VOCES DE RECUPERACION

“Los pensamientos en blanco y negro hicieron mi vida ingobernable.
Viendo el mundo desde los extremos me aleja de las personas y de mi mismo. .
Sobre todo me impide tener una relación intima con mi Poder Superior”.
He gastado gran parte de mi vida mirándome y mirando a los demás con un “INVENTARIO” en blanco y negro.
Yo no permití áreas grises, especialmente conmigo mismo. Mi gran miedo era que otros vieran mi larga lista negra y que se dieran cuenta que yo era un fracaso. Esto me impedía estar cerca a los demás.
Me salí de mi misma para ser amigable, pero huí del compromiso y la cercanía porque tenía miedo del rechazo que seguramente recibiría.
En JA me di cuenta que no soy el único imperfecto. Los miembros de JA, amigos fuera de JA y Dios, especialmente Dios me aceptan como soy.
En Dios yo tengo un maestro amoroso, que perdona y que me guía hacia un mejor camino.
Esto me ha sacado del hoyo negro del miedo y me ha puesto en contacto con la luz blanca y brillante. Gracias JA!

“La humildad como la vemos en JA no nos ubica ni por encima ni por debajo
de otra gente de una escalera imaginaria de valor.
Nos ubica exactamente donde pertenecemos sobre un escalón en igualdad con otros seres humanos y en armonía con Dios”

Aprendí temprano en mi vida a medirme comparándome con otros y como soy una persona obsesiva llevé esto a un extremo.
Pensamientos tales como “¿Soy tan bonita como ella?
¿Soy tan inteligente como ella?” estaban constantemente en mi cabeza.
Me veía a mi misma como inferior o superior a la persona con la que me comparaba.
El concepto de ser igual a otros y aún ser único y especial era extraño para mí hasta que asistí a muchas reuniones de JA y trabajé los pasos.
Hoy estoy trabajando en valorarme a mí y a otros justo por quienes somos, sin comparar ni juzgar. Cuando estoy dispuesta a escuchar a otra persona con compasión y una mente abierta, Dios me muestra lo valiosa que esa persona realmente es, y cuando soy capaz de honrar las ideas y experiencias de otra persona soy capaz de amarme y respetarme también,
todo en un espíritu de humildad y gratitud.
Todas las personas que encuentro tienen algo de valioso para contribuir.
El dejar de comparar y juzgar libera mi espíritu.

"Si vamos a tomar una decisión que será pública, el grupo debe tener en cuenta las necesidades e ideas de todos.
Por esta razón, los grupos de JA, escuchan todos los puntos de vista, incluyendo los minoritarios."
Como veterano a veces pienso que sé lo que es mejor para la JA.
He aprendido con los años a reservar una decisión hasta que todos los puntos de vista sean escuchados.
A menudo, el recién llegado presenta un punto vista que nadie más ha examinado y cambia la opinión de todos.
Nuestras Tradiciones establecen que hacemos una conciencia de grupo informada.
Para que sea informada hay que escuchar a todo el mundo. Si siempre tenemos en mente el bien de JA, debemos asegurar que cada punto de vista sea escuchado con respeto y compasión. Escuchamos con atención y con mente abierta.
Podemos entonces hacer una decisión basada en lo que es mejor para nuestro grupo y para JA como un todo.

UN SALUDO
TODO PROBLEMA TIENE SOLUCION
TU FUTURO NO ES UN JUEGO DE AZAR

“¿Sobre qué necesito escribir? No debo temer mirar dentro de mi corazón y escribir sobre lo que encuentro allí”

Esta noche me estoy replegando hacia actividades sin sentido. ¿Por qué? ¿Cuáles son mis sentimientos?
ENOJO! Me da miedo el enojo por que lo he usado para herir a otros y a mí mismo. Es más seguro esconderlo detrás de alguna actividad.
Enojo. Puedo reconocerlo y manejarlo sin destruir a otros o a mí mismo?
Sí, con los Doce Pasos de JA y sus instrumentos, yo puedo. Puedo escribir acerca de mi enojo y mientras lo hago describo las emociones más básicas de frustración, ansiedad y pérdida de control.
A medida que escribo mi enojo va desapareciendo. Puedo hablar con mi padrino y con otros miembros de JA que me pueden ayudar a entender este enojo y me pueden ayudar a dejarlo ir y dirigirlo hacia Dios. Desde JA ya no debo temer mi enojo y escribir lo que encuentro allí. Luego puedo manejarlo en forma constructiva.
Puedo vivir honestamente conmigo mismo mientras reconozco y escribo acerca de mis sentimientos.

“Solo por hoy, yo no he encontrado necesario romper mi abstinencia. JA se llevo todas mis excusas y por esto solamente estoy agradecido”.
Algunas veces cuando estoy en situaciones de apostar, empiezo a escuchar excusas que salen a flote, “No debería pero…”.
Ahora, no tengo que jugar en la mente con las excusas de los demás acerca de su manera de apostar compulsivamente.
Un buen plan y reportarme con mi padrino significa que yo no tengo que evitar tales ocasiones. Siempre tengo a mano mi plan diario .
Si no es mi hora de hacer algo que no ocurre imprevistamente me detengo,
puedo estar contento porque sé que lo que hago me mantiene estable y esto es precioso para mí.
Yo también solía hacer excusas pero rápidamente me enloquecía con esquemas para reparar los daños.
Al practicar la gratitud en mi escritura diaria encontré que tengo varios buenos caminos para completar la oración, “Yo estoy contento de estar en abstinencia, de esta manera que lo hago ahora, porque…”.

“… estuvimos enfocados en los defectos de otros y pensamos por horas lo que ellos deberían hacer para solucionar sus problemas, mientras nuestros problemas estaban sin resolverse.
Esto lo he hecho por horas. Esto lo he hecho por días cuando alguien me hacia enojar.
Esto lo he hecho por años cuando pensaba como se me había tratado.
Cuando las personas comparten los problemas en lugar de dar el mensaje, en las juntas o en otro lugar, me doy cuenta que no estoy sola en traer las cosas del pasado.
Estoy contenta de que algo (podría ser mi Poder Superior?) me ha despertado de esas largas costumbres con la pregunta:
¿“Yo… estoy haciendo lo que me permito sugerirles a ellos?
Es prometedor cuando me doy cuenta como mi consejo podría aplicarse para mi mismo.
Es progreso cuando yo pongo mi consejo en práctica. Puedo decirme a mi mismo a tiempo y a menudo pensar en mis propios asuntos. Puedo darme cuenta y actuar de acuerdo con mi Poder Superior cuando Él gentilmente me hace una sugerencia.

“Puedo aferrarme al miedo que sirve al propósito de mantener viva mi compulsión o puedo entregar mi vida, un día a la vez, a mi Poder Superior”

El mundo y la ansiedad me han perseguido toda mi vida. También han sido un constante desafío en mi recuperación como comedor compulsivo.
El haber formado una relación con mi Poder Superior, que yo llamo Dios, ha resultado en varios años de abstinencia y una habilidad de manejar situaciones que me producían miedo. Para crecer emocional y espiritualmente necesito correr riesgos, que a su vez atraen los miedos.
Pero he aprendido que no importa cuánto miedo tenga yo. Puedo pedirle a Dios que me ayude, y nunca me ha defraudado.
Cada vez que conquisto algo que me produce miedo, aumenta mi autoestima y me preparo para enfrentar el próximo riesgo.
La combinación de la abstinencia y la confianza en Dios me ha dado valor. Nunca dejaré de tener miedo, pero con la ayuda de Dios he podido enfrentar mis miedos en abstinencia y conseguir cosas que nunca creí posible.

“La recuperación comenzó para la mayoría de nosotros cuando
dejamos de estar solos y concurrimos a un grupo de J.A.
Aquí descubrimos que no fuimos hechos para vivir solos”
Hay algo acerca de esta hermandad de individuos que ha cambiado mi vida completamente.
Creo que la espiritualidad de J.A. viene de la palabra
confortante “NOSOTROS” no estoy sola.
Antes encontraba mi bienestar en las salas de juego, casinos, bingos tragamonedas etc..., pero fue un confort solitario y triste.
Ahora mi confort está en esta hermandad.
Hay mucho amor en este programa.
Aún si me siento cansada cuando entro a una reunión me saludan sonrisas y abrazos.
El compartir honesto, el sostenernos de las manos y la oración, me transforman y me llenan de energía.
Cuando no puedo ir a una reunión puedo hacer una llamada.
Cuando no puedo hacer una llamada puedo enviar un e-mail o escribir una carta a otro jugador compulsivo.
Soy parte de un “NOSOTROS”.
En este programa maravilloso he encontrado amor y comprensión más allá de mis sueños más salvajes.
Gracias a Dios por Jugadores Anonimos.

“Aquellos que juegan compulsivamente y se aíslan, están rechazando la apuesta que satisface y suaviza el alma infeliz que está adentro”

Me sorprendió tener que aceptar la idea de que la debilidad espiritual era parte de mi enfermedad.
Después de todo siempre había creído en un Poder Superior que llamé Dios
y había asistido a la iglesia casi todos los domingos de mi vida.
Así que me ofendí cuando escuché esto y más todavía cuando mi padrino me dijo que era obvio que mi Dios era la apuesta.

Sin embargo, cuando enfrenté la forma en que yo le había dado poder a la apuesta sobre mi vida, comencé a rezar para pedir perdón. Había usado la apuesta no solamente para confortarme, consolarme o premiarme, sino también para darme energía y ayudarme.

Como resultado de mis once años en JA, veo ahora a mi Poder Superior como un Dios muy personal y lleno de amor, que me guía y me dirige si yo simplemente abro mi mente a El y escucho.
Él ha hecho mucho más por mí que la apuesta podría alguna vez hacer.
Realmente, esta unión espiritual es esencial en mi abstinencia diaria.

“Antes de unirnos a la comunidad de JA, nuestras oraciones pidiendo ayuda quizá nunca tuvieron respuesta, simplemente porque no estábamos destinados a enfrentar esta enfermedad solos”
Yo era una de esas personas que rezaba regularmente a Dios para que me quitara las ganas de realizar apuestas y me permitiera ganar de vez en cuando. Rezaba para que el día fuera diferente, no entendiendo el concepto de que realizando una primera apuesta se desencadenaba la enfermedad.
También apostaba en forma secreta, asegurándome de que todos estuvieran fuera de casa para poder apostar por internet.
Hoy JA me da la oportunidad de estar con compañeros que padecen los mismos sufrimientos y conocen el dolor que ocasiona la apuesta. JA me ofrece la recuperación de no jugar compulsivamente.
No necesito vivir más en aislamiento, porque hay personas que entienden mi enfermedad.
Que milagro! No necesito más aislarme, porque he llegado a creer en un poder mas grande que yo y comparto la camaradería de compañeros jugadores compulsivos.

SOY PARTE DEL TODO
En seguida me convertí en una parte aunque fuera una pequeñísima parte-
de un cosmos.
Cuando llegué por primera vez a J.A., me convencí de que “esa gente” era amable tal vez un poco ingenua, un poco demasiado amistosa, pero gente fundamentalmente buena y sincera (con quienes yo no tenía nada en común).
Los veía en las reuniones por supuesto, era allí donde “ellos” existían.
Les daba la mano a “ellos” y, después de irme de la sala, los olvidaba.
Luego, un día mi Poder Superior, en quien no creía todavía, dispuso que hubiera un proyecto fuera de J.A. en que participaban por casualidad muchos miembros de J.A. Trabajamos juntos, y llegué a conocerlos a “ellos” como seres humanos. Llegué a admirarlos a “ellos” e incluso a tenerles afecto, y, a pesar de mí mismo, a disfrutar de la compañía de “ellos”.
“Su” forma de practicar el programa de J.A. en sus vidas diarias y no meramente en las palabras que les oía decir en las reuniones era lo que me atraía y quería lo que ellos tenían. De repente, “ellos” se convirtieron en “nosotros”.
Desde ese momento no he realizado esa primera apuesta.

“Vive y deja vivir” - Lema del programa
Estaba sentada en mi máquina de coser tratando de hacer un bordado diferente.
El único bordado que la máquina podía hacer era en zig zag. Cambié los niveles y empujé los botones, pero los resultados fueron los mismos.
Un pensamiento vino a mí. No importa que tanto yo trate de cambiar a otros, ellos tienen su propia y única manera de ser.
Si ellos necesitan cambiar, Dios hará los cambios.
Mostrar amor y respeto para otros y las decisiones que toman en su vida diaria, me deja libre para tener mejores elecciones de vida en mi propia vida.
Mis relaciones mejoraran si puedo amarme lo suficiente para dejar a otros responsabilizarse por sus propias decisiones.
“Vive y deja vivir” me liberará de la compulsión de criticar, juzgar, condenar y castigar. Solamente así puedo centrarme en cosas provechosas para mi vida.

"La recuperación es un viaje y el programa de Doce Pasos es la senda por la cual viajamos juntos en JA."

Solía creer que yo era un fiasco total como ser humano o un santo.
Me veía a mi mismo como un completo fracaso; mis intentos de controlar mi ludopatía y mi forma de apostar solo fortalecían esa percepción de mi mismo.
Soñaba con un cambio milagroso en mí: una persona extremadamente compasiva, inteligente . El problema radicaba en que no existía una senda entre mi ser un fracaso miserable y mi ser una persona que no realiza apuestas-.
En consecuencia, me abandoné a jugar y soñar despierto.
Solía imaginar un súbito cambio en un yo diferente como si pudiese ser transformado mágicamente.
Pero JA me ha enseñado que para lograr la recuperación se precisa paciencia y un compromiso sostenido a un duro pero glorioso viaje.
JA me ha señalado la larga ruta que me aleja del fracaso.
JA me ha enseñado a reconocer mis limitaciones y cómo, trabajando los Pasos hacia el cambio, puedo deshacerme del odio a mi mismo y humildemente depender de mi Poder Superior.
Estoy viajando hacia la recuperación con los Doce Pasos de JA.

“Nos damos cuenta de cuán fútil es continuar culpando a los demás
por nuestro jugar compulsivo y nuestras vidas ingobernables”
Oh! Esta idea es dura. Por muchos años transferí la culpa por mi apostar sin control y llevar una vida ingobernable al VILLANO DEL DÍA, que podía ser mis padres, hermana, esposo, hijos, empleados, compañeros de trabajo, amigos, enemigos. En otras palabras, cualquier persona o cosa que estuviera entre mis deseos y yo, me llevaba a realizar apuestas..
Hoy reconozco que Jugar compulsivamente es mi elección y no una fuerza externa que me obliga.
Se hoy que mi Poder Superior me ayudará a hacer elecciones razonables en todos los aspectos de mi vida solo si se lo pido.
Gracias a la presencia de un Poder Superior en mi vida no estoy más a merced de múltiples dictadores.

Para un jugador compulsivo el acto de apostar está ligado a las emociones.
Nunca estamos totalmente satisfechos no importa la cantidad que hayamos
apostado porque estamos apostando por razones emocionales.”

Caramba! Este soy yo. Esto es exactamente lo que hice.
Me he preguntado como alcancé a llegar a un estado calamitoso, no podia ni sumar ni restar. Entonces leí las palabras que están al comienzo y encontré la respuesta. Cada vez que sentía algo negativo o incomodidad lo enfrentaba apostando.
Yo apostaba cuando me sentía ansioso, enojado, solitario o cansado.
Pero sin importarme nada de nada, esos sentimientos permanecían.
Apostare “un poco más” nunca me satisfizo y siempre me lastimo.
Hoy cuando esos sentimientos llegan, no apuesto.
El programa de JA me ha enseñado a buscar más bien el sustento emocional.
Esto lo puedo lograr llamando a mis amigos de JA, asistiendo a las reuniones y leyendo la literatura. Las promesas se están haciendo realidad un día a la vez.

HACER DE J.A. TU PODER SUPERIOR

"... Puedes... hacer de J.A. tu “poder superior”. En J.A. hay un gran número
de personas que han podido resolver sus problemas de juegos de azar...
muchos miembros... lograron cruzar este obstáculo... su fe se ampliaba y profundizaba... transformada de manera inconmensurable, empezaron a creer en un Poder Superior..."

Cuando jugaba, nadie era mejor que yo, por lo menos a mis propios ojos.
No obstante, no podía sonreírme a mí mismo en el espejo, así es que llegué
a J.A. donde, con otros, oí hablar de un Poder Superior.
No podía aceptar el concepto de un Poder Superior porque creía que Dios era cruel y desamorado.
En mi desesperación escogí como mi Poder Superior una mesa, un árbol y más tarde a mi grupo de J.A. Pasó el tiempo, mejoró mi vida y empecé a pensar en ese Poder Superior.
Poco a poco, con paciencia, humildad y un montón de preguntas, llegué, llegué a creer en Dios. Ahora mi relación con mi Poder Superior me da la fortaleza para vivir una vida feliz y sin apostar.

“Cuando mantenemos la Octava Tradición de JA descubrimos un hermoso espíritu de cuidado y servicio que se convierte en un factor poderoso en nuestra recuperación”

La recuperación y crecimiento que he recibido al realizar algún servicio me sorprende.
Cuando apadrino, aprendo a relacionarme; al realizar talleres, aprendo a ser facilitador.
Al coordinar una reunión aprendo a trabajar en equipo y puedo transmitir ese conocimiento a mi familia.
Aprendí a escuchar y cómo comprometerme por el bien de JA y también aprendí a escuchar y comprometerme por el bien de mi familia o de mi relación de pareja.
Aprendí que no debo hacerlo todo. Aprendí que la “conciencia de grupo” da resultado en muchas situaciones, incluyendo el trabajo y la casa.
Aprendí a hablar frente a un grupo de personas y he hecho de eso mi profesión.
Aprendí que soy capaz e inteligente.
Estoy aprendiendo quién soy en realidad y en quién me estoy convirtiendo.
Todo esto por el pequeño precio de algo de mi tiempo y energías. Las recompensas han sido inconmensurables.

“¿No ha sido este nuestro mayor problema: comprometernos verdaderamente a abstenernos de jugar compulsivamente en una base permanente?
Llenos de determinación somos fantásticos a corto plazo; pero cuando la rutina empieza a aparecer perdemos interés… un plan es algo temporal…
en JA creemos en abstenernos de Jugar compulsivamente todos los días, un día a la vez.”

Cuando llegué a JA no sabía que debía planificar el dia a día.
Les pregunte a otros miembros de JA que estaban usando un plan, que era lo que les funcionaba.
Un miembro simplemente respondió “necesito disfrutar mi abstienencia dia a dia porque estoy viviendo de la forma que lo haré por el resto de mi vida; y no va a cambiar algún día.”
En JA empecé a enfocarme en los EVENTOS DE MI VIDA, lo que resulto mucho más interesante fue hacer mi plan diario y compartilo con mi padrino.

“Yo celebro el milagro de mi nueva vida en JA”

Poco a poco el hambriento “hueco en mi alma”, la herida abierta que tuve por tanto tiempo se está curando.
Ayer llegué realmente con un estado muy alterardo, a la misma casa en que crecí y recordé la desesperación que allí me embargaba.
Recorriendo la casa me di cuenta que en mi corazón no quedaban rastros de esa desesperación. Solo sentía paz, serenidad y felicidad.
He comenzado a entender que vivir es solo eso, vivir.
No es una batalla o una competencia que debo pelear o ganar para luego jugar compulsivamente. Estoy comenzando a vivir la vida con ilusión, sin decepciones y sin apostar. Negación, mentira y desesperación han sido borradas y reemplazadas por aceptación, verdad y felicidad.
Aceptando mi pasado y la verdad acerca de mi vida hoy, puedo recibir el regalo que la vida me da.
Ahora vivo agradecido por mi despertar espiritual que ha permitido que la venda que nublaba mis ojos se esté aclarando día a día.

Combinar los Sentimientos con la Conducta
Antes de JA reconocía mis sentimientos y mi reacción ante ellos, pero no actuaba por ellos.
No respetaba cómo me sentía porque nadie más lo hacía. No me sentía valorada y me anestesiaba mis sentimientos con apuesta.
Ya no los reconocía enseguida ni recordaba cómo me sentía. Ni siquiera sabía si mis sentimientos estaban basados en algo real o imaginario.
Al no reconocer mis sentimientos me sentía más confusa y desgraciada. Gracias a mi Poder Superior por lo menos sabía que era desgraciada.
Cuando alguien me dio un sobre del recién llegado hace 9 años, encontré una reunión y me lancé a JA de cabeza.
Trabajando los Doce Pasos y Doce Tradiciones de JA, combiné mis sentimientos con mi conducta y reconocí la incongruencia entre ambos.
He encontrado la valoración de mis sentimientos y he empezado a comunicarme sin la fuerza de la violencia verbal.
Puedo aceptar quien soy a pesar de la valoración externa. Estoy muy agradecida por este conocimiento.

“La humildad… no nos ubica ni por encima ni por debajo de otras personas en alguna imaginaría escalera de valor.
Nos ubica… en una condición de igualdad con nuestros compañeros en armonía con Dios”

En mi cama tenía un osito de peluche al que había llamado “Ser”. Sus ojos amables me sonríen y sus brazos extendidos me invitan amorosamente.
Es un recordatorio constante de la humildad de Dios y de sentirme “una parte de”.
Antes de encontrar a JA yo conocía muy bien la humillación que trae la obsesión por la apuesta y la compulsión.
Ahora conozco algo mejor: la humildad.
La humildad es la armonía con Dios y la aceptación de lo que soy en ese momento.
Cuando mi propia imagen es baja y me siento deprimido o “MENOS QUE” yo mismo me separo de mi Poder Superior.
De igual forma cuando mi propia imagen es grandiosa, orgullosa o “MUCHO MEJOR QUE” pongo distancia entre Dios y yo.
Dios existe en el espacio basto y colorido, entre los extremos del blanco y el negro, de la depresión y el orgullo.
Con Dios en medio soy libre para ser autentico y me siento “PARTE DE”, aprieto a mi osito cerca de mi corazón y susurro su nombre “Ser”.
El simboliza la humildad verdadera y la presencia de Dios recordándome solo “Ser”.

“Aunque los planes individuales diarios son tan variados como nuestros miembros, algún plan, no importa que tan flexible o estructurado sea, es necesario.

Cuántas veces había leído esta frase y continuaba jugando sin tener plan alguno?
Me despertaba y esperaba la abstinencia enfrentando cada día sin un plan.
Después de seis años de hacerlo a mi manera Dios me concedió desear la recuperación completa y la disposición de tomar acciones para seguir un plan.abstinencia y estoy en el plan de mantener el día a día mi abstinencia.
Ahora siento alegría cuando oigo o leo la frase: “algún plan es necesario”
y agradezco a Dios el regalo de mi recuperación que inició hace dos años.

“¿Qué me gustaría que tal Poder fuese e hiciera en mi vida?
... Luego comenzamos a actuar como si tal Poder existiera y descubrimos cosas buenas sucediéndonos como resultado”
Al principio esta pregunta me recuerda algo místico, como un niño que quiere que su sueño se haga realidad.
Creo que algo mágico sí sucede, cuando yo creo, confío y actúo con fe en que Dios me cuidará.
Me resulta difícil dejarme llevar, esperar y “actuar como si”.
Quiero ver las cosas con lógica, y necesito ver que dos más dos es cuatro.
Lo quiero ahora y lo quiero a mi manera. Me es difícil hacer el trabajo,
entregarlo y permitir que Dios se ocupe de los resultados.
Los momentos en que permito que Dios haga esta magia es cuando las cosas milagrosas comienzan a suceder.-

“El negar la verdad lleva a la destrucción”
Cuando vine por primera vez a JA y admití que yo era un jugador compulsivo
fue un gran paso que di hacia mi recuperación.
¿Qué sucede hoy?
¿He pronunciado las palabras “soy un jugador compulsivo” tantas veces que ya han perdido significado para mí?
Necesito tener en mente que mientras yo me estoy recuperando de mi enfermedad en los salones de JA, mi enfermedad se queda afuera ejercitándose.
Mi compulsión por la apuesta es astuta, desconcertante, poderosa y paciente.
Si estoy queriendo jugar en forma inapropiada o compulsiva no me hace ningún bien negarme a mí mismo lo que está sucediendo o esconderlo para que otros no lo noten.
Ese orgullo egocéntrico me llevará seguramente a la recaída.
No importa por cuánto tiempo he estado trabajando los Pasos, o cuánto servicio he brindado, por cuánto tiempo he estado abstinente o cuán recuperado físicamente y mentalmente estoy.
Si hoy estoy queriendo jugar compulsivamente, necesito llamar a alguien y hablar sobre eso.
Necesito decir esas palabras humildes, mágicas que dije la primera vez que vine a JA:
“NECESITO AYUDA”.
De esta forma admito ante Dios, ante mí mismo y ante otro ser humano
la naturaleza exacta de lo que hoy anda mal en mí.
Cuando dejo de negar la verdad, esta pierde poder para destruirme.

“La humildad verdadera termina con todos esos sentimientos de incapacidad, de estar absortos en nosotros mismos y de estar buscando prestigio.
La humildad, como la encontramos en la hermandad de JA, no nos pone ni más arriba ni más debajo de la demás gente en esa escalera imaginaria de valor. Nos pone exactamente done debamos estar, en igualdad con nuestros compañeros y en armonía con Dios.”
En mis días de jugar compulsivamente yo raramente experimenté humildad.
Me comparé con otros y sentía que yo no era suficientemente buena.
Incluso confundí esta baja opinión de mi misma con humildad.
Estos sentimientos me permitieron ir directo a la apuesta.
Trabajando el programa yo estoy aprendiendo a aceptarme a misma por quien yo soy.
Yo trabajo diario para dejar ir las comparaciones y llegar a aceptarme más a mi misma y a los otros.
Encuentro reconfortante creer que mi Poder Superior va a hacer esto por mi cada día incluyendo ser la mejor persona que puedo ser.
Lo mejor de todo es que cuanto más profunda y verdaderamente creo que estoy más feliz y sereno me siento.

La abstinencia es la base sobre la cual reposa mi capacidad de apreciar todo lo bueno de la vida.
Hoy elijo abstenerme de jugar compulsivamente.

“Fuimos libres de dejar de lado argumentos teológicos y examinar la idea de un poder espiritual a la luz de nuestra desesperada necesidad de ayuda para nuestras vidas”
Antes de JA, el miedo, el enojo y la tristeza llenaban mi vida, mientras deambulaba sin rumbo por mi casa.
Dos cosas me salvaron: reconocí que yo necesitaba desesperadamente ayuda con mi vida y creí que JA sería la respuesta.
Me encaminé con determinación y deseo a trabajar este programa porque sabía que mi vida dependía de eso.
Tuve que dejar de lado todos mis argumentos teológicos, agnósticos y actuar como si yo creyera en un poder que pudiera ayudarme.
Mi necesidad desesperante me liberó y descubrí una fuente de energía que ahora llamo Dios:
Fuente De Confort, Aceptación, Amor Y Paz.
Dios es la fuente de mi abstinencia donde reposo de las tribulaciones de mi vida en la tierra.
NECESITÉ ESTA ENFERMEDAD PARA ENCONTRAR ESTA SOLUCIÓN.