EL TRANSITO

Jugamos en principio porque nos gusta, porque nos divertimos.



Desgraciadamente el juego sale muy caro, y nos damos cuenta después, cuando resignados terminamos porque se nos han acabado el dinero o las fuerzas, o ambas cosas. En ese momento desearíamos que la tierra nos tragara. Nos sentimos desgraciados porque nos ha desasistido la suerte, esa suerte que aparentemente otros parece que están aliados con ella. Se nos plantean entonces montones de preguntas: los "por qué". La cabeza se nos embota y no hallamos soluciones inmediatas, que es lo que desearíamos. Según la ocasión podemos pensar en estrategias para recuperar todo o algo de lo perdido, o bien en como conseguir dinero fresco para volver a intentar la aventura, o si llega el caso que se nos van cerrando puertas juramos y prometemos que no volveremos a tentar un enfrentamiento con el artilugio maldito que nos ha provocado la situación de desastre, ya sea el poker online, el bingo, el casino, las tragaperras...Y llega el día siguiente. Todo lo que pasó por nuestra cabeza cuando dimos por acabada la partida se nos ha olvidado. Vuelve un poco de optimismo porque, por arte de magia hemos encontrado la fuente de financiación, el amigo, la tarjeta que da algo, aun estando en reserva, el cobro de alguna dieta..., y, de nuevo la euforia: esta va a ser la nuestra. Hoy no podemos perder..., y bla, bla, bla...

Esto, amigo, es la actividad mental de un ludópata en activo.





Un momento de lucidez nos anuncia que esto no puede seguir así. Todo esto es un sufrimiento innecesario. ¿Que puedo hacer para solucionar esto? Pero si yo, con mi sueldo, con mis chapuzas, con mis ingresos extras, podría vivir como un marajá. Mi familia ya lo sabe, o lo presiente, porque ven el nivel de vida que no va acorde con los ingresos. ¿Y si me sincero con ellos y canto todo de plano? Uff, vergüenza, pudor, miedo...¿Qué puedo perder? ¿Puede ir la relación peor de lo que ya va?

Comienza la inquietud por el cambio.





Y por fin llega el bendito día. Pedimos ayuda a la familia, a la pareja. Juntos buscamos soluciones. Consultamos fuentes de información: internet, salud mental, grupos de autoayuda, asociaciones, profesionales... Después de dar unas vueltas, al principio un poco perdidos, pero con ilusión por el cambio, comenzamos a ver más luces y menos sombras. Descubrimos que además de ese mundo tenebroso que hemos llevado, existen otros mundos, otras realidades más placenteras y menos dañinas. La salida del foso es posible.

Comienza la aventura de vivir.





Ponemos en práctica todo aquello que hemos descubierto en la fase de investigación e ilusión: las medidas preventivas, la práctica de la sinceridad, el abandono de las mentiras, las terapias..., y planteamos un proyecto de rehabilitación, un proyecto de vida.

La vuelta a la normalidad es factible.



Pasan los días, los meses, los años..., se recuperan la economía, la confianza, los valores, la familia, los amigos, las risas, la paz, la tranquilidad...

Se ha consolidado el proyecto.



No, amigo, no es un relato de "Un mundo feliz" de Huxley. Es mi proyecto, nuestro proyecto. Sígueme...

UN SALUDO
TODO PROBLEMA TIENE SOLUCION
TU FUTURO NO ES UN JUEGO DE AZAR