El técnico de heladeras

Compañeros
Les escribo después de un tiempo sin hacerlo, para contarles una historia que me conmovió muchísimo
Hace unos días se descompuso la heladera (refrigerador) de uno de mis consultorios. Llamamos a un técnico para que la arreglara. Vino el lunes 5 de diciembre, la miró, le dije lo que había pasado y le pedí que además de arreglarla, la pintara. Para eso tenía que llevársela. Me dijo que venía al día siguiente. No vino. Lo llamé y me dijo que venía el miércoles 7 a las 3 de la tarde. Lo esperé hasta las cuatro. No vino. Lo llamé, le dije que lo estaba esperando, me dijo que estaba cerca, que ya venía. Lo volví a llamar a la hora, me dijo que estaba en Lomas del Mirador (10 minutos de mi consultorio) que ya venía. Lo llamé a las dos horas y me dijo que él me avisaba cuando estuviera cerca. Finalmente vino después de las 7 de la tarde. Pensé que era un irresponsable, pero aún así le dije que se llevara la heladera para arreglarla. Me dijo que se la llevaba, pero que le adelantara algún dinero para empezar el trabajo. Le dije: "pero ya te estás llevando la heladera, ¿cómo te voy a dar dinero también?" (No me hacía ningun recibo por la heladera) No insistió y eso me llamó la atención. Se despidió diciéndome que lunes o martes me llamaba para decirme cuando iba a estar. En ese momento me quedé con la sensación de que a pesar de tener buen trato y ser una persona amable, no era confiable.
El miércoles no me había llamado y le dije a mi marido: "este tipo no me gustó, me pareció medio chanta (incumplidor, poco confiable). Así que decidimos ir al negocio de este hombre, para averiguar por qué no me había llamado y si iba a hacer el trabajo.
Bajó mi marido del auto y cuando volvió me dijo "tenemos que buscar otro técnico porque este se murió" Me dijo que lo había atendido el padre del técnico y le contó que Marcelo había muerto el viernes 9, que era hipertenso, que tenía 46 años, que no tomaba la medicación, que no se cuidaba, que había desatendido su trabajo, que estaba mal por su reciente separación. El padre había llorado y le mostró a mi marido varias heladeras que tenía que devolver... Una historia muy triste que me conmovió tremendamente. Era un hombre super vital, con mucha fuerza, él sólo cargó la heladera para llevársela. un hombre joven que me pidió dinero por adelantado, un hombre que demora más de cuatro horas en hacer un viaje de 10 minutos, desde una localidad donde hay un casino, hasta mi consultorio, un hombre que jugó su vida, un hombre del que estoy segura, por un montón de pequeños detalles de los que después me di cuenta, que era ludópata.
Escribo esto en memoria de Marcelo, que Dios me perdone si me equivoco, pero estoy casi segura, que él es una víctima más, anónima, de esta maldita adicción. Y lloro por él que casi no conocí y por todos los que de una forma u otra mueren (física o moralmente) por causa de esta horrible enfermedad para la que el mundo parece estar ciego.
Ana

Hola Ana,
He leído tu historia, y sí, me parece conmovedora, quién espera un final tan triste? Estoy segura que los "pequeños detalles" que has visto te han hecho pensar así porque has vivido la ludopatía, y para alguien que no conoce esa adicción, pasan totalmente desapercibidos, o ni siquiera se les da importancia.
Como a mí...Si yo hubiera sabido en su día, un poquito más a fondo de esta adicción, estoy segura de que hubiera detectado mucho más rápido el problema en mi novio. Había muchas señales, muchas, que no supe ver hasta que me abrieron los ojos y me dieron a conocer esta adicción. Nunca se me dió por saber más y desconocía por completo la forma de actuar de las víctimas. Porque era algo que sí, sabía que estaba ahí, como muchas cosas en la vida, pero que como no me tocaba de cerca, no me interesaba...
Por eso, pienso que, igual que hay charlas en los colegios para concienciar a los jóvenes sobre el peligro de las drogas, y ahora también con el alcohol y sus estragos, también deberían informar más a fondo sobre la ludopatía, la adicción a las compras, juegos de internet, etc...Realmente cualquiera puede padecerlo, y hoy en día con las nuevas tecnologías es mucho más peligroso.
Gracias por compartir tu historia...aunque sea con un triste final.
Un saludo.

Alba
Gracias por leerme. Creo que lo que más me conmovió de la muerte de este hombre, es que precisamente me di cuenta de su ludopatía porque yo la padezco también. No digo la padecí, porque aunque no voy a jugar la siento mordiéndome los talones, muchas veces.
Comparto tu pensamiento, debería hacerse una campaña en todos los países en que haya acceso a las máquinas tragamonedas y a internet, acerca de los estragos que ocasiona esta enfermedad, pero es tanto el dinero que mueve el juego, que siendo una fuente de ingresos importantísima para muchos gobiernos, llevará mucho tiempo y tal vez, muchas muertes, hasta que los estados comiencen a actuar con la responsabilidad que les coresponde.
Ojalá la Argentina tomara la decisión de Ecuador de no permitir la instalación de casinos. No soy moralista, pero muchas veces pienso que sería maravilloso para muchas familias en el mundo, que se impusiera una especie de "ley seca" para todo tipo de juegos de azar, que no hacen más que corromper y destruir.
Cariños
Ana