LA CRISIS EN EL JUEGO

Actualizado 15.06.2009 - 09:05
Un hombre juega a las tragaperras en un bar de Córdoba.

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El sector del juego de azar no ha salido indemne a la recesión. Aunque en periodos críticos parece crecer la confianza en que tras la suerte puede esconderse un futuro mejor lo que, por tanto, aumentaría el gasto, lo cierto es que los andaluces no se comportaron así. Se apretaron el cinturón en 2008 y recortaron hasta 40 millones la facturación en bingos, casinos y tragaperras, aunque eso no impidiera que dejaran en manos de la fortuna 2.651 millones. Un dato que invierte la tendencia de ejercicios anteriores (cae un 1,5%, mientras en 2007 el gasto incrementó un 5%), pero que no llega a superar la caída registrada en 2006, cuando el volumen de juego en Andalucía llegó a perder más de 50 millones.

Donde más brusca fue la bajada de la recaudación fue en los cartones y en los tapetes de las mesas de póker. Según el informe sobre Juego Privado en Andalucía 2008 de la Consejería de Gobernación, son los casinos y, sobre todo, los bingos los que más se han resentido. La etapa dorada de los ochenta, coincidiendo con su legalización, dio paso a una fase de declive del negocio binguero en la década de los 90 para acabar ahora en un auténtico año negro. En 2008 se cerraron hasta ocho salas, quedando ya sólo operativas 58 de aquellas 73 que había en 1999 -la media de clausura ha sido de dos por año-. A menos bingos, menos dinero en circulación, y la ecuación acaba con 474 millones frente a los 516 registrados en 2007 (un 8% menos).

Si bien los casinos parecen resistir mejor el paso del tiempo, lo que no aguanta tanto son sus libros contables. La cuenta de resultados no salió del todo bien para los cinco existentes en la comunidad -dos hay en Cádiz, otros dos en Málaga y uno en Sevilla-. Sus ingresos se desplomaron un 13,5% respecto del ejercicio anterior, llegando a la cota de los 297 millones, una frontera que no se traspasaba desde 2003, y que queda muy lejos del año en el que más volumen de negocio tuvieron los casinos, 2005, con 416 millones en juego.

El as de esta partida está en las tragaperras o máquinas B, el único segmento de este negocio de la fortuna que crece. Sube un 2,6% respecto de 2007 y llega a los 1.878 millones de ingresos (un 70,8% de todo lo recaudado). Un aumento que tiene su origen, en parte, a que este año han entrado en funcionamiento 504 máquinas más, llegando a haber en la comunidad hasta 43.174, es decir, 5 máquinas por cada 1.000 habitantes.

Ante el juego, no todos los andaluces tienen el mismo comportamiento. El nivel de gasto marca diferencias y son malagueños y onubenses los que toman la delantera superando la barrera de los 100 euros: 114 en Málaga y 104 en Huelva. Pese a ser las provincias que más dinero se dejan, ambas registran una bajada respecto a 2007: de dos euros en Huelva y de 14 en Málaga. Es en Cádiz, Sevilla, Granada y Almería donde ha aumentado la inversión en el azar, aunque en cantidades pequeñas, y se mantienen en el mismo nivel Córdoba y Jaén, las provincias que son las que menos apuestan, con un promedio de 56 y 60 euros. Con estos datos, la media andaluza de gasto por habitante es de 85,44 euros.

Sin embargo, esta cifra es lo que se conoce como gasto aparente, es decir, el gasto real estimado tras restar las cantidades en premios recibidos por los usuarios. Si no se tiene en cuenta este factor, los andaluces desembolsaron en realidad una media de 323,3 euros: 36,32 fueron en casinos, 68 en bingos y 229 en máquinas B.

Por peso poblacional y por concentración de bingos, casinos y tragaperras Málaga (672 millones), Sevilla (591 millones) y Cádiz (387 millones) son las que mayores desembolsos obtuvieron, llegando a acaparar el 62% del volumen de juego en la comunidad.

Todos estos resultados no dejan de ser parciales y no miden las cifras globales. Las casas de apuestas en internet u otras opciones de juego televisivas cada día ganan más adeptos escapando, por el momento, al control estadístico de las administraciones