Se agota la paciencia?

Estoy preocupado ya que llevo 10 ańos jugando y casi 8 ańos con mi actual esposa la cual ya se hartó de mis recaídas tenemos una hija de 6 ańos. Hoy le confesé a mi esposa de mi recaída y le propuse que me acompańara a una terapia y después de decirme que ya se hartó y ya no quiere vivir conmigo me dijo que me acompańaba por mi y que además cree que no me va a servir de nada me preocupa que ya la perdí por mi adicción.

Hola Fernando.

Bienvenido al foro. Claro que la paciencia termina por agotarse, al igual que el amor, cariño o cualquier otro sentimiento que no sea atendido desde la otra parte. No obstante, de momento confórmate con lo que te ofrece y trata de hacerla ver que en esta ocasión la cosa va en serio, que has comprendido de una vez por todas que no puedes seguir así. Y procura que sea en serio ya que es posible que esta sea en realidad tu última oportunidad de conservar lo poco que aún quede en ella de sentimiento hacia ti.
Has sido algo escueto al comentarnos tu caso hablas de una recaída y no nos has dicho por ejemplo si ya has estado anteriormente en algún tipo de tratamiento, siguiendo alguna terapia o tan solo te refieres a que en estos diez años has tenido algún que otro periodo sin jugar pero sin hacer nada en especial para ello, limitándote tan solo en no apostar.
De ser ese tu caso más que hablar de una nueva recaída podríamos estar hablando de haber retomado el juego tras un periodo de descanso o reposo más o menos largo, simple y llanamente. Sea como fuere deberías perseverar en tu propósito de asistir a terapias en una asociación, te acompañe tu esposa o no, e intentar al menos salir del juegos siguiendo las medidas preventivas, pero por ti, no por tu esposa, hijo y demás familia, sino por ti, para recuperarte tú y entonces sí, entonces ya podrías empezar a pensar en los demás y tratar de hacer cosas por ellos, pero mientras tanto, si no eres capaz de hacerlo por ti ¿cómo piensas hacer algo por los demás? Es como si alguien que de momento no es capaz de controlar el líquido que hay en un vaso, pretendiera controlar la tempestad en el mar. Aprende primero a controlar lo fácil y después lo difícil ya se verá. Si este tipo de cosas se hacen por los demás y el día de mañana te encuentras solo por cualquier causa, la caída será en picado. De momento empieza en la asociación lo antes que puedas y ya nos contaras si a sido con tu esposa o no.
Hasta pronto.

Ya regrese y pues te cuento un poco de mi historia como jugador si he tenido lapsos de no jugar he hizo a un par de terapias pero ninguna especializada la que encontré ahora si es especializada en ludopatia. Realmente estoy muy sacudido ya que mi esposa dijo en terapia que ya no quiere estar conmigo y pues me da tanta tristeza yo haber provocado eso. Voy a empezar tratamiento pero en 15 días ya que no tengo dinero ahora, gracias.

Hola Fernando.

Un par de terapias no equivale a nada, en ocasiones unas pocas terapias pueden incluso confundir más que ayudar. Esta enfermedad es de largo recorrido y por lo tanto su tratamiento y mantenimiento también debe serlo para poder ser eficaz y sobre todo tiene que ser especifico para la ludopatía aunque en efecto puede compartir características con otras adicciones y por lo tanto algunas de las medidas preventivas pueden ser las mismas o similares.
Como comentas que no podrás asistir a las terapias hasta dentro de quince días, por no tener dinero en estos momentos, doy por supuesto que estas refiriéndote a terapias con algún tipo de especialita, un psiquiatra o psicólogo y no a una asociación de ludópatas, ya que estas suelen ser gratuitas o tener una cuota muy baja para sufragar los gastos de local y materiales de oficina o telecomunicación. Si es así y estas esperando para ir a un profesional, te recomiendo que busques antes una asociación, para empezar y además del precio tienen mejores resultados, incluso ellos mismos cuando ven que el tema se les escapa de las manos suelen derivar a los ludópatas hacia las asociaciones que es el lugar donde por lo general, el ludópata se siente más comprendido y por lo tanto más dispuesto participar. Es frecuente que en la consulta de un psiquiatra o psicólogo el ludópata diga lo que más o menos se espera que diga y ya está, uno cobra otro se quita de encima por un tiempo a su pareja o acompañante y todos contentos, pero claro, el problema sigue sin resolverse. En una asociación eso no ocurre nadie de los asistentes a ella va a cobrar ni un céntimo por dejarse convencer de nada ni por esperar a la próxima terapia, lo que los asistentes a estas terapias creen que deben decir según su propia experiencia lo dicen única y exclusivamente buscando el beneficio de quien plantea la cuestión en ese momento y lo más importante es que lo hacen sin esperar otra cosa a cambio que ayudar desinteresadamente a quien está demandando ayuda, justo tal y como hicieron ellos mismos con anterioridad, por lo tanto ayudando a otros a la vez se ayudan a ellos mismos, evitando olvidar errores pasados para no volver a cometerlos en el futuro y enseñando los distintos caminos u opciones existentes para salir de una situación que en ese momento a los recién llegados pueden parecerles imposibles de encontrar y llevar a cabo por si solos. Además muchas de estas asociaciones cuentan con verdaderos especialistas en la materia, ya que el número de casos que llevan de ludopatía es considerablemente mayor que el de un profesional particular que tal vez incluso nunca antes hubiese tratado ninguno.
En cuanto a tu esposa déjame decirte que alguien que convive de cerca durante mucho tiempo con un ludópata termina por necesitar un tratamiento tanto o más que el propio ludópata y que cuando recibe dicho tratamiento ve la enfermedad desde un punto de vista completamente distinto, normalmente cambiando su forma de pensar al respecto de la enfermedad, el enfermo y su futuro en común. Me incluyo totalmente en ese caso, cuantas veces habré dicho “hasta aquí hemos llegado” no se… han sido tantas, que no las llevo por cuenta. Pero gracias a las terapias conjuntas en las que oyes, ves y sientes las exposiciones de las dos partes, enfermos y familiares a la vez, en la misma sesión, tratando la misma cuestión y no otra parecida, aprendes a empatizar y a ponerte en el lugar del otro y eso te aseguro es positivo, muy positivo, tanto que si aún no lo habéis hecho nunca o tan solo “un par de veces” te animo a que lo intentes de nuevo y durante el tiempo y con la intensidad suficientes.
Eso sí, sea con tu esposa a tu lado, con otra persona, o tú solo si nadie se ofrece a ayudarte, nunca, nunca, nunca tires la toalla, busca una asociación y trata de rehabilitarte por ti en primer lugar, ya que mientras no estés en condiciones tú, ¿qué puedes ofrecer a los demás?  Como por ejemplo a tu hija, que seguro al igual que los hijos de todos, necesita un padre que se preocupe y ocupe de ella y de sus cosas y no de si tiene más o menos dinero y ocasiones para jugárselo.

¡¡¡Ánimo!!! Rehabilítate por ti y si acaso y después, también un poco por los demás.
Hasta pronto.