Dia sin juegos de azar...

Una sonrisa o una buena corbata pueden esconder mucho cuando la persona es adicta al juego. Un ludópata no lleva escrita su patología en ningun sitio, pero su adicción es tan fuerte que no existe control y el juego se vuelve el centro de todo... «Conocí un Bingo con una amiga y a la media hora estábamos en una sala sentadas y jugando en una mesa. Ocurrió que en la primera partida (jugada del novato) canté un Bingo del valor de 285 euros, nos levantamos y marchamos a casa, pero a los pocos días volví. ¡Ahí empezó mi calvario! Cada vez iba más a menudo y llegó el momento en que dejé parcialmente mis obligaciones: familia, trabajo, amistades, etc...», relata una socia de Larcama (Ludópatas Asociados en Rehabilitación de Castilla-La Mancha) en la página web.

El colectivo habilitó ayer una mesa informativa en Zocodover con motivo de la celebración del ‘Día Sin Juego de Azar’, el próximo 29 de octubre, para dar a conocer esta problemática. «Es necesario que la población conozca los efectos de la ludopatía y el aumento de esta adicción en personas cada vez más jóvenes a través de internet», explicó ayer el presidente del colectivo, Máximo Enrique Gutiérrez.

A pesar de que la ludopatía es una patología que no se adivina a simple vista, tiene claro que está muy extendida porque «todo el mundo conoce a alguien cercano con problemas con el juego». Reiteradas visitas a los bingos, jugadas interminables a las máquinas tragaperras, apuestas en casinos por internet, partidas en el teléfono móvil... Todos sufren un enganche al juego de difícil superación que precisa, en la mayoría de los casos, una acertada atención psicológica.

La información y la prevención son básicas a la hora de hablar de ludopatía, pero Gutiérrez apuntó ayer que una de las principales preocupaciones del colectivo es el «juego incontrolado por internet» que cada vez engancha a más jóvenes. Por este motivo, exige a las administraciones que se impliquen en la problemática, vigilen a los empresarios del juego y se establezcan las herramientas necesarias para poner «freno» al desarrollo incontrolado del juego en la red a fin de que se garantice la protección a los menores de 18 años.

A Gutiérrez no le sirven las excusas de las dificultades del control de la red. «En el siglo XXI no se pueden poner disculpas porque se puede evitar que los menores tengan acceso a estos juegos». Larcama tiene claro que se pueden «poner puertas y ventanas» a internet a través de la vigilancia de la IP (número de identificación de una red), del control de pagos en los bancos y del DNI electrónico. El colectivo exigirá además el cumplimiento de la legislación vigente, ya que la publicidad de estas páginas está prohibida.

Por otra parte, Gutiérrez considera necesario que se habilite un sistema en las máquinas tragaperras para que los menores no puedan usarlas. Larcama se indigna todavía cuando observa que el juego de las tragaperras, el que más recauda en este país según el Ministerio del Interior, es de uso libre sin ninguna clase de filtros. Las cifras revelan que en Castilla-La Mancha se jugó más de 1.132 millones de euros en 2009, lo que permitió a la Junta recaudar 50 millones de euros por impuestos directos del juego.

El colectivo, con sede en Toledo y en Ciudad Real, aprovechó ayer esta jornada para plasmar otras reivindicaciones relacionadas con el juego e intentar que las administraciones públicas se comprometan a frenar la ludopatía. Por tanto, solicitan la puesta en marcha de campañas de prevención similares a las relacionadas con los consumos de alcohol y drogas.

Además, Larcama exige la elaboración de un estudio de prevalencia sobre la ludopatía. La asociación lo reivindica cada año en la Comisión de Control del Juego de Castilla-La Mancha, pero aún no ha dado sus frutos. Tampoco se dejó ayer en el tintero una importante petición: «Que el Gobierno regional solicite que cambie la estructura del Plan Nacional de Drogas y de la Estrategia 2009-2016» para que se incluya la ludopatía y Larcama no se quede fuera.