Muy interesante: El alto impacto social de los juegos de azar (México)

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El Universal (Mexico) |Natalia Gómez Quintero | 11/10/2010

Rogelio no quita su mano del botón. Desde hace tres horas el adolescente mantiene esa misma posición. Ha depositado 20 pesos en la maquinita, en espera de multiplicar por 10 su inversión. En algún momento el muchacho llegó a reunir 500 pesos, pero en sólo dos horas los perdió. Cada vez que ponía un peso, él tenía la corazonada de que en la siguiente jugada ganaría.

El chico es asiduo a las máquinas que están a unas calles de su casa. A él ya no le interesan ya los videojuegos sino la suerte de ganar dinero.

Ese tipo de tragamonedas se ubican en establecimientos comerciales, casi en cada esquina de cualquier colonia popular, donde hombres, mujeres y niños pueden jugar sin limitaciones, más que las del monto de sus apuestas.

Esta es sólo una muestra mínima del crecimiento sin control que han tenido los juegos de azar en México bajo el amparo de una Ley Federal de Juegos y Sorteos promulgada en 1947.




Los legisladores de entonces no hicieron proyecciones futuristas. Su imaginación no alcanzó para pensar que hoy, gracias a las tecnologías, un jugador puede abrir una página de Internet y apostar con un clic y los números de su tarjeta de crédito desde su hogar.

Son decenas de opciones de entretenimiento las que existen en Internet, donde se puede ganar o perder: la ruleta, naipes, bingo, jack, apuestas en encuentros deportivos que se llevan a cabo de manera profesional en cualquier parte del mundo o en torneos amateurs que se celebran, por ejemplo, en la Universidad de Singapur.

Por eso hoy los especialistas consideran la ley de los años 40 como obsoleta. Refieren que en este ambiente impera la norma de “lo que no está prohibido de manera específica, está permitido”. La ley promulgada por el presidente Miguel Alemán tiene sólo 17 artículos y un reglamento que ha sido modificado a conveniencia por la Secretaría de Gobernación, la entidad responsable del control y vigilancia de los juegos que impliquen apuestas.


Crecimiento sin control
Justo por este atrasado marco jurídico actualmente se vive también el crecimiento desmesurado de la instalación de casinos. En 2005 la Secretaría de Gobernación permitió la instalación de 480 establecimientos para 25 permisionarios. Hasta hoy se han instalado 301 salas en todo el país.

En esos lugares se encuentran distribuidas 80 mil terminales electrónicas o las conocidas “maquinitas”, donde se puede jugar a 2.500 juegos diferentes, según la Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos (APJS). Ahí se encuentran los más conocidos: el bingo, las líneas, la ruleta rusa o la lotería.

En algunos lugares se puede jugar bingo y ruleta rusa de manera presencial. Lo que hasta hoy no está permitido en esta modalidad son los naipes. Además, en esos lugares existen terminales remotas para apostar a carreras de caballos, perros o en justas deportivas.

Lizbeth García (PRD), actual secretaria de la Comisión de Turismo de la Cámara baja, así como los ex diputados de la 60 Legislatura, Armando García (PSD) y Octavio Martínez (PRD), recordaron el compromiso que el presidente Felipe Calderón hizo al decir que no se otorgarían más permisos para la apertura de estos centros.

“El mismo Presidente coincidía en ya eran suficientes los establecimientos y que no se justificaba ninguna autorización más, puesto que tampoco se habían generado los esquemas de control de financiamientos adecuados”, comenta el ex diputado Martínez.

No obstante, hace apenas unas semanas la Segob otorgó al Centro de Promociones Vallarta el permiso para la apertura de 45 salas, bajo el argumento de una ampliación del permiso por mandato judicial. En tanto, a la empresa Juegos y Sorteos Jalisco se le otorgaron 35 nuevos permisos.


“En un inicio, la Segob negó la ampliación del permiso y los nuevos trámites, pero hubo un juicio de por medio donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación falló a favor de los permisionarios, debido a que los argumentos de los hábiles abogados que representaban a las empresas se ajustaban al marco legal existente”, explica Armando García Méndez.

Así es como, además de los 179 establecimientos que faltan por instalarse, ahora se suman 80 a la lista. A la cuenta también se deben agregar al menos 35 casinos ilegales establecidos que hoy funcionan sin permiso y al amparo de la corrupción que existe con funcionarios de diversos niveles de gobierno.

Los casinos fuera de la ley se ubican principalmente en estados del norte: Coahuila, Nuevo León, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, donde recientemente se han generado sucesos violentos en manos del crimen organizado. Los establecimientos son identificados plenamente por su nombre y ubicación, pero hoy funcionan sin tener permiso, pese a que los legisladores han entregado estos reportes a la Segob.

Los números pueden aumentar, pues se calcula que por cada casino legal existen dos ilegales. “Los enormes volúmenes de dinero que opera la industria de juegos al margen de la ley los vincula a lo ilícito y al lavado de dinero, favoreciendo la delincuencia e inseguridad”, dice Lizbeth García.


Los casinos, buena inversión
De acuerdo con Alfonso Pérez Lizaur, presidente de la APJS, la inversión en México de este tipo de entretenimientos es un buen negocio. Esta industria genera alrededor de 30 mil empleos directos y unos 100 mil indirectos.

No obstante, Pérez Lizaur deja claro que este negocio es para los empresarios de “ligas mayores”, porque hoy un “casinito” ya no deja ganancias. De acuerdo con la APJS, los ingresos estimados de 2009 fueron de 890 millones de dólares, lo que equivale a 11 mil 125 millones de pesos.

Entre impuestos, maquinaria y arrendamientos de locales se destina aproximadamente 70% de la inversión. Los permisionarios pagan actualmente 30% de impuestos sobre ingreso bruto. Tan sólo en 2009 se aportaron mil millones de pesos al fisco.

Armando García, ex secretario de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados y quien elaboró la iniciativa de ley para juegos y sorteos que está congelada en San Lázaro, asegura que una nueva legislación podría alcanzar una recaudación hacendaria de entre cinco y mil millones de pesos.

“Esa nueva ley de 220 artículos regularía de manera muy específica todos los juegos de azar en México, no daría espacios a establecimientos ilegales y haría posible conocer todos los recursos manejados, que hoy sí se reportan pero de una manera discrecional”, dice García Méndez.

Las máquinas tragamonedas de la tienda de la esquina también estarán contempladas en la regulación, pues su proliferación puede hacer que amas de casa y niños caigan, más que en una distracción, en un juego compulsivo.


No hay hasta hoy un estudio de impacto social que revele cómo se ha transformado una comunidad con la llegada de casinos o máquinas tragamonedas. Un estimado señala que entre 2% y 3% de la población adulta es jugadora compulsiva y carece de opciones para tratar adecuadamente su problema.

La APJS señala que 60% de su público son mujeres entre 45 y 70 años. “Los adictos representan un mínimo porcentaje”, dice Pérez Lizaur. Sin embargo, conscientes de que este problema puede desarrollarse en ciertas personas, los miembros de la asociación que representa promueven actualmente el juego responsable, al colocar en los establecimientos información acerca de cómo identificar la compulsión.

Los legisladores coinciden: “Para contrarrestar estos males se debe cuantificar, estudiar y combatir. Ello es imposible cuando la industria opera en los márgenes de la ley”.