¿Por qué siempre hay un rechazo a la administración de nuestro dinero?

¿Por qué siempre hay un rechazo a la administración de nuestro dinero?
Pensamos que con este gesto perdemos nuestra independencia, nuestra querida autonomía. Nada más alejado de la realidad.
Delegar nuestras finanzas es una acción que nos devuelve nuestra capacidad de decidir por nosotros mismos. Solo nosotros podemos tomar esta decisión y la duración de la misma. Recobramos nuestra libertad perdida en favor de nuestra enfermedad. Es nuestra primera gran decisión que tomamos, es el camino hacia nosotros mismo. Es conocer y reconocer nuestras limitaciones, saber quienes somos y que es lo que queremos para nosotros.
No estoy hablando de entregar NUESTRO dinero, ni de regalarlo. Hablo de limitar nuestro acceso a él para evitar las tentaciones (que las habrá, tan seguro estoy como de que todos los días sale el sol).
¿Existen personas que hayan “salido” de esta enfermedad sin delegar el control del dinero? La respuesta es si, pero con un coste.
Cuando nos aferramos con todas nuestras fuerzas a ideas o materias, perdemos el contacto con la realidad. Olvidamos su valor real y su función.
Si agarramos algo firmemente, dejamos de sentir sus características; temperatura, tacto… Solo nos queda la sensación de poder perderlo, surge el miedo y más tarde el dolor. El dolor del placer… el placer de no haber perdido… el placer de la vanidad… EL PLACER DE SABERSE “GANADOR”.
Esta experiencia es fácilmente realizable por uno mismo; coge un objeto, apriétalo con fuerza y comprueba los efectos.
Las medidas preventivas no son el capricho de unos pocos, ni una revelación del más allá. Son una serie de normas concebidas para darnos un mínimo de garantías en el titánico esfuerzo de nuestra abstinencia. El resultado de años de tratamiento de esta enfermedad.