LUDOPATA Y MENTIROSO

Al parecer mi familia no se ha dado cuenta que todos los dias voy al casino. El pasado sabado mi hijo me pido que fueramos al casino para ver la pelea de PAQUIDADO, cuando escuche esto, sentí como la adrenalina recorria por todo mi cuerpo cundo mi esposa dio aprobación y dije esta bien pues vamos.
Mi esposa sabía que no tenía dinero porque le había pedido prestado dinero para el fin de semana, argumentandole que había tenido que pagar la liquidacion de uno de mis empleados y por tal no tenía dinero. El poco dinero que que tenía es el que me había prestado $1,500.00. La realidad es que en la semana había perdido todo o que tenía.
Pues bien acompañado por mi hijo de 17 años entramos al casino, aparentemente para ver la pelea. Desde que llegamos apróx. a las 9:00 pm me sente en el juego de la ruleta y me levante de ahí hasta las 3:00 am, no vi la pelea y no cenamos.
Mi hijo compartio conmigo gran parte de la emoción del juego poniendose a jugar a mi lado, ambos sabiamos que no podiamos apostar mucho ya que teniamos muy poco dinero. Al final de la jornada salimos si un solo peso del casino, sin cenar y yo sin ver la pelea. Que frustración tan terrible sentí en esos momentos, me sentí abatido...QUE ESTOY HACIENDO...NO PUEDE SER.. HASTA DONDE VOY A LLEGAR. Además de haber perdido dinero como tantas veces ahora estaba encaminando a mi hijo hacia el mismo destino. Esto si es lo peor, que clase de ser humano soy.

Hola Rene, bienvenido al foro.

Tú pregunta sobre que clase de ser humano eres tiene una respuesta clara y que tú ya conoces, aunque no hayas querido reconocerlo hasta ahora al menos, eres un ludópata; la ludopatía es una enfermedad reconocida a nivel mundial por la OMS, por lo tanto y en definitiva lo que eres es un enfermo de ludopatía, y por lo tanto no eres un vicioso ni mucho menos un desalmado o sinvergüenza, cosas que muchas veces te habrás llamado tú mismo.
Por lo que nos cuentas tú modo de actuar no es ni mejor ni peor que el de otro ludópata, ya que todos del primero al último vive rodeado de mentiras y falsedades, para conseguir tener tiempo y dinero que poder perder en el juego, y digo perder porque cuando se llega a cierto punto, (en el que seguramente te encuentres tú) se sabe con seguridad que no saldrás del casino hasta no terminar con la última moneda o crédito de que dispongas en ese momento. No importa si en alguna ocasión tienes un premio, seguirás jugando hasta agotarlo, pues ya no buscas el dinero, si no la emoción que te proporciona el juego en si.
Que tú familia no sepa aún nada no debe extrañarte, un ludópata se convierte en maestro de la mentira, ya que su vida se centra única y exclusivamente en eso, mentiras para poder jugar, juego y mas mentiras para volver a tener otra ocasión de juego lo mas pronto posible.
Nada mas importa, todo se descuida, todo se abandona ¡todo! no importa lo que sea, familia, trabajo, amistades… Da igual, en el tiempo que un jugador está en activo, para él el juego es lo más importante. Bueno esto no es así del todo, realmente si importan el resto de las cosas, de ahí los sentimientos de culpa y remordimientos, pero la enfermedad tiene al ludópata atrapado y es muy difícil que por si mismo y sin ayuda especializada pueda llegar a salir.
En mi caso tampoco me di cuenta de lo que ocurría a mi alrededor (yo soy familiar) hasta que mi esposa no me lo confeso, pues como ya he dicho antes os convertís en expertos de la mentira, y además aprovecháis la confianza que se tiene puesta en vosotros para serviros de ello, (ojo, esto no es un reproche si no simplemente la exposición de unos hechos, creo mas que contrastados.) El caso es que llega un momento en que se hace necesario decírselo a los demás pidiendo ayuda, y este posiblemente sea el paso mas duro de dar, el confesar a la familia lo que ocurre.
Pero una vez dado, no dudes que vas a tener el apoyo de los tuyos, y aunque al principio les duela y sea penoso para todos llegara el día en que con su ayuda y apoyo te sientas libre del juego, por eso lo mejor es no retrasar ese momento y decir con valentía TODO lo que te pasa de esta manera podrás recibir su ayuda y evitaras nuevos riesgos como el de tu hijo. Decídete a contárselo por tú bien y el suyo, piensa que pase lo que pase, seguro que es mejor que la mentira y ocultación que tanto daño te esta haciendo y que además pone en riesgo a tú propio hijo.
Hasta pronto.