Los ludópatas arriesgan hasta la vida

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Los ludópatas arriesgan hasta la vida

La ludopatía no es exclusiva del sexo masculino, muchas mujeres ahora forman parte de esta enfermedad.

Monterrey, NL (México). Sáb, 06/06/2009

La ludopatía va más allá de una adicción al juego, un ludópata arriesga a su familia, su estabilidad emocional, su patrimonio y muchas veces hasta la vida.

Para ejemplo es Sergio, un hombre con familia, un buen trabajo y un futuro prometedor a quien su adicción al juego casi lo llevó a la muerte.

“Yo ya he tocado fondo tres veces, regularmente, te das cuenta de que tocaste fondo cuando todos se reduce a deudas económicas y sobre todo morales y ya no encuentras una solución, yo caí tan bajo en tanta deuda y con tanta gente que defraudé que inclusive pensé en suicidarme”, dijo “Sergio”.

Pero esta adicción no comenzó de un día para otro la ludopatía acompañó a Sergio desde su niñez.

“Yo comencé a jugar a los cinco años a las canicas, y desde entonces el juego me encantó, era una adrenalina y una sensación que me empezó a gustar y con el paso del tiempo me seguí enganchando y jugando de poquito en poquito ya no me pude salir de eso”, señaló Sergio.

La ludopatía no es exclusiva de los hombres, también se presenta en el sexo femenino y daña estructuralmente a las familias de quien la padece.

“Cuando ya no sabía lo que perdía, lo que invertía, llegaba a la casa molesta, enojada con todo el mundo y no quería hablar con nadie, sentía la necesidad de no sentir que estaba viva de no poder dormir pensando como iba a pagar lo que perdí, pero sobre todo, como iba a conseguir dinero para seguir jugando al otro día, ahí fue cuando me di cuenta que tenía un problema”, señaló “María Isabel”.

Salir de la casa solo para ir al casino de pronto se convirtió en la actividad básica de María Isabel, descuidando a su esposo y a sus hijos.

“Yo salía del casino despidiéndome, jurando que no iba a volver, pero al otro día no podía dejar de ir, tenía que sentir la adrenalina que produce el juego, yo siempre jugué a las maquinitas y la necesidad era jugar”

Pero en su mente, solo había un objetivo, jugar para ganar.

“Es la necesidad básica de un jugador, ganar; uno sueña con ganar grandes cantidades de dinero para hacer realidad sus sueños, los sueños que todos tenemos, casas, yates, y yo siempre decía, cuando me gane una cantidad de dinero voy a dejar de jugar, pero tristemente, el día que me gané una cantidad considerable de dinero, no dejé de jugar y esa cantidad me la gasté cinco o seis veces más”

Su esfuerzo por dejar el juego ha obtenido los primeros frutos y esta mujer espera que el cambio sea para siempre.

“Tengo dos años sin jugar ni hacer ningún tipo de apuesta; antes solo quería jugar, y al estar jugando estás con la compulsión, estas fumando, estás tomando soda, no comes, no duermes por que te desvelas en el casino, no descansas por que tu mente está en el juego, pensando como vamos a jugar mañana. Hoy en encontrado una nueva forma de vivir viviendo el hoy, un día a la vez, y pensando solo en que la vida es mucho más que un casino”, finalizó.

Lucero Rodríguez