La ludopatía como efecto secundario de un fármaco

VIAREGGIO (Italia): “Arruinado por un fármaco”. En sentido literal. Arruinado por 300.000 euros tirados al viento. Al menos, de ello está convencido Paolo Chisci, 70 años, comerciante de Carrara hoy jubilado, que ha denunciado al departamento de salud de Versilia. ¿Motivo? “Me curaron con un fármaco anti parkinson que tenía el efecto secundario una ludopatía irrefrenable. Y jugué hasta perderlo todo”.

EL JUICIO: El problema es que cuando en 1999 el comerciante empezó el tratamiento, el devastador efecto secundario de la ludopatía no estaba indicado (la advertencia no se incluyó en el prospecto hasta el 2005), así que el señor Chisci se encadenó a las tragaperras, sin que ningún familiar, médico o amigo pensase en precaución alguna, perdiendo los ahorros de toda la vida. Un deseo irrefrenable de jugar que Paolo, que sigue con el mismo tratamiento, tendría todavía hoy. La diferencia es que con el conocimiento que tiene del efecto secundario mantiene al paciente lo más alejado posible de cualquier tentación. Ahora habrá un juicio el 8 de febrero en el juzgado de Viareggio, que será el primero de Italia, y resultará complejo. Los médicos y la dirección del servicio de salud de Versilia, de hecho, no se consideran responsables de lo sucedido, y han acusado a las farmacéuticas que producen el medicamento, que por tanto, también se personarán en el juicio. Mientras, el pensionista y sus abogados calculan el daño sufrido. Que no sería cuantificable solo en los 300.000 euros perdidos (a veces a razón de 500 diarios). Tras la compulsión ludópata habría un evidentísimo daño moral y de imagen, que en dinero, han valorado en una indemnización de medio millón de euros.