder Superior, empezamos a confiar más en nuestra intuición y a fiarnos de nuestros sentimientos respecto a lo que nos hará sentir bien.
Tras unos años abstinente, lo que sí parece que supiéramos reconocer es cuándo actuamos contra la voluntad de Dios para con nosotros. Cuando vamos en contra de su voluntad, tenemos esa vieja sensación de incomodidad en el estómago. Esa náusea es la advertencia de que si continuamos en esta dirección nos aguardan muchas noches sin dormir. Es preciso que prestemos atención a esos sentimientos, porque a menudo son señales de que actuamos contra la voluntad del Poder Superior para con nosotros.
Nuestro undécimo Paso manifiesta claramente el auténtico objetivo de la oración y la meditación:
mejorar nuestro contacto consciente con el Dios que concebimos y que nos brinda un conocimiento más claro
de la voluntad de nuestro Poder Superior para con nosotros y la fortaleza para cumplirla.
Conocemos la voluntad de Dios más claramente por la sensación que produce, no por «señales» o palabras, y produce una buena sensación.

Sólo por hoy:

Rezaré para conocer la voluntad de mi Poder Superior para conmigo y pediré la fortaleza para cumplirla. Prestaré atención a mis sentimientos, y actuaré cuando me hagan sentir bien.

Cualquiera que sean los juegos que practiquemos con nosotros, no debemos jugar con nosotros mismos, sino actuar en privado con la máxima sinceridad y verdad.
No puedo jugar conmigo en lo que a mi enfermedad se refiere, y pretender tener sano juicio y estar espiritualmente en forma.
No me arrestarán por conducir bajo los efectos de jugar compulsivamente, pero mi pensamiento puede ser tan irracional y alejado de mis valores como el de un conductor borracho.
He practicado ese juego antes y conozco una mejor manera de vivir.
En cuanto di el primer paso admitir que la apuesta me había vencido encontré que podía buscar sin miedo otras respuestas sinceras.

Sólo por hoy:

Mi abstinencia a los juegos de azar y mi sano juicio
dependen, sobre todo, de ser sincero conmigo mismo.

«Cuando vemos los defectos y los aceptamos, podemos desprendemos de ellos y proseguir nuestra vida.»

A veces, estar dispuestos a dejar que nos eliminen nuestros defectos de carácter depende del nombre que les demos a éstos. Si no los llamamos por su nombre y nos parecen menos «defectuosos», quizás no logremos ver el daño que nos causan.
Y si aparentemente son inofensivos, ¿para qué vamos a pedir a nuestro Poder Superior que nos los quite de nuestra vida?
Tomemos por ejemplo el hecho de querer «agradar a la gente». No parece tan malo, ¿verdad? Simplemente significa que somos personas agradables, ¿no? No, de ninguna manera. Para decirlo bruscamente, significa que somos deshonestos y manipuladores, que mentimos acerca de nuestros sentimientos, creencias y necesidades, tratando de satisfacer a los demás para que accedan a nuestros deseos.
O tal vez pensemos que somos personas «tranquilas». ¿Pero «tranquilidad» significa desatender las tareas domésticas, evitar confrontaciones y elegir la rutina más cómoda? Entonces sería mejor llamarlo «pereza», o «postergación» o «miedo».
A muchos nos cuesta identificar nuestros defectos de carácter. Si es así, podemos hablar con nuestro padrino o los amigos de JA. Les describimos nuestro comportamiento clara y honestamente y les pedimos que nos ayuden a identificar nuestros defectos. A medida que pase el tiempo, cada vez podremos identificarlos mejor y llamarlos por su verdadero nombre.

Sólo por hoy:

Llamaré a mis defectos por su verdadero nombre.
Si me cuesta hacerlo, pediré ayuda a mi padrino.

«Cuando apostabamos, nuestra vida se había
convertido en un ejercicio de supervivencia. Ahora nos
dedicamos mucho más a vivir que a sobrevivir.»
«¡Ojalá estuviera muerto!»

Es una frase común de un adicto activo en el juego, y con razón.
Lo único que podíamos esperar era seguir con la misma triste existencia.
Nuestro apego a la vida era, en el mejor de los casos, endeble.
La decadencia emocional, la muerte espiritual y la agobiante certeza de que jamás cambiaría nada, eran constantes. Teníamos pocas esperanzas y ninguna idea de la vida que nos estábamos perdiendo.
La resurrección de nuestras emociones, de nuestro espíritu y de nuestra salud física toma su tiempo.
Cuanta más experiencia adquirimos en vivir, en lugar de limitarnos a existir, mejor comprendemos lo valiosa y maravillosa que puede ser la vida.
Viajar, jugar con niños, hacer el amor, expandir nuestros horizontes intelectuales y establecer relaciones, se cuentan entre las infinitas actividades que dicen «estoy vivo».
Descubrimos muchas cosas que apreciar y estamos agradecidos de tener una segunda oportunidad.
Si hubiéramos muerto durante la adicción activa, nos habríamos privado amargamente de todos estos placeres de la vida.
Cada día damos las gracias a un Poder más grande que nosotros por otro día abstinentes y otro día de vida.

Sólo por hoy:

Estoy agradecido de estar vivo.
Hoy haré algo positivo para celebrarlo ire a mi grupo de JA.

“Cuando completamos el quinto paso, nosotros podemos sentir muchas emociones como la humildad, el regocijo y el alivio”.

Cuando terminé mi paso quinto, muchos de mis miedos disminuyeron, mis actitudes cambiaron y mis defectos de carácter me molestaron menos.
Simplemente compartiendo mis defectos con una persona confiable se generaron estos cambios en mi.
Yo creía que el lado más oscuro de mis emociones hacia que yo tuviera poco en común con los demás.
Después del quinto paso me sentí mas parte de este mundo.
Por primera vez pude ver las batallas de los demás y encontré compasión por ellos en mi corazón.
No éramos ni mejores ni peores que los demás.
No merecíamos todo el beneficio de la duda?
Tengo mucho que trabajar, pero otros han trazado el mapa, su ruta y yo gustoso pregunté las direcciones.
Sin la barrera de la vergüenza mi camino no parecía tan desolado ni triste.
“Dios, concédeme la disposición para ver mis imperfecciones como medio para acercarme a los otros y a ti”
Ahora estoy rodeado por “mi gente”.
El mundo no parece tan oscuro y aterrador.

Sólo por hoy:

No necesito ninguna prueba de la existencia de Dios
para decirle gracias por mi abstinencia y mi libertad de la apuesta compulsiva.

Cuando tratamos de que nuestra voluntad esté conforme con la de Dios es cuando empezamos a usarla correctamente.

Es fácil confundir ciertas cualidades deseables con otras no deseables. Tener humildad, por ejemplo, no significa sentirse inferior. Por el contrario, significa sentirse igual - ni más ni menos valioso que cualquier otro.
Lo mismo sucede con la obstinación, que a veces he confundido con determinación, perseverancia e individualismo. Estas últimas son cualidades propias de personas que piensan y actúan de forma equilibrada, racional, adulta.
La fuerza de voluntad es una expresión infantil de omnipotencia, la ilusión de que puedo forzar a la vida para que sea exactamente como yo quiero que sea. Ésa es la locura de la compulsión por las apuestas compulsivas o por el juego compulsivo.
Tratar de que mi voluntad esté de acuerdo con la de Dios me devuelve el sano juicio. Me da abstinencia, paz interior y libertad de la obsesión.

Sólo por hoy:

Saber lo que Dios quiere que haga es mi principal prioridad, porque ese conocimiento suaviza mi camino y me libera para vivir con energía y amor.

Cuando uno es un extraño para sí mismo, entonces también está apartado de otros.
Saber que no era capaz de detener mi forma autodestructiva de apostar me hizo sentir como una extraña ante mi misma. ¿Es extraño que me sintiera aislada y aparte, que mis relaciones rara vez fueran lo que yo pensaba que deberían ser?
Puedo haber hecho antes algún progreso en el conocimiento de mi misma, pero sólo el programa de JA llena todos los agujeros. Va mucho más allá de meramente capacitarme para verme y aceptarme tal como soy.
La clave, la magia real de los doce pasos, ES QUE REEMPLAZAN MI DESGASTADA INDEPENDENCIA con un dependencia en una fuerza que nunca me falla, reemplaza mi autodestrucción con una vida cuerda y sana.
Hoy, no hay separación entre lo que quiero hacer y lo que realmente hago. Estoy abstinente. Estoy en contacto con mis sentimientos y con la realidad. Puedo llegar a otros y ser aquello que yo desearía en una amiga, pareja, hermana, madre o compañera de trabajo.

Sólo por hoy:

Seguir creciendo en mi conocimiento, en el conocimiento de otros y de Dios es mi mayor prioridad. Para esto, estoy dispuesto a abstenerme y a seguir las directrices de los pasos.

Cuanto más tiempo llevamos limpios, menos seguros estamos de «saber» cuál es la voluntad de Dios para con nosotros, y menos nos importa. Conocer la voluntad de nuestro Poder Superior tiene menos que ver con el «saber» y más que ver con el «sentir».
Seguimos practicando el undécimo Paso, pero en lugar de buscar «señales» de nuestro Poder Superior, empezamos a confiar más en nuestra intuición y a fiarnos de nuestros sentimientos respecto a lo que nos hará sentir bien.
Tras unos años abstinente, lo que sí parece que supiéramos reconocer es cuándo actuamos contra la voluntad de Dios para con nosotros.
Cuando vamos en contra de su voluntad, tenemos esa vieja sensación de incomodidad en el estómago.
Esa náusea es la advertencia de que si continuamos en esta dirección nos aguardan muchas noches sin dormir.
Es preciso que prestemos atención a esos sentimientos, porque a menudo son señales de que actuamos contra la voluntad del Poder Superior para con nosotros.
Nuestro undécimo Paso manifiesta claramente el auténtico objetivo de la oración y la meditación:
mejorar nuestro contacto consciente con el Dios que concebimos y que nos brinda un conocimiento más claro de la voluntad de nuestro Poder Superior para con nosotros y la fortaleza para cumplirla. Conocemos la voluntad de Dios más claramente por la sensación que produce, no por «señales» o palabras, y produce una buena sensación.

Sólo por hoy:

Rezaré para conocer la voluntad de mi Poder Superior para conmigo y pediré la fortaleza para cumplirla. Prestaré atención a mis sentimientos, y actuaré cuando me hagan sentir bien.