Diario de un adicto a las apuestas deportivas

Día 1. Mes 1. Año 1.

Lo has vivido tantas veces, que ya has aprendido a ser cauteloso, a frenar esos vaivenes emocionales que te llevan de estar al borde del suicidio a fuertemente decidido a dejarlo para siempre y feliz y motivado por ello. No, simplemente te dices que vas a volver a ir día a día y que el "para siempre" únicamente te genera unas expectativas y una presión que tarde o temprano te vence. No, este diario es para que cada día sea un triunfo, para revisarlo cada vez que te digas "por una apuesta de 10 eurillos más no pasa nada, puedo controlarlo", para recordarte que eres un enfermo y que jamás serás capaz de controlarlo: el juego te venció, te aniquiló, te destruyó física y emocionalmente y no vale la pena enfrentarse a él. Es un monstruo imbatible, sólo puedes huir de él, seguir con tu vida, hacer como si no existiera, como si no hubiese existido nunca. Centrarte en otras cuestiones, olvidarse de egocentrismo y pensar que hay muchas cosas ahí fuera por las que merece la pena seguir luchando.

Mi situación económica no es desesperada. Tampoco me importaría demasiado que lo fuera, hace tiempo que alterno periodos de juego activo en los que tiro miles de euros con otros en los que no juego y, desde la simplicidad voluntaria, soy feliz con el dinero justo. No, el dinero no me preocupa. Aún genero ingresos de sobra para cumplir mis necesidades y las de los míos. El problema es todo el tiempo invertido, una cabeza completamente destruida por el juego. Soy consciente de ello, y admito que pese a mis prohibiciones he llegado a suplantar otra personalidad para seguir jugando, hasta ese punto es capaz de llegar un adicto al juego.

Hoy es el primer día de un diario que no puedo actualizar cada día, pero que si intentaré irlo actualizando con bastante frecuencia, me comprometo a ello. Por medio de este diario, recordaré sucesos de mi vida de jugador, casi una década activo, y compartiré lo que sentí en aquellos momentos y lo que siento ahora. Cada día es una victoria, y os haré copartícipes de cada victoria y, si la hubiera, de cada derrota. Creo en la escritura como terapia, y creo en que las medidas preventivas no funcionan sin apoyo de los tuyos (que lo tengo) y sin fuerza de voluntad (que la he perdido, llegando como ya he contado a suplantar otra personalidad para saltarme mi autoprohibición). Hoy empieza este diario, tiempo habrá de seguir contando y recordando experiencias.

Te entiendo... Animo!!!

Hola Juan.

Me parece estupendo que le entiendas, pero espero que además de entenderle, te des cuenta de lo voluble que puede ser la fuerza de voluntad en un ludópata. Al parecer la cosa quedo en día 1, mes 1, año 1.
Deseo por tu bien que no sigas su ejemplo y que tú seas más perseverante en el tiempo que le des a tu rehabilitación.
Hasta pronto.