descubriendo a las personas

Hola amigos,

una nueva reflexión que me viene a la cabeza en estos días en los que las cosas van siendo mas complicadas para mí.
 Creo que, en muchos casos, no llegamos a conocer realmente a las personas que nos rodean en nuestro entorno hasta que, una situación algo extrema, hace aflorar lo que es casi imperceptible en la vida cotidiana...Amigos, familia, en condiciones digamos dentro de una cierta normalidad, se nos aparecen como seres indiscutibles en nuestra vida hasta que, tal vez en momentos ya no tan placenteros, descubrimos quienes son, o no, los que valen la pena...
Podíamos llegar a sorprendernos con la respuesta  de personas por las que quizá poníamos la mano en el fuego antes, y que cuando han sido puestos a prueba nos han fallado...Otros, en cambio, sorprenden por demostrar estar por encima de lo que hubiésemos esperado..
Pero, cómo saber elegir a nuestros amigos? tal vez nunca haga falta que en el futuro respondan como esperaríamos, pero eso nunca lo sabremos si no se dan las circunstancias. Hay gente, afortunada, que ha tenido pruebas de apoyo en momentos tan difíciles como los que vivimos en nuestra enfermedad, que van mas allá de lo racionalmente esperado...Personas que por amor o lealtad, se involucran con nosotros hasta caer a veces arrastrados por nuestra carga porque simplemente nos quieren de verdad y lo darían todo por nosotros. Otras, por su instinto de supervivencia o quizá por querernos de otro modo, pues simplemente se van apartando poco a poco.. A estas últimas, tampoco les puedo reprochar nada... ¿Dónde está el límite de aguante que podemos solicitarles?.
En fin, quiero hacer un pequeño homenaje a esas buenas personas maravillosas que hay por el mundo, altruistas y entrañables, por las que vale la pena seguir creyendo en el ser humano. Y felicito a los que tienen la fortuna de tenerlas en su vida...Sigamos buscando y encontrándolas, porque vale la pena hacerlo...

Hola Josep.

En este comentario tuyo se aprecia claramente lo fastidiado que estas en estos momentos. Supongo pensarás ¿Y cómo quieres que esté en esta situación después de lo que ha pasado últimamente? ¡Cierto, es normal te sientas así! Lo que no sería lógico es que todo te diera igual y pasases de todo y todos, algo así demostraría lo poco que te importaría salir o no, de esta situación de una forma digamos “aceptable” como es el luchar por continuar el proceso de rehabilitación, que en su día trataste de llevar a cabo.

No sé, da la impresión que alguien en quien confiabas no ha respondido como esperabas ante esta nueva situación. Haces bien en creer y confesar que no les puedes reprochar nada, lo contrario sería tremendamente egoísta por tu parte. En las reuniones de grupo en la asociación en las que participamos mi familia (ayer estuvimos los cuatro aunque mi hija por ser menor de edad, se quedó fuera de la sala de reuniones con otros compañeros, tal y como hace la mayor parte de los sábados y algunos miércoles que va con nosotros) solemos decir que es bueno ser egoísta para tratar de apoyarse en los seres queridos y en los demás miembros de la asociación, con el fin de sentirse arropado y que las cosas se puedan ver con un espíritu de miras más amplio. Tomando de cada uno la parte que nos puede ayudar y dejando pasar el resto, yo también comparto esa forma de pensar y sentir (en este foro mismamente ya lo he expuesto varias veces) pero eso no quiere decir, que si a base de una trastada tras otra, en cierto momento esa o esas personas se plantan y dicen «hasta aquí hemos llegado» podamos pensar que nos dejan en la estacada cuando más les necesitamos. Tal vez sería conveniente plantearlo desde otra perspectiva: ¿Qué he hecho mal para llegar a esta situación y qué puedo hacer para cambiar para tratar de cambiarla a mejor?
Creo que no se trata de que unos den las gracias a otros por arroparles, ni que otros se sientan abandonados, o que quienes presten su ayuda a esa persona se sientan coaccionados para hacerlo. Posiblemente nadie pueda responder sinceramente a la pregunta de si ayudarías a tal persona de una manera incondicional de por vida, yo desde luego me siento incapacitado para ello. No tengo ni idea de cuál sería mi reacción en otra hipotética recaída de mi esposa, algo que es lamentable decirlo, pero pudiera sucederle si descuida las medidas preventivas y baja la precaución en cualquier momento, pero no solo a ella, sino a cualquier ludópata por muy rehabilitado que se considere él/ella o su entorno, o por mucho tiempo del que lleve sin jugar. Lo más que se puede hacer, tanto los enfermos como quienes les rodean es tratar de poner los medios para que tal cosa no ocurra, siguiendo las medidas preventivas que tienen más que de sobra probada su eficacia si se realizan correctamente y se deja uno de buscar recovecos que solo llevan a un nuevo fracaso tras otro y tratar también de estar lo suficientemente preparado emocionalmente, para que si se da el caso, podamos seguir haciendo lo más correcto en cada situación, tan solo eso, nada más. Lo demás, esa sarta de frases bonitas pero sin pasar por la situación real, que quieres que te diga…
No sigas machacándote con ese tipo de pensamientos que además de no solucionar nada, llegarán a nublar tu mente haciendo que no te centres en lo realmente importante en estos momentos: Estabilizar todo ese maremágnum que tienes ahora en la cabeza, cerrando las puertas para que la situación no se repita y seguir en tu empeño de rehabilitación (solo o acompañado) revisando y corrigiendo los errores que permitieron que esa situación se diese.
¡Ah por cierto! Que no se me olvide y lo más importante que no se te olvide a ti en estos momentos de bajón, es más que posible que no tengas que buscar a nadie para estar a tu lado confiando en ti. Seguramente ya estén y hayan estado en todo momento, tan solo hace falta que las dejes ayudarte yendo por delante y dando pruebas de que realmente quieres hacer las cosas bien y que no es mera palabrería (te lo digo a ti, pero no va dirigido a ti tan solo, sino a todos en general) porque es habitual oír frases del estilo: nadie me entiende, nadie me apoya, nadie me escucha… pero… ¿Estamos haciendo algo para revertir esa situación, si es que es cierto que ha llegado a producirse?

No te hundas en reflexiones profundas e inalcanzables y ve a lo práctico: poco a poco y día a día. (Como puedes ver desde siempre en mi firma, ese es el lema que más me gusta y que creo más nos conviene a todos. Paso a paso se llega lejos) ¡¡¡ÁNIMO Josep!!!
Hasta pronto.

Muchas gracias Paraca 348.

Es cierto quizá que, a raíz de lo sucedido, le haya estado dando demasiadas vueltas a la cabeza con pensamientos filosóficos y reflexiones...Es curioso, pues yo he sido hombre de ciencias y nunca de letras. Así que, centrados en el método científico, lo que procede es dedicar los esfuerzos en solucionar el problema generado, y aplicar las medidas que conocemos para evitar su repetición o agrandamiento...gracias como siempre, amigo.