SOLO POR HOY

El gran enemigo de la verdad no es muchas veces la mentira deliberada, artificial y deshonesta sino el mito,
persistente, persuasivo e irreal.
Mi adicción por la apuesta fue adquirida, por lo tanto yo podía sobrevivir y enfrentarme a circunstancias dolorosas con anterioridad.
Así empezaron dos mitos: primero, que el dolor tenía que ser evitado a toda costa, y segundo, que apostar aliviaría el dolor.
Estos mitos fueron útiles entonces, pero son una locura hoy día.
Según he estado dispuesto a aceptar la verdad que se me revela en este programa, los mitos a los que me aferro tan desesperadamente pierden credibilidad. Ya no necesito anestesiarme; puedo permanecer erguido y sentir mis sentimientos.

Sólo por hoy:

Cuanto más acepto la realidad de lo que hay, más fácil y serena se hace mi vida

La honestidad es la mejor política.

¿Me he detenido alguna vez a pensar que sin honestidad, la Oración de la Serenidad son sólo palabras?
¿Cómo puedo aceptar las cosas que no puedo cambiar, sin estar dispuesto a saber cuáles son?
¿Y si no identifico las cosas que puedo cambiar cómo puedo empezar a cambiarlas?
Todo esto exige honestidad con uno mismo; porque soy yo quien escribirá mi inventario, dará el quinto paso y tomará los pasos que siguen.
Dios me concede las bendiciones que pido de acuerdo con mi buena voluntad para ser completamente honesto conmigo mismo.

Sólo por hoy:

¿Cuáles son los defectos y cargas que quiero que Dios me quite?
Arrancarlos no es tan doloroso como dejar que se infecten.

El hombre está hecho de cosas ordinarias y el hábito es su nodriza.
Sí, incluso esta enfermedad astuta, burlona y poderosa empezó como un hábito.
Era reconfortante apostar “una monedita” para ver si ganaba algo o para experimentar.
Con el tiempo, se convirtió en un tentempié después de los deberes y otra apuesta antes de irme a la cama,
aumentando luego a dos o tres moneditas mas hasta un monton de moneditas y luego pedia prestado para apostar y luego robaba para apostar, mentia y engañaba, vendia cosas de valor etc etc. De este modo el hábito se convierte en peligroso.
SIN EMBARGO NI EL HÁBITO NI LA COMPULSIÓN SON INMUNES AL PROGRAMA DE DOCE PASOS.
Ha aliviado a millones de su obsesión por los juegos de azar, alcohol, drogas y otras sustancias y actividades adictivas.

Sólo por hoy:

No estoy obligado a mantener un hábito sólo porque lo haya tenido durante mucho tiempo.
Si la compulsión por la apuesta puede ser quitada, también pueden serlo los hábitos.

El hombre no puede vivir sin autocontrol.
Siendo una persona que había perdido el control apostando compulsivamente, me maravillaba del control que otros tenían sobre sí mismos.
Hoy, abstinente por la gracia de Dios, me uno alegremente a las risas cuando alguien en el grupo
DEFINE A UN jugador NORMAL COMO “UNA PERSONA QUE PUEDE jugar SOLAMENTE para divertirse”.
Ya no necesito saber el “secreto” de ese autocontrol. Es más que suficiente saber que, un día a la vez, puedo seguir entregando a Dios MI FALTA DE CONTROL y recibiendo a cambio todo lo bueno que hay en la vida, con moderación.

Sólo por hoy:

Realmente admito que no tengo autocontrol en lo que se refiere al juego. Dios puede y, efectivamente, hace por mi lo que no puedo hacer por mi mismo.

El hombre que nunca cambia de opinión es como el agua estancada, y cría reptiles en la mente.
Estaba seguro de que mi vida no cambiaría nunca, que todo seguiría igual. Luego algo ocurrió. Encontré a J.A o J.A me encontró a mí. Ese fue el comienzo.
Hoy, mi opinión sobre lo que es bueno y malo, correcto y equivocado, cómo las cosas deberían o no deberían ser, cambian con conciencia, con valor para admitir mis defectos y con buena voluntad para renunciar a viejas ideas. Algunos días me siento atascado, incapaz de soltar. Entonces analizo mi opinión. ¿Dónde la adquirí? ¿Es algo que creí siendo niño? ¿Es válida todavía? ¿Por qué aún la sostengo? Las preguntas son beneficiosas. Las respuestas vienen a mí exactamente como lo hicieron al principio, cuando encontré J.A.

Sólo por hoy:

Me detengo en la mitad de una vieja respuesta, una vieja costumbre o una antigua manera de pensar y me pregunto: "¿Es esta verdaderamente la mejor manera o existe otra mejor?"

El Humor es un preludio para la fe y la Risa es el principio de la oración
Una de las mejores cosas que puedo confiar en encontrar en las reuniones de JA es la risa.
Hay algo tan puro, tan purificador en reírse de uno mismo, es realmente lo más parecido a una oración.
Cuando me río del humor fácil de alguien que habla en una reunión, soy consciente de ese sentido de respeto que uno siente ante un profundo misterio.

Sólo por hoy:

Doy gracias a Dios por el regalo de la risa, y por aquéllos que llevan el mensaje en sus alas.

El individuo nunca llega a ser asertivo excepto cuando se olvida de sí mismo.
Antes de encontrar J.A, el tema de mi canción era yo, yo, yo, cantada al ritmo de mi, mi, mi.
No sabiendo lo que realmente necesitaba, tenía que tener lo que quería cuando lo quería.
Con los doce pasos de recuperación, he salido de mi mismo.
El milagro de la abstinencia es mayor que lo que yo soy.
La espiritualidad es mi parte nutriente, y según practico los principios del programa se hace más fuerte, alejando los sentimientos autodestructivos.
Mi vida pasa a estar centrada espiritualmente, en vez de estar centrada en mi.
Como la abstinencia, los resultados que más ardientemente deseo llegan generalmente cuando olvido que se supone que yo estoy al mando.

Sólo por hoy:

Hago las tareas que se me presentan con el corazón alegre y un incomparable sentido de la libertad, sabiendo que el control de mi vida está en las manos de Dios, no en las mías.

El Ludópata

Alguien que crea en mí

«Sólo por hoy confiaré en alguien de JA que crea en mí y quiera ayudarme en mi recuperación.»
Te amo herman@
No todos llegamos a JA y automáticamente nos mantenemos en abstinencia de apuestas.
Pero si seguimos asistiendo, en Jugadores Anónimos encontramos el apoyo necesario para nuestra recuperación. Resulta fácil mantenerse sin apostar cuando tenemos alguien que cree en nosotros aunque nosotros mismos no creamos.
Hasta el recaedor más empedernido de JA por lo general tiene un apoyo constante que siempre está allí, pase lo que pase. Es necesario que encontremos a esa persona o a ese grupo que crea en nosotros. Cuando les preguntamos si alguna vez lograremos mantenernos en abstinencia, siempre nos responden: «Sí, puedes y lo harás. ¡Sigue viniendo!»
Todos necesitamos alguien que crea en nosotros, especialmente cuando nosotros no podemos hacerlo. Cuando recaemos, minamos nuestra ya quebrantada confianza en nosotros, a veces de manera tan terrible que empezamos a sentirnos completamente desesperados. En esos momentos necesitamos el apoyo de nuestros leales amigos de JA. Son ellos quienes nos dicen que ésta puede ser nuestra última recaída. Saben por experiencia que si seguimos asistiendo a las reuniones, con el tiempo dejaremos de apostar y nos mantendremos abstinentes.
A muchos nos cuesta bastante creer en nosotros mismos.
Pero cuando alguien nos ama incondicionalmente y nos apoya independientemente de las veces que recaigamos, la recuperación en JA se vuelve un poco más real para nosotros.

Sólo por hoy:

Buscaré personas que crean en mí y creeré en ellas.

El mejor camino para salir es siempre atravesandolo.
Siempre solía escoger dar rodeos, evitando problemas,
huyendo de los sentimientos.
En JA oí llamarlo el camino más fácil, más cómodo.
¿Pero es realmente más fácil mi camino? ¡No!.
Es duro y doloroso, el camino de una vida de infierno.
Estoy agradecido por ser consciente de los viejos patrones.
Hoy cuento con la ayuda de Dios para ser liberado
de aquellos defectos que dejo al descubierto cuando
elijo la forma honesta de salir de mis dificultades.

Sólo por hoy:

Practicar los pasos del cuarto al noveno me prepara para enfrentarme en vez de escaparme de mis problemas.

El momento presente tiene una ventaja sobre cualquier otro - Es Nuestro.

Tengo toda la riqueza del mundo justo ahora, en este momento, cuando puedo vivir libre de la ansiedad por el futuro y del dolor por el pasado.
Hay fortaleza en el momento presente. Tiene la fortaleza y la esencia de la realidad, no la quimera de la ilusión.
Cuando vivo en el mundo tal cual es, un minuto, una hora, un día a la vez, dejo a un lado todos los pensamientos sobre planes y proyectos.
Hoy el presente es mío, y lo reclamo sin ninguna duda.
Abro mi mente, dejo ir las preocupaciones y me libero de todo lo que me impide disfrutar de la belleza del mundo.

Sólo por hoy:

Nada de lo que sucedió ayer o pueda suceder mañana es más importante que AHORA

El odio es un sentimiento que acaba con todos nuestros valores.

El odio es el resultado de no aceptar ni al mundo ni a la gente incluyéndome a mi mismo tal como son.
No hay mucha diferencia, tanto si dejo estallar mi furia ciega o reprimo mi ira, cualquiera de estos dos caminos me hunden en una especie de locura, un estado irracional en el que todo lo que valoro desaparece.
El programa de los doce pasos es de gran ayuda para controlar la ira. Es muy agradable poder enfadarse sin odiar a nadie.
Soy capaz de separar el comportamiento de una persona y la persona. El proceso comienza cuando voy sintiéndome mejor conmigo mismo.

Sólo por hoy:

No tengo por qué conceder a los actos de otras personas el poder de romper mi equilibrio

el placer de compartir

Existe un principio espiritual que consiste en dar lo que
hemos recibido de Jugadores Anónimos para poder
conservarlo. Al ayudar a otros adictos en recuperación,
podemos disfrutar del beneficio de la riqueza espiritual
que hemos hallado.»
En recuperación, otras personas han compartido generosamente con nosotros infinidad de veces lo que generosamente se había compartido con ellas. Quizás nos hayan hecho un Duodécimo Paso, o nos hayan pasado a buscar para llevarnos a una reunión. Tal vez alguien nos invitó a comer cuando éramos nuevos. Los compañeros de JA nos han brindado, a todos, tiempo, atención y cariño. Quizás le hayamos preguntado a alguien: «¿Cómo puedo devolverte el favor?», y probablemente nos haya respondido con la sugerencia de que hiciéramos lo mismo por un miembro nuevo cuando pudiéramos.
Al cabo de un tiempo limpios y en recuperación, nos sorprenden los deseos de hacer por otros, lo que alguien ha hecho por nosotros, y nos alegra poder hacerlo. Si recibimos el mensaje en un hospital o una cárcel, podemos unirnos al subcomité local de Hospitales e Instituciones. Quizás nos ofrezcamos como voluntarios para atender el teléfono de ayuda de JA, o dediquemos nuestros tiempo, atención y cariño a un recién llegado al que tratamos de ayudar.
Hemos recibido mucho en recuperación, uno de los dones más grandes recibidos, es el privilegio de compartir con otras personas lo que se ha compartido con nosotros, sin esperar nada a cambio. Es un placer descubrir que tenemos algo que pueden usar los demás, y ese placer se multiplica cuando lo compartimos. Hoy podemos hacerlo, con generosidad y gratitud.

Sólo por hoy:

Me han dado mucho en mi recuperación, y estoy profundamente agradecido por ello. Me alegra poder compartirlo con los demás tan generosamente como lo compartieron conmigo,

El poder del amor

«Comenzamos a comprender que el amor de Dios siempre ha estado presente esperando que lo aceptáramos.»

El amor de Dios es la fuerza transformadora que impulsa nuestra recuperación.
Con ese amor nos libramos del desamparo, del ciclo desesperado de consumir, odiarse y consumir más.
Con ese amor, encontramos una razón de ser y un propósito en lo que antes era una vida sin sentido.
Con ese amor, recibimos la orientación y la fortaleza interior necesaria para empezar una nueva forma de vida:
la manera de JA. Con ese amor, empezamos a ver las cosas de otro modo, como con ojos nuevos.
Al examinar nuestra vida a través de los ojos del amor, llegamos a descubrir algo que quizás nos sorprenda: el Dios bondadoso que llegamos a concebir hace tan poco, siempre ha estado con nosotros y siempre nos ha querido.
Recordamos las veces que pedíamos ayuda a un Poder y la recibíamos. Hasta recordamos las veces que sin pedirla, y también la recibíamos.
Nos damos cuenta de que un Poder Superior bondadoso nos ha cuidado todo el tiempo y protegido nuestra vida hasta el día en que pudimos aceptar ese amor.
El Poder del amor ha estado siempre con nosotros.
Hoy en día, estarnos agradecidos de haber sobrevivido lo suficiente para ser conscientes de la presencia de aquel amor en nuestro mundo y nuestra vida.
Su vitalidad inunda todo nuestro ser, guía nuestra recuperación y nos muestra cómo vivir.

Sólo por hoy:

Acepto el amor de un Poder Superior en mi vida. Soy consciente de la orientación y la fortaleza de ese Poder dentro de mí. Hoy los reclamaré para mí.

El Poder en el grupo

«Nuestra concepción del Poder Superior depende de nosotros, Podemos llamarlo grupo, programa o Dios.»

Muchos tuvimos una época difícil con la idea de un Poder Superior hasta que aceptamos completamente la profundidad de nuestra impotencia ante la adicción.
Cuando la aceptamos, la mayoría estamos dispuestos, al menos, a plantearnos buscar la ayuda de un Poder más grande que nuestra enfermedad.
Muchos vemos el primer ejemplo práctico de ese tipo de Poder en el grupo de JA.
Quizás deberíamos empezar por ahí a desarrollar nuestro propio concepto de Dios.
Una prueba del Poder en el grupo es el amor incondicional
que se nota cuando los miembros de JA se ayudan mutuamente sin esperar recompensa.
La experiencia colectiva de recuperación en el grupo es,
en sí, un Poder mayor que el de cada uno, porque el grupo tiene conocimientos prácticos de lo que funciona y lo que no.
Y el hecho de que los ludopatas sigan asistiendo a reuniones de JA, día tras día, es una demostración de la presencia de un Poder Superior, de una fuerza atractiva y protectora en funcionamiento que ayuda a los adictos a mantenerse abstinentes de apuestas y a crecer.
Todas estas cosas son pruebas del Poder que puede hallarse en los grupos de JA.
Si miramos alrededor con una mente abierta, cada uno será capaz de identificar otros signos de ese Poder.
Siempre y cuando encontremos la forma de incorporarlo a nuestra vida cotidiana, da igual que lo llamemos Dios, Poder Superior, o lo que sea.

Sólo por hoy:

Abriré los ojos y la mente a los signos del Poder que existe en mi grupo de JA.
Me dirigiré a ese Poder para que me ayude a mantenerme
en abstinencia del apostar compulsivamente..

El proceso de cambiar un estilo de vida es más importante que alcanzar una meta o evaluar una acción.

Hay muchas diferencias fundamentales entre los planes alternativos para dejar de apostar y Jugadores Anónimos.
Pero quizás la mayor es que en JA, la preocupación por las apuestas es sustituida por el proceso mucho más interesante, satisfactorio y provechoso de cambiarnos a nosotros mismos desde dentro.
Empezamos este proceso con el paso uno: RENDIRNOS.
Para algunos de nosotros eso es imposible al principio, así que hacemos lo que sabemos que ha funcionado en otros.
Vamos a reuniones, hacemos un esfuerzo para expresar abiertamente nuestros sentimientos, y actuamos como si ya tuviéramos el poder de cambiar, de abstenernos de la compulsión por la apuesta.

Sólo por hoy:

Rechazo la idea de que yo puedo controlar la compulsión por la apuesta con algun plan alternativo,(hacerme ver por curanderos videntes etc).
No tengo que medir mi progreso en este programa.

El que más crítica es el que menos hace.
Es mucho más fácil criticar que actuar. Hacer requiere coraje y autoconfianza. Se nos alienta a ser activos desde muy jóvenes. Cuando los padres reaccionan positivamente a los esfuerzos de un niño, alabándolo sin tener en cuenta el resultado, ese niño adquiere la confianza para volverlo a intentar. Sin embargo, la crítica violenta es devastadora para un niño; este probablemente se convertirá en esa clase de persona que menos actúa y critica más.
Las personas que hacen mucho en este mundo son invariablemente las personas que de niños fueron criticados lo menos posible, y sólo de manera constructiva, por padres y profesores que siempre daban sugerencias de una manera tranquila y amable, construyendo la autoestima en vez de destruirla.

Sólo por hoy:

Rezo para ser menos crítico y más útil a los demás, especialmente con los niños.

El que no zarpa hasta que ha pasado todo el peligro, nunca se adentrará en la mar.
El miedo me impide tender la mano. Siempre existe el peligro de ser rechazado, y hasta que tal peligro no haya pasado, no me puedo arriesgar.
Es fácil pensar que el mundo me ha rechazado, pero cuando miro las experiencias pasadas con la honestidad
que me enseña este programa, veo que es justo al revés: soy yo quien rechazo, de forma sutil, para sentirme seguro, pero es rechazo de todas formas.
Mi enfermedad es una enfermedad de aislamiento, y la intimidad es el riesgo mas temido.
Hoy, con el apoyo de mis compañeros J.A, no necesito garantías de que seré aceptado cada vez que tiendo mi mano. Simplemente sigo adelante y lo hago.

Sólo por hoy:

Estoy dispuesto a dirigirme hacia el mundo, a arriesgarme a convertirme en parte de él.

El que tema hacer enemigos jamás tendrá verdaderos amigos.

Complacer a la gente tiene un hermano gemelo llamado resentimiento.
Los compromisos excesivos siempre sonriendo y diciendo SI cuando quiero decir NO sentencian a pagar un alto precio en términos de autoestima y consecuentemente en mis relaciones con los demás.
El miedo a reaccionar airadamente o a estallar, me impide dejar saber a la gente cómo me siento realmente.
Como resultado de trabajar los pasos de este programa, estoy desarrollando el equilibrio emocional que necesito para expresar un desacuerdo sin hostilidad.
El progreso en este campo es lento. Empieza haciéndome sentir mejor con respecto a mi mismo.

Sólo por hoy:

Busco primero mi propia aprobación, luego la aprobación de los demás.

El tiempo madura todas las cosas.
Ningún hombre nace sabio.

La paciencia no se les da muy bien a las personas obsesivas / compulsivas.
Tengo una tendencia a querer los resultados ahora;
nunca me preocupaba la necesidad de adquirir experiencia.
Hoy sigo un camino que enriquece mi vida con experiencia, un camino que me conduce a través de sentimientos que en otros tiempo me resultaban demasiado dolorosos de ver.
Es un camino que me lleva recto, avanzando hacia delante sobre mis propios pies.
Según progreso soy más consciente del sufrimiento de otros, y puedo ofrecer una ayuda que está basada en una honesta experiencia.
Cuando me siento impaciente y quiero apresurar mi crecimiento, que mis defectos me sean eliminados antes de tiempo, sé que tengo más cosas que aprender.
TODO DEPENDE DEL HORARIO DE DIOS

Sólo por hoy:

Mi Poder Superior me ofrece una forma de vida libre de la obsesión por la apuesta.
Estoy dispuesto a hacer hoy mi trabajo de a pie y esperar los resultados.

El único regalo que puedes hacer es una porción de ti mismo.
Si no fuera por las personas que comparten su experiencia, fortaleza y esperanza, ¿dónde estaría? ¿Podría haber conocido el programa de JA a no ser por otra persona? Se me ha dado esperanza y una salida a mi dilema.He podido ver mi propia naturaleza compulsiva,
aprender de mis desilusiones,y experimentar la honestidad de otros.
Aprendí a compartir mi historia, escuchando a los demás, y he podido permanecer abstinente a través del compañerismo que encontré en Jugadores Anónimos. Dios actúa a través de las personas, las personas que llevan el mensaje.
¿Estoy tan dispuesto a dar de mi mismo como aquellos que se dieron a mí?

Sólo por hoy:

¿Hay alguien a quién pueda dar algo de mi mismo, mi tiempo, mi presencia, mi atención?

El único requisito

«Este programa ofrece esperanza. Lo único que necesitas traer contigo es el deseo de dejar de apostar y buena voluntad para intentar una nueva forma de vivir.»
De vez en cuando nos preguntamos si lo estamos «haciendo bien» en Jugadores Anónimos.
¿Vamos a bastantes reuniones? ¿Usamos a nuestro padrino, trabajamos los pasos, hablamos, leemos o vivimos de la forma «correcta»? Valoramos tanto el cariño de los adictos en recuperación, que no sabemos lo que haríamos sin ellos. ¿Qué pasa si practicamos nuestro programa de forma «equivocada»?
¿Somos «malos» miembros de JA por eso?
Podemos poner fin a nuestras dudas si repasamos la Tercera Tradición que nos asegura que «el único requisito para ser miembro es el deseo de dejar de apostar».
No hay ninguna regla que diga que debemos asistir a tal cantidad de reuniones aunque la pagina 17 del combo nos indica que al menos asistamos a una junta completa por semana ( lo sugiere )y, o a determinadas reuniones en particular, o que haya que trabajar los «pasos» de esta manera y a este ritmo, o que tengamos que vivir de acuerdo a los esquemas determinadas personas para ser miembros de JA bien considerados.
Es verdad que si queremos el tipo de recuperación que vemos en miembros que respetamos, desearemos practicar el tipo de programa que hizo posible esa recuperación.
Pero JA es una confraternidad de libertad; trabajamos el programa de la mejor manera para nosotros, no para los demás.
El único requisito para ser miembro es el deseo de dejar de apostar.

Sólo por hoy:

Miraré el programa que trabajo a la luz de mi propia recuperación. Lo practicaré lo mejor que pueda.

El valor del pasado

«Esta experiencia de primera mano en todas las fases de la enfermedad y la recuperación tiene un valor
terapéutico sin igual. Estamos aquí para compartir
desinteresadamente con cualquier adicto que desee recuperarse.»

La mayoría llegamos a este programa con algunos remordimientos serios. No habíamos terminado el bachillerato o abandonamos la universidad. Habíamos destruido amistades y parejas. Habíamos perdido trabajos. Y además sabíamos que no podíamos cambiarlo. Es posible que hayamos pensado que siempre estaríamos arrepentidos y que simplemente debíamos encontrar la manera de vivir con nuestros remordimientos.
Pero en cambio, la primera vez que nos piden que compartamos con un recién llegado que hace esfuerzos en su recuperación, descubrimos que nuestro pasado es una auténtica mina de oro sin explotar. Cuando alguien comparte con nosotros su Quinto Paso, le brindamos un tipo especial de consuelo que nadie más puede darle: nuestra propia experiencia. Hemos hecho las mismas cosas. Hemos sentido la misma vergüenza y el mismo remordimiento. Hemos sufrido de la manera en que sólo un adicto puede sufrir. Podemos identificarnos y ellos también.
Nuestro pasado es valioso de hecho, no tiene precio porque podemos usarlo para ayudar al jugador compulsivo que todavía sufre. Nuestro Poder Superior obra a través de nosotros cuando compartimos nuestro pasado. Esta posibilidad es la razón por la que estamos aquí, y cumplirla es el objetivo más importante que debemos lograr.

Ya no me arrepentiré de mi pasado porque gracias a él puedo compartir con otros jugadores compulsivos y quizás evitar el dolor, o incluso la muerte, de otra persona.

El verdadero defecto es tener defectos y no corregirlos.

Ira, resentimiento, celos, envidia, “son lujos dudosos para el hombre normal”.
Para mi, un jugador compulsivo, son veneno. Si no me ocupo de estos defectos, la locura de la compulsión por la apuesta vuelve y eso es la muerte, espiritual y emocional e incluso física.
¿He descuidado mi programa?
¿Entro en discusiones llevado por el ego?
¿Me hundo en un silencioso desprecio?
¿Me apresuro a criticar mordazmente?
Estas son trampas peligrosas. Pueden destruir mi capacidad de pensar o actuar con voluntad.
Sé que el cambio es posible, que no tengo que vivir con estos feos defectos. Tengo unos pasos que seguir, y ellos me conducen a la libertad.

Estoy dispuesto a cambiar a deshacerme de los defectos que están obstaculizando mi recuperación.

Elegir la vida

«Lo que de verdad necesitábamos era modificar las pautas de conducta autodestructiuas.»

La adicción activa es un deseo latente de muerte. Cada uno de nosotros cortejaba a la muerte cada vez que realizaba apuestas compulsivas. Nuestra forma de vida también nos ponía en situación de riesgo. La vida de un adicto se vende barata cada día y con cada apuesta compulsiva.
En recuperación, el primer patrón de conducta que cambiamos es el de apostar compulsivamente. Mantenernos abstinentes es el principio de un viaje hacia la vida. Pero nuestra conducta autodestructiva era mucho más profunda que el apostar compulsivamente. Incluso en recuperación es posible que sigamos tratándonos como si no valiéramos nada. Cuando nos tratamos mal, nos sentimos mal. Y cuando nos sentimos mal, buscamos alivio... quizás en nuestra vieja solución: las apuestas.
Elegir recuperarse significa elegir la vida. Cada día decidimos si queremos vivir y ser libres. Cada vez que evitamos la conducta autodestructiva, elegimos la recuperación.
Solo po Hoy:

Si elijo la recuperación, elijo la vida. Me cuidaré

Elijo poner en orden mis pensamientos y colgar de las paredes de mi mente los cuadros que contienen las cosas más agradables y buenas.

¿Tengo el poder de elegir mis pensamientos y mis estados de ánimo? ¡Sí!
Puedo elegir poner amor en el centro de mi ser, así su calidez y alegría estarán conmigo siempre.
No tengo por qué permitir que los hechos del mundo determinen mi humor.
Puedo determinar qué es lo que quiero pensar y cómo quiero ser.
Cuando rezo y medito, elijo la fe; espero lo mejor y hago sitio en mi mente para ello.
Elijo dejar que la luz de Dios sea mi fortaleza y alegría.

Sólo por hoy:

Selecciono cosas agradables para ponerlas en mi mente.

Enfrentarse a la muerte

«A veces, en recuperación, tenemos que enfrentar algún tipo de crisis, como la muerte de un ser querido...»

Toda vida tiene un principio y un fin. Sin embargo, cuando la vida de alguien a quien queremos mucho llega a su fin, es posible que nos cueste aceptar esa ausencia repentina y final.
Quizás nuestro dolor sea tan intenso que temamos que nos abrume por completo..., pero no será así. Tal vez nos sintamos más apenados que nunca, pero pasará.
No tenemos que huir de las emociones que la muerte de un ser querido provoquen.
La muerte y el dolor forman parte de vivir plenamente «la vida tal cual es».
Si nos damos la libertad de experimentar estos sentimientos, participamos en nuestra recuperación y en nuestra naturaleza humana más profundamente.
A veces la muerte de otra persona nos recalca nuestra propia mortalidad.
Reevaluamos nuestras prioridades y apreciamos aún más a los seres queridos que todavía están con nosotros.
Nuestra vida, y nuestra vida con ellos, no durará eternamente.
Queremos sacar el máximo provecho de lo más importante mientras dure.
Quizás descubramos que la muerte de un ser amado nos ayuda a fortalecer nuestro contacto consciente con un Poder Superior.
Si recordamos que cuando estamos afligidos siempre podemos recurrir a esa fuente de fortaleza, podremos mantenernos centrados en ella, independientemente de lo que suceda a nuestro alrededor.

Sólo por hoy:

Aceptaré la pérdida de un ser querido y recurriré a mi Poder Superior en busca de fortaleza para aceptar mis sentimientos.
Daré todo el amor que pueda a quienes están hoy en mi vida.